Otro diabólico “pozolero”
Alberto Vieyra G. viernes 27, Abr 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
No cabe duda que ¡En México la vida, no vale nada!
En el 2009, dos años después de que el panista Felipe Calderón declarara la guerra a los cárteles del narco, México se estremecería de terror y odio cuando en Tijuana fue detenido Santiago Meza López alias El pozolero, que fue capaz de desintegrar en sosa cáustica, ácido clorhídrico y otras sustancias a más de 300 compatriotas, la mayoría de ellos, que habían desaparecido sin dejar rastro alguno.
El pozolero estaba a las órdenes del cártel de Sinaloa y se cree que la mayoría de sus víctimas pertenecían a otros cárteles, según sus declaraciones. La PGR encontraría tres fincas en las que se presume que probablemente fueron desintegrados miles de personas en ácido. El pozolero revelaría que los lugares donde él realizaba su siniestra y macabra actividad era: Ojo de agua, La Gallera y Loma Bonita.
Desde entonces, se sabría que una de las infames practicas del crimen organizado y de las policías consistía en el levantamiento forzado, de víctimas que eran entregadas a criminales, ya fuese como secuestros o para actividades ligadas al narcotráfico.
La Secretaria de Gobernación revelaría el 31 de julio del 2017, que hasta esa fecha sumaban 22,322 personas desaparecidas, y por las cuales sus familiares llevan a cabo una interminable e inútil búsqueda.
¿Porque hago historia?
Mire usted México ha vuelto a conmocionarse y a enardecerse de ira tras revelarse que tres estudiantes jaliscienses de cine desparecidos desde el 19 de marzo fueron desintegrados en acido por el famoso rapero Omar “N”, conocido como “QBA” quien por hacer ese macabro trabajo recibiría de la mafia del Cártel Jalisco Nueva Generación, 160 dólares, unos 3 mil pesos. Este nuevo diabólico pozolero revelaría que además de los estudiantes, ya había desintegrado en químicos a otras dos personas.
¿Que nos dicen estos abominables decesos?
Pues nada, que es la herencia maldita de una nefasta e inepta clase política mexicana y de un criminal modelo económico neoliberal, tachado por el Papa Francisco como: La economía de la muerte, que ha provocado las más detestables malformaciones sociales en México y otras naciones donde esa economía de la muerte ha asentado sus reales y ha convertido a los pueblos en esclavos del capitalismo salvaje;
Nos dice también que, como bien dijera Jose Alfredo Jiménez, en México la vida no vale nada, porque contamos con un Estado fallido, incapaz de proteger las vidas y los bienes de los cuidadanos.
El Estado, muchas veces lo hemos visto corroído en todas sus estructuras por el crimen organizado.
No se sabe en dónde comienza el Estado y dónde terminan las mafias o dónde comienzan las mafias y donde termina el Estado.
La inepta clase política no sabe qué hacer para que en México vuelva a imperar la paz y no la paz de los sepulcros, sino la paz social. ¿Sera Fuenteovejuna la que ponga orden a este macabro problema social para ponerle fin a los siniestros pozoleros humanos?