La “ley del chayo”
¬ Salvador Estrada martes 15, May 2018Folclor urbano
Salvador Estrada
La Ley General de Comunicación Social o Ley de Publicidad Gubernamental, a la que también llaman la ley chayote, que ya fue aprobada en la Cámara de Diputados, ha sido criticada por legisladores del PAN y del PRD.
El diputado del PRD, Rafael Hernández Soriano, dice que es una tomadura de pelo y una irresponsabilidad por parte de los legisladores que votaron a favor, PRI. Verde Ecologista y Nueva Alianza, porque la ley, comenta, “ignora necesidades de los medios de comunicación y consolida en el Ejecutivo federal la discrecionalidad para dilapidar los recursos públicos con fines políticos”.
Por su parte, el panista Jorge Triana, considera que” la ley es un instrumento que no sirve absolutamente para nada porque es una copia de los lineamientos, que ya existen, que emitió la Secretaría de Gobernación en materia de comunicación y publicidad gubernamental”.
Esta ley otorga a la Segob la facultad de tener un padrón de los medios de comunicación y de acuerdo al presupuesto que se autorice para la publicidad gubernamental, ésta se distribuirá entre todos.
Y como esos diputados no ven que esté clara y equitativa esta “repartición de publicidad”, el diputado Triana propone “la creación de un órgano autónomo que regule, tanto los medios de comunicación, como los contratos, con el fin de terminar con la centralización en la compra de espacios de publicidad”.
Rafael Hernández, legislador perredista, propone que se presente un juicio de inconstitucionalidad por esta Ley General de Comunicación Social, porque en su apresurada confección no se llamó a consulta a especialistas o a integrantes los medios de comunicación.
El que la llamen también ley chayote obedece a que en el régimen priísta de los setenta se repartía en las giras presidenciales sobres con billetes, que eran como viáticos para los comunicadores.
Esta práctica la ideó, la de repartir sobres, Maximino Ávila Camacho, quien era entonces secretario de Comunicaciones, y que “apoyaba” a los invitados de prensa a las giras de su hermano Manuel, Presidente de México.
Y en una de las tantas giras que realizaba el mandatario Luis Echeverría, acudió a una hacienda en Cuernavaca, la repartición de los sobres cambió de nombre y se les llamó “chayo” En esa hacienda crecía, en un rincón, una planta de “chayote”. Quiénes acudían por su sobre a ese lugar “corrían la voz”. “Ve por tu chayote”. La palabra se acortó y quedó en “chayo”. “Ve por tu chayo”.
Entonces, el “chayo” significa dinero y esa “Ley Chayote” va a permitir a Gobernación decidir a quién le da más publicidad o menos. Y así discretamente, como no queriendo con esa facultad podría “limitar la libertad de expresión a los medios”.
Los legisladores mencionados, Triana y Hernández, tienen en sus manos la posibilidad de que se mejore esa ley y si no es posible, recomendar a sus partidos que los nuevos diputados lo hagan, porque ley entrará en vigor el uno de enero de 2019.