Pobreza, explotación laboral y orfandad
¬ Augusto Corro miércoles 2, May 2018Punto por punto
Augusto Corro
Pobreza, explotación laboral y orfandad flagelan a la niñez mexicana. De acuerdo con las investigaciones, 20.7 millones de niños y adolescentes viven en hogares que experimentan algún tipo de pobreza. Esa condición de carencias se agudiza en la población infantil indígena.
Las consecuencias de vivir en la pobreza traen consigo problemas de desnutrición y enfermedades. En el censo de 2016 se conoció que 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes entre cinco y 17 años prestaban sus servicios en ocupaciones no permitidas.
Alrededor de 40 mil niños y adolescentes huérfanos es el saldo de la violencia en México, según datos de oficinas que brindan atención a grupos vulnerables.
Como se ve, la niñez mexicana se encuentra abandonada. Las autoridades de los tres niveles poco o nada se preocupan por brindar mejores condiciones de vida a los menores.
Las autoridades registraron más de siete mil niños y adolescentes desaparecidos, en el contexto de la violencia, en los últimos años.
Los programas de atención a los niños no se aplican o son insuficientes. Las carencias económicas no solamente afectan la salud de la niñez y las posibilidades de educarse, también orillan a los menores a enrolarse en las filas de la delincuencia organizada, como “halcones” o sicarios.
Los flamantes gobiernos, del signo que sean, tienen un gran compromiso con los niños que son víctimas de las injusticias. Es hora de atenderlos. Los candidatos presidenciales tienen la palabra. Día del Niño, 30 de abril, fecha de fiestas y regalos, pero no para todos los menores.
La impunidad
La muerte de tres estudiantes de cine en Jalisco convocó a una reflexión sobre lo que ocurre en México en materia de justicia.
El acto de más allá de la barbarie, impactó a los mexicanos.
Salomón, Jesús Daniel y Marcos fueron secuestrados, torturados, asesinados y sus cuerpos diluidos en ácido.
¿Es la impunidad la que propicia que los delincuentes cometan crímenes atroces? Es posible. Si saben los sicarios que no recibirán castigo alguno, nada los detiene en la realización de sus crímenes.
Vivimos una crisis en la aplicación de la justicia porque no hay suficientes policías, tampoco los jueces suficientes y son miles de expedientes de delitos que esperan ser investigados.
Con esas fallas mayúsculas la delincuencia organizada no tiene por qué preocuparse, no importa el delito que cometan. Así pues, los índices de impunidad siguen en ascenso.
La falta de castigo tiene como consecuencia hechos como el señalado arriba, producto de mentes que superan la maldad y rayan en la esquizofrenia.
En nuestro país hay, por lo menos, 12 mil jóvenes desaparecidos, cuyo paradero y suerte que corrieron se desconoce.
Ante la falta de atención e incapacidad de las autoridades para localizar a las personas secuestradas, levantadas, etc., son las propias familias las que se organizan para buscar a sus parientes o amigos. La respuesta en un sinnúmero de ocasiones la encuentran en una fosa común.
El eje de la espiral de violencia que azota a México se debe, en parte, a la impunidad que priva en México, pero que nadie se preocupa en erradicarla o frenarla.
No es para presumirlo
Guerrero ya es líder mundial en crimen. Así aparece la noticia en los medios de comunicación. Ya se esperaba esa clasificación que habla muy mal de nuestro país.
“Con una tasa de 102.2 asesinados por cada 100 mil hombres, Guerrero encabeza la mortalidad más alta de homicidios en varones en el país y el tercer sitio a nivel mundial de casi 200”, según la nota informativa.
La citada entidad sólo se encuentra por debajo del promedio nacional que reporta El Salvador y Cabo Oriental, en Sudáfrica, con 103.5 y 102.9 homicidios, respectivamente.
Las causas de los asesinatos en Guerrero obedecen a la lucha de los grupos criminales que se dedican a la producción y venta de los estupefacientes, principalmente el opio.
Con muchos años de anticipación, las autoridades conocieron que la mencionada entidad tenía las condiciones para convertirse en un centro importante en la producción de droga, pero no les preocupó.
En el presente, la guerra entre las bandas criminales tiene azorada a la región. Los guerrerenses temerosos de perder la vida optan por desterrarse.
Las autoridades debido al embate de los grupos criminales se ven obligados a asociarse con ellos, para formar el binomio de la narco-política que tanto daño hace la sociedad guerrense.
En Guerrero ser político es jugarse la vida. El gobierno estatal elaboró un mapa de riesgos para los aspirantes a los cargos de elección popular. ¿Funcionará esta medida en uno de los sitios más violentos del mundo?