Candidatos presidenciales secuestrados
Ángel Soriano martes 15, May 2018Desde el portal
Ángel Soriano
En cuanto a los candidatos presidenciales, se podría decir que éstos se encuentran secuestrados por las organizaciones de la sociedad civil, los poderosos medios de comunicación y las instituciones de educación superior u organismos patronales de la ciudad de México, olvidándose de la base social, la cual es relegada por los aspirantes a Los Pinos que prefieren llegar a amplios auditorios cómodamente desde confortables espacios.
Ven con desdén a las comunidades alejadas, las modestas universidades de provincia, medios y otros organismos; el contacto directo con los electores ha quedado atrás: eso fue en el pasado, cuando las campañas se hacían a flor de tierra, cuando los candidatos visitaban amplias regiones e incluían en su itinerario la “pernocta” en algún pueblo o ciudad-capital, aún con las comodidades o incomodidades pero convivían con el pueblo.
Hoy, los candidatos tienen una visión diferente del país: Anaya vislumbra al país como una moderna ciudad estadunidense, Meade dice que mucha gente de Hidalgo utiliza el aeropuerto para ir a hacer negocios a Hidalgo, cuando la capital de esta entidad está a menos de una hora de la CDMX y no es necesario utilizar el avión, AMLO ignora que muchas dependencias federales ya están descentralizadas y funcionan en ciudades donde él mismo ha propuesto para establecerse.
En fin, se necesita que los candidatos presidenciales y la dirigencia de sus partidos conozcan el país para resolver los problemas que se encuentran ahí, no en los cómodos y modernos salones donde se ejecutan las entrevistas o los debates; se requiere que los candidatos abandonen la sala confort y vayan directamente al pueblo, de lo contrario, como ya ocurre, éstos le darán la espalda y el ganador será el ganador en el debate o en la encuesta, pero alejado de la comunidad.
El desconocimiento de las regiones y personas ha originado que en muchos casos, los partidos postulen a candidatos con trayectoria indeseable, y esto, lejos de propiciar la unidad y cohesión social necesaria para impulsar el desarrollo, se desaten las pasiones y los conflictos sociales que originan hechos de violencia, como es recurrente en el estado de Guerrero, donde no cesan las ejecuciones por diferencias insalvables entre vecinos y parientes que se escudan, en algunos casos, de los partidos políticos para encubrir sus fechorías y aparentar problemas políticos.
Sin embargo, habrá que reconocer los cambios registrados a nivel global, no a nivel regional y local, donde las querellas persisten, donde los avances tecnológicos no llegan y donde el retraso social sigue ahondándose; pero muchos candidatos tienen la idea de que sólo se llega a los grandes conglomerados a través de las redes sociales y no es necesario ir a buscar al elector, y ese alejamiento que es real como candidatos, se profundiza como autoridades.
Y las consecuencias están a la vista: los problemas de ingobernabilidad son insalvables; es preciso volver al barrio, a la colonia, a los pueblos para entrar en contacto directo con la población, escuchar sus necesidades y dar soluciones viables, no para otra sociedad, sino para la que estamos viviendo.