Relevo priísta
Freddy Sánchez jueves 3, May 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El gallo ya cantó.
Algo por el estilo se dice y se grita dentro y fuera del PRI, en relación con las expectativas de triunfo o de fracaso de su candidato presidencial.
Después del debate y el posdebate, los cálculos políticos electorales, entre priístas y ajenos a este instituto político, son más o menos los mismos, pero puestos en perspectiva desde muy distintas ópticas.
Por un lado, están los que ven en ascenso a José Antonio Meade, asegurando que estuvo muy cerca de ganar el debate y ganó el posdebate con el “golpe” a López Obrador, por los departamentos que escondió en su declaración patrimonial y sólo es cuestión de esperar resultados en lo que resta de la campaña y los dos próximos encuentros entre presidenciables, lo que permitirá a la mayoría de los electores inclinarse por la candidatura del PRI.
En tanto, los escépticos priístas y no militantes de este partido, pero con simpatías, cercanía o vínculos de alguna clase con el Revolucionario Institucional, no dejan de insistir en el mismo punto sobre el insuficiente arrastre popular logrado por el candidato presidencial del PRI.
En su apreciación, si bien Meade fue una excelente elección, la mejor posible entre los prospectos a abanderar las intenciones priístas de gobernar otra vez, algo no conecta bien en el ánimo ciudadano y esto va en contra de los planes del priísmo, de retener la primera magistratura de la nación al menos un sexenio más.
La encuestas sobre preferencias electorales que ponen a Meade bastante lejos de López Obrador e incluso en algunos, quizás la mayoría de los casos, también por debajo de Anaya, se han convertido en una especie de “estaca en el corazón” entre los más cercanos y entusiastas apoyadores del cinco veces secretario de Estado.
Un hombre que refleja ecuanimidad, inteligencia, conocimiento y sobre todo respeto y buen trato hacia los demás, que aparte ha dado sobradas muestras de trasparencia con la presentación pública de lo que se denomina “la siete de siete”, que equivale a la declaración más amplia hecha hasta ahora sobre la posesión y el origen de los haberes patrimoniales de un aspirante presidencial y su familia.
Lo que tanto López Obrador, Ricardo Anaya, Margarita Zavala y “El Bronco”, inmediatamente después del debate podrían haber hecho, pudiendo decir a todo México (también nosotros vamos a presentar “la siete de siete” porque nada tenemos que ocultar), aunque lo cierto es que hasta el momento no lo han hecho.
El caso es que habiendo dado a conocer acciones contundentes contra la corrupción, la delincuencia e impunidad, siendo el promotor de quitarle el fuero a la figura presidencial y en particular dejando en claro que no ha sido un funcionario corrupto, José Antonio Mede ha sido culpado de un turbio pasado de corruptelas priístas que nada tienen que ver con él, pero que obviamente, le dificultan tomar la delantera en las encuestas electorales.
Tan es así, que hay quienes lo ven declinando la candidatura o siendo repentinamente sustituido.
Y es que si como algunos lo auguran y otros lo desean dentro y fuera del PRI, pensando que para ganarle a Ricardo Anaya y a López Obrador tendrá que darse un cambio de candidato presidencial, lógicamente de ser así, tal cosa terminaría siendo una medida desesperada condenada al fracaso.
No se cambia a un caballo a la mitad de una carrera.
Así que de poco o nada serviría que a falta de entusiasmo entre algunos militantes y simpatizantes del tricolor con su candidato presidencial se siga alentando la mala idea de la sustitución con un relevo priísta.