En serio, ¿creen que Meade declinaría por Anaya?
Roberto Vizcaíno jueves 26, Abr 2018Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Suelo no ver películas sin argumento cercano a la realidad ni leer textos basados en la fantasía que no sean de escritores a toda prueba, como por ejemplo Gabriel García Márquez.
Por oficio he repasado, durante estos días de postdebate, cabezales periodísticos que advierten de supuestas inquietudes en las cúpulas y élites políticas.
Ahí, afirman sus autores, han comenzado a evaluar la declinación de José Antonio Meade en favor de Ricardo Anaya.
Claro, esto dentro de la lógica de que no hay otra forma de parar y ganarle a Andrés Manuel López Obrador.
Como magos de la gran bola de cristal, unos y otros advierten que el debate dejó a Meade con apenas un irrisorio porcentaje frente a un crecimiento sustancial de Anaya, quien así disminuyó su distancia del puntero.
Eso en apenas 2-3 días luego de un debate que sólo vio el 19% de los inscritos en la lista nominal del INE.
No pos sí, dijera el incrédulo de al lado.
Intento recordar un caso como el que se prefigura, y no lo encuentro en mi memoria.
La única gran declinación de un candidato presidencial a favor de otro fue cuando en 1988 el ingeniero Heberto Castillo abandonó su candidatura presidencial a favor del ingeniero Cuahuémoc Cárdenas, líder y candidato del Frente Democrático Nacional.
A partir de ahí no ha habido ninguna otra declinación de ese nivel.
Hubo la suma de Porfirio Muñoz Ledo a Vicente Fox en 2000 y de otros aspirantes muy menores en las siguientes contiendas presidenciales de 2006 y 2012, cuyos nombres no me vienen a la memoria.
La verdad es que no creo que haya las condiciones para que veamos una suma como la que se maneja, la de José Antonio Meade a las aspiraciones de Ricardo Anaya.
No luego del duro embate del PRI contra el queretano. No veo cómo los priístas pudieran estar votando a favor de Anaya. Bueno, ni porque se los suplicara Meade.
El factor “gobernadores”
Lo que sí hemos visto en estos años de democracia real, hablo de 1988 a 2018, es cómo las cúpulas del poder político y económico han recurrido al mecanismo de “operar” electoralmente a favor de un candidato vía los gobernadores.
Eso ocurrió con efectividad comprobada en el proceso de 2006 a través de los gobernadores del Tucom y sus aliados, a favor de Felipe Calderón y contra Roberto Madrazo y Andrés Manuel López Obrador.
Ahí también operó el ejército electoral magisterial de Elba Esther Gordillo, quien luego fue ampliamente recompensada por el ganador.
Ello fue documentado por el entonces presidente del PAN Manuel Espino, quien hoy es un aliado de López Obrador como Elba Esther y su grupo.
Para nadie es un secreto, a nivel político y electoral, que los gobernadores son dueños de las redes y estructuras electorales en sus estados. Ellos son los que mantienen y distribuyen recursos a líderes locales, organizaciones, asociaciones y grupos de todo tipo que lo mismo sirven para canalizar y manejar conflictos que para hacer ganar, o perder, a un candidato.
Virreyes de hecho, los gobernadores controlan sus instituciones electorales estatales, y son quienes deciden destino y monto de presupuestos y subsidios, orientación de programas sociales y el manejo de delegados federales.
De ahí que con una estructura de 14 gobernadores surgidos de sus filas y 2 aliados, el PRI, Enique Peña Nieto y José Antonio Meade tengan una todavía poderosa base electoral sobre la que pueden operar un triunfo a pesar de que las encuestas digan que su candidato va en lejano tercer lugar.
Mire, del PRI son los gobernadores de Campeche, Coahuila, Colima, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas y además cuentan con el gobernador de Chiapas que es del Verde y con el de Michoacán, que es del PRD.
Pero no sólo eso, y es algo que hay que tomar muy en cuenta.
Resulta que si bien no es gobernador, el panista Ernesto Cordero, presidente del Senado, mantiene una influencia muy grande sobre 5 gobernadores de Acción Nacional que a pesar de que han hecho público su apoyo a Ricardo Anaya, muy probablemente están ya alineados con José Antonio Meade.
Ellos son: Martín Orozco, mandatario de Aguascalientes; Carlos Mendoza Davis, de Baja California sur; José Rosas Aispuru, de Durango; Francisco Domínguez, de Querétaro y Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas.
Estos 5 gobernadores surgieron de las filas del Senado de la República, donde pertenecieron al grupo de Cordero cuando el ex sectetario de Hacienda de Felipe Calderón fue coordinador de la fracción legislativa del PAN.
Cordero es quien desde el Senado no solo los impulsó para ser candidatos a gobernadores en sus estados, sino quien les ha gestionado soluciones y apoyos para todos ellos dentro del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Y Cordero fue quien en septiembre, octubre y noviembre anteriores los acercó con el entonces secretario de Hacienda José Antonio Meade para tramitar sus partidas presupuestales para este año de 2018.
Desde entonces se habló de que Cordero estaba detrás de la candidatura de Meade y que era el enlace con los gobernadores del PAN.
A este grupo se podría unir ahora Antonio Gali Fayad, de Puebla, si es que Rafael Moreno Valle no encuentra una alternativa más importante de la que le ha dado Anaya.
Este escenario podría estar garantizando una operación electoral de 22 –de los 32- gobernadores a favor de José Antonio Meade.
Sería un escenario similar al de 2006 cuando 10 gobernadores del PRI apoyaron a Felipe Calderón.
Es por ello que toda esta especulación de la declinación concertada de Meade a favor de Anaya es más una trama engaña-bobos que posibilidad cierta.
De entrada una declinación de Meade a favor de quien sea, significaría el entierro del PRI, y eso está muy lejos de ocurrir, por más que lo quieran algunos.
Por ello les recomiendo dejar de leer ingenuidades y seguir atentos a los gobernadores. Ahí hay una clave de esta elección.
Ochoa afirma que Meade ganará
Desde Guanajuato y sobre las mismas especulaciones respecto de que Meade podría declinar a favor de Anaya, habló el presidente del PRI Enrique Ochoa Reza.
Sin mayores vueltas dijo
“José Antonio Meade ganará la elección presidencial con más del 40 por ciento de los votos. La encuesta publicada hoy por un diario de circulación nacional muestra que la ciudadanía está segura de que José Antonio Meade ganó el debate presidencial porque fue el candidato de las propuestas.
“Seguirá José Antonio Meade recorriendo todo el país. Estará próximamente en Guanajuato y, en ese sentido, estamos seguros de que, con el trabajo, con la preparación, con la dedicación y con el profundo amor que tiene José Antonio Meade por México, será el Presidente que saque adelante a México. Lo convertirá en una potencia. Y cuando a México le va bien, a las familias mexicanas les va mucho mejor”.
Es decir, no hay tal declinación.
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