Cambios y rumores
Ángel Soriano jueves 3, May 2018Desde el portal
Ángel Soriano
Desde el ex gobernador de Querétaro y ex titular de la Sagarpa. José Calzada, hasta el ex subsecretario de Gobernación y ex gobernador de Guerrero, René Juárez Cisneros, eran mencionados para sustituir a Enrique Ochoa Reza en la dirigencia nacional del PRI derivado de fallas en la campaña electoral y al creciente nerviosismo de la clase política nacional por una virtual derrota en los comicios del 1 de julio.
Aquí no se trata de responsabilizar sólo a un equipo o a una persona, pues se trata de todo un equipo que ha fallado desde hace décadas; el PRI, como se sabe, ha sufrido constantes derrotas en diversos estados de la República, principalmente en el norte del país, y han sido cuestionados los triunfos electorales para la Presidencia de la República, hasta que se le reconocieron dos al PAN, no tanto al partido, sino porque sus candidatos capitalizaron la situación imperante en el país en las dos ocasiones.
Tanto Fox como Calderón encontraron las condiciones adecuadas para alzarse en triunfo, dado que el electorado estaba ansioso del triunfo; desde luego, ambas personalidades encuadraron en el momento oportuno, aunque en el ejercicio de sus funciones no cumplieron con las expectativas creadas.
La misma situación prevalece hoy: la tendencia favorece a la oposición, pero no a la oposición tradicional de derecha o de izquierda, sino al trabajo de sus respectivos candidatos en el ánimo del electorado.
Así que, los cambios que necesariamente se tienen que dar al fragor de la campaña en el partido gobernante, obedecerán a una estrategia de reacomodo y de simulación de que todo cambia para quedar igual, pues bien sabemos que ni la base militante ni la dirigencia se manda por sí misma, sino que obedece instrucciones del jefe político en turno, quien es el responsable de llevar adelante el juego electoral de la renovación de poderes.
Los dirigentes sólo cumplen con las apariencias y obedecen instrucciones del poder constituido, por lo que tienen poca capacidad de maniobra y, si desean hacer su propio juego y poner en marcha una nueva estrategia, pronto serán eliminados.
Eso ocurrió en Guanajuato recientemente, donde el delegado del tricolor cuestionó la indisciplina del candidato a gobernador, que desde siempre ha sido cuestionado por sus malos manejos y falta de escrúpulos, y lejos de llamarle la atención al ex líder cenecista, el que fue destituido fue el delegado.
Los rumores de pactos y declinaciones entre candidatos para fortalecer a uno y debilitar a otro ha encontrado un ambiente propicio en el ambiente preelectoral del país, de lo cual es aprovechado por el más ducho de los candidatos, que mete cizaña tanto en los partidos como en el aparato gubernamental, descompone las cosas y los funcionarios y candidatos afectados se dan a la tarea de desmentir pronto esos rumores.
El Presidente Peña Nieto, por su parte, ya aclaró que él está dedicado a cumplir con entregar buenas cuentas de su administración al pueblo de México y que las campañas corren por otro.
Se ha reunido, ha dicho, con los legisladores federales en dos ocasiones, pero ha sido para agradecerles su apoyo a sus iniciativas pero no para darles línea.
Ustedes ven otra cosa, tienen otra visión, les indicó a los comunicadores al responder al cuestionamiento en el sentido de que si negociaba la declinación de Anaya por Meade. En tanto, esperamos a que se confirmen o se disipen los rumores, válidos al fragor de la campaña.