El PRI, anclado en la corrupción
¬ Augusto Corro martes 8, May 2018Punto por punto
Augusto Corro
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) estaba obligado a participar en las elecciones presidenciales con un candidato que no estuviera manchado por la corrupción.
Y según los priístas, esa persona honesta no sería otra que José Antonio Meade Kuribreña, sin militancia política en ningún partido, quien desempeñó cargos importantes en la administración pública, con imagen de honestidad.
El “dedazo” favoreció a Meade Kuribreña y contra viento y marea y con más ganas que estrategia inició su campaña política en busca de la silla presidencial, que a menos de dos meses de las elecciones lo mantiene en el tercer lugar de las preferencias electorales. Ni avanza ni retrocede.
La estrategia de la cúpula priísta no funcionó. La corrupción galopante que vivimos es parecida a un cáncer que no se va a curar con remedios caseros. Nuestra clase política, principalmente la tricolor, mantiene en sus filas a los más corruptos. Pocos son los funcionarios que evitaron enriquecerse con el saqueo del tesoro público.
En el presente, ser político -ex gobernador, ex alcalde, líder obrero, etc.- es sinónimo de corrupto. Basta con revisar la lista de ex mandatarios estatales que se encuentran en la cárcel en espera de rendir cuentas a la justicia.
El PRI, con toda esa carga negativa de corrupción, tenía, entre otras cosas, que participar en la contienda electoral del 2018, con un aspirante presidencial que, por lo menos, reflejara honestidad.
Los dueños del partido comprobaron que participar con un priísta de cepa, dinosaurio calado, su proyecto de continuismo en el poder no funcionaría. De ahí que buscaron al candidato, incondicional, con imagen positiva, sin ninguna relación con el PRI, con imán que atrajera a los electores. La estrategia no funcionó. Entre los mismos priístas cundió el desaliento cuando supieron que tenían como candidato presidencial a una persona ajena al PRI.
¿Cómo apoyar a un candidato que nunca fue priísta? Los tricolores se plantearon muchas preguntas por esa incongruente designación que cayó en Meade Kuribreña, porque este funcionario tampoco estaba exento de una acusación de desvío de millones de pesos, cuando estuvo de titular en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), relacionados con el esquema de la Estafa Maestra.
¿A qué le apuestan?
Los tricolores ya comprobaron que el asunto de la corrupción tiene anclado al partido y a su candidato.
Como si lo anterior no fuera suficiente, los asesores políticos de Meade Kuribreña se encuentran confundidos, no saben si jalar o empujar la carreta de la candidatura atorada en la recta final de la campaña.
A pesar de lo complejo de la lucha por ganar la silla presidencial, al candidato priísta sus propios asesores y la cúpula del poder cada día le ponen obstáculos difíciles de superar. Los propios tricolores están decididos a frenar las aspiraciones de Meade Kuribreña.
¿O cómo explicar el mitin de apoyo del dirigente sindical de los petroleros a Meade Kuribreña en Poza Rica, el fin de semana?
El corrupto líder, en palabras llenas de cinismo, reconoció que su partido necesita “limpiarse”, porque “la casa está sucia”. “ ¿Qué necesitamos limpiarla?” Claro que sí. “¿Qué necesitamos corregir todo lo que nos duele o nos incomoda? También, claro que sí”.
¿Cómo permitió el candidato priísta que uno de los priístas más criticados por su enriquecimiento inexplicable tratará el tema de la corrupción, con soluciones que nunca se aplicarán, porque el primero en ser juzgado sería Romero Deschamps con penas de cárcel para toda su vida.
En la campaña electoral del 2000, el sindicato petrolero financió ilegalmente al PRI. Romero Deschamps sirvió de intermediario entre Pemex y el candidato presidencial tricolor Francisco Labastida Ochoa; le entregó alrededor de 500 millones de pesos. El dirigente no fue castigado y al PRI se le aplicó una de las mayores multas aplicadas por el máximo órgano electoral.
Por lo demás, el jeque petrolero es dueño de un departamento de lujo en Cancún, con un costo aproximado de 1.5 millones de dólares y un yate que lleva el nombre “Indomable” con valor cercano a 1.5 millones de dólares, etc.
¿Quién llevó a Meade Kuribreña a ese mitin del desprestigio? Por un lado, el “cuarto de guerra” de la campaña del candidato se preocupa por mejorar su imagen, lejos de temas de corrupción; por otro lado, sus enemigos le promueven actos políticos con los dinosaurios priístas que nada en riquezas mal habidas.
Con esas estrategias, el candidato priísta no saldrá del abismo del tercer lugar en que se encuentra.