Año preelectoral
Ramón Zurita Sahagún lunes 13, Dic 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuando se acerca el año preelectoral y los partidos políticos afinan sus mejores armas y muestran las dos o tres cartas de las que saldrá su candidato presidencial del 2012, la indefinición e incertidumbre apuntan hacia el partido en el poder.
Priístas y perredistas apuestan por las dos o tres cartas posicionadas con que buscarán derrotar al PAN y en el caso del tricolor regresar doce años después a Los Pinos y los del sol azteca ingresar por vez primera a la Presidencia de la República.
Los dados parecen favorecer a los priístas, considerando que el perredismo no vive una de sus mejores etapas, con todo y que sus aspirantes se encuentran en el ánimo del elector.
El posicionamiento conseguido por Enrique Peña Nieto en conocimiento por parte de los ciudadanos y las opciones de votantes que atrae, aunado a los triunfos electorales y el juego político conseguido por sus fracciones en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, sitúa a este partido en primerísimo lugar en las preferencias de las encuestas.
Y es que el PRI es el partido que parece más definido en torno a la selección de su candidato a la Presidencia de la República, donde deberá elegir entre dos opciones, el mencionado Enrique Peña Nieto y el senador Manlio Fabio Beltrones.
Los otros personajes priístas que son mencionados se encuentran sumamente distantes de esa posibilidad, aunque ellos conservan la ilusión de competir por la candidatura presidencial de su partido.
Beatriz Paredes Rangel, presidenta del partido; Fidel Herrera Beltrán, ex gobernador de Veracruz y Humberto Moreira Valdés, eventual futuro dirigente nacional del tricolor, se ven destinados para cumplir con otras misiones, alejadas de la candidatura presidencial.
En el perredismo, la lucha por la candidatura presidencial ocurre entre el ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubond, con el amago de Juan Ramón de la Fuente de entrar a la disputa.
La selección del candidato del sol azteca se advierte sumamente complicada con riesgo de fractura dentro del partido, por la sórdida pugna desatada entre los dos aspirantes mejor posicionados.
Después de ser aliados, López Obrador y Marcelo se distanciaron ante la eventualidad de la candidatura presidencial y por mantener visiones distintas sobre las alianzas entre derecha e izquierda.
El proceso electoral del Estado de México puede provocar la ruptura total entre los dos personajes por las posiciones de uno y otro ante dichas alianzas.
Los primeros signos del distanciamiento se dieron cuando el primero criticó la firma del protocolo para una alianza entre el PAN y el PRD y el segundo de ellos la respaldó e incluso acudió a algunos mítines y concentraciones para apoyarla.
Dentro y fuera del partido se espera que el año próximo, el preelectoral, afloren mayores diferencias entre los dos principales exponentes del perredismo y la crisis se haga patente, con un rompimiento que derive en dos candidaturas presidenciales de la izquierda.
Pero si priístas y perredistas muestran en forma abierta las cartas de las que seleccionará a su candidato presidencial, el PAN no encuentra la forma de cómo posicionar a sus principales aspirantes.
La pasada convención del partido en la que surgió Gustavo E. Madero Muñoz como nuevo dirigente nacional mostró la escasez de material electoral bien posicionado dentro del sector público y los cargos de elección popular.
La lista de los panistas es amplia, pero ninguno de ellos representa, por ahora, al interés del ciudadano.
Santiago Creel Miranda, el frustrado aspirante de hace seis años, busca una segunda oportunidad de convertirse en el abanderado del partido blanquiazul, buscando no repetir los errores de esa época, cuando de ser el favorito quedó relegado al segundo lugar.
La actual administración no ha sido la más favorable para el ex secretario de Gobernación, ya que inició como coordinador de los senadores de su partido y a los pocos meses fue relevado del cargo, dejando el sitio para el actual dirigente nacional de su partido, aunque la renuncia de Madero Muñoz a la coordinación no le devolvió el sitio a Creel Miranda y en su lugar fue designado José González Morfín.
Con todo y el relegamiento de que ha sido objeto dentro de su partido, el senador Creel se mantiene como el panista mejor sembrado en las encuestas levantadas por distintas empresas.
Después de él vienen una larga fila de personajes sin brillo propio, pero que mantienen vivas sus esperanzas de darle la vuelta a la situación dentro del partido, en el momento en que se defina el método de selección del candidato presidencial.
Josefina Vázquez Mota, ex secretaria de Desarrollo Social y de Educación Pública y actual coordinadora de la fracción panista en la Cámara de Diputados, se mantiene viva entre los dos o tres primeros sitios de las encuestas dentro de las preferencias panistas.
Como Creel Miranda, Josefina, también deberá enfrentar dentro de su partido a diversas corrientes contrarias a sus posibilidades de competir por la candidatura presidencial, ya que no forma parte del selecto grupo cercano al afecto presidencial.
Los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo; del Trabajo, Javier Lozano Alarcón; Educación Pública, Alonso Lujambio; Desarrollo Social, Heriberto Félix y Comunicaciones, Juan Molinar Horcasitas, confían en que la selección del candidato surja de este grupo.
Ninguno de ellos guarda posicionamiento a nivel de preferencias electorales entre los ciudadanos, aunque la intención del próximo año es de hacerlos crecer, mediante estrategias de promoción, sin importar la inversión que se haga.