La olla del temor está a todo lo que da
Francisco Rodríguez jueves 26, Abr 2018Índice político
Francisco Rodríguez
Nuevas del imperio han puesto a temblar a las cuatro docenas de mercachifles que ofician de estrategas, comentócratas, analistas, y titiriteros de los medios infames, en la prensa escrita y en los circuitos radioeléctricos. El fracaso absoluto por empoderar al pringado Meade es la burla continental.
Y es que, de tanto robar, el sistema se quedó sin dientes. Las notas del The New York Times y de Citibank, ambos asentados en Manhattan, son reacias a las presiones accionarias de Carlos Salinas de Gortari, a través de su testaferro Carlos Slim, y se dan vuelo en los análisis sensatos sobre lo acontecido en México hace unos días. Causan desconsuelo en las élites.
El mayor periódico del mundo occidental cabeceó así su información: “AMLO ganó el debate porque logró esquivar los ataques y no perdió su posición”. El Citibank, por su parte, insta a los empresarios locales a conservar la calma y aceptar lo irremediable. Esto ya es cosa juzgada, desde hace tiempo.
Todas las artimañas ordenadas por Salinas de Gortari, a través de sus palafreneros Peña Nieto, Videgaray, Meade, Nuño, Ochoa Reza y compañía, para torcer los análisis posdebate y armar las truculencias del nuevo fraude electoral, se enfrentan a la opinión internacional, más grande que sus ya menguadas fuerzas.
Si la idea era que los loros de siempre se ajustaran al libreto de señalar ganador a modo, para empezar a tejer las encuestas de sus paniaguados de la mesa, para ir torciendo las preferencias en favor del elegido, parece que el panorama cambió. La realidad es más terca que la fantasía. Se acabó el jueguito.
De hoy en adelante todos saben qué sigue. El análisis del emérito encuestador Vicente Licona, desde la trinchera independiente, es cauto y certero: el pueblo ha decidido por el cambio y da una ventaja de casi veinte millones de votos al puntero, aunque se diga lo contrario. Por otro lado, Meade dejó pasar la oportunidad con todo y el “acordeón” que no dejaba de mirar, y Anaya se convirtió en el segundo lugar.
Margarita Zavala puede ocupar el lugar del PRI en las preferencias, le falta muy poco para aventar al pringado al cuarto lugar de la tabla. De ésta, nadie salva al tricolor, es más que imposible. Los acercamientos del equipo de Anaya para insertar a la declinante Zavala en su coleto no tienen asidero. No hay cómo ayudarla.
Las razones son obvias, usted y este escribidor lo hemos comentado desde hace tiempo: por un lado, son demasiados los compromisos que asumió Margarita con las maletas de Los Pinos y con el forzado registro de su candidatura “independiente” para abdicar en favor del PRI. Y Anaya no está resuelto a cumplir las peticiones de Calderón sobre regresarle el PAN. Nadie quiere ver al ex mandatario de nuevo por ahí.
Los cinco o seis puntitos de Margarita Zavala están hipotecados desde el principio con el tricolor. Para algo le van a servir, al menos para no perder algunos registros estatales. Las cosas pintan color de hormiga para los tricolores que se conformarían con algunos huesitos en los congresos locales, usted sabe. El que nace pa’ panzón aunque lo fajen de chico.
Para el PRI nada es tan poco que pueda ser despreciable. Sus bajos niveles de votación están a punto de convertirlo en un cascarón que hundiría de vergüenza a cualquier priísta que se respete. El liderazgo ya está definido: asumirá la presidencia de facto del CEN El Faraón de Santa Teresa y Chalco, Carlos Salinas rey de México.
La olla del temor está a todo lo que da: cae el peso hasta abajo de los niveles de la toma de posesión de Trump hace más de un año; se esconde la información sobre los contratos a Odebrecht hasta el 2021; se abre en subasta la Bolsa Mexicana de Valores para ingresar más capital de la corrupción.
Hay ya quince millones de pesos para los diputados que aprueben al vapor todas las iniciativas pendientes en San Lázaro, sobre todo aquéllas que refuerzan las miserias de las reformas estructurales, como las leyes secundarias de justicia laboral para desaparecer las juntas de Conciliación y Arbitraje y dejar a los trabajadores a merced de la justicia oral patronal.
Es la zaga de los quince millones que se dieron a cada uno hace cuatro años para aprobar las reformas estructurales, la venta del patrimonio petrolero que dirigieron y celebraron los tiburones del imperio, como Larry Finck, el dueño de Black Roth, cómplice de Carlos Salinas, Peña, Videgaray, Meade, Lozoya y adláteres.
Los mismos que quieren presumir de haber arrimado a sus huestes a aprobar la reforma que cancela el fuero político, cuando éste sólo es un tapón para iniciar los juicios de responsabilidades a los truchimanes, que ven el fuero como un recurso de ventanilla, frente a la inmensa corrupción judicial y en la procuración de la justicia. Son insaciables.
Los titiriteros del régimen, los que redactaron las reformas estructurales desde Washington y Nueva York, aprovechando la muletilla del Pacto por México, hoy deben hacer buches con los loros comentócratas de George Soros, llegados para arrasar con cualquier indicio de opinión pública. Ha llegado la hora de recoger las varas.
El puntero se ubica muy por encima de los cincuenta puntos de preferencia electoral, y aunque pueda ser tildado de cualquier cosa que no ayuda al maquillaje y a las marquesinas, su mensaje ha calado hondo en la percepción popular. La gente prefiere votar por él que por cualquier atildado coludido con la mafia de Los Pinos y de quien ordena en su casona de Santa Teresa.
Las noticias del imperio infunden temor entre la pandilla: acabar de vender todo y salir corriendo. Por lo menos se animan a coger un chivo expiatorio para aparentar que investigan después de 12 meses el asesinato de Javier Valdés, y hacen que crezcan las remesas de los expulsados del sistema económico y social a los Estados Unidos. Por algo será, dice Juan Pueblo.
Queda muy claro el mensaje del puntero en el primer debate: lo que no sea negocio para los mexicanos no debe existir en el gobierno, el pueblo ya no quiere más sorpresas como la de Odebrecht. La patria está en pie de lucha. Los artilugios electorales no pueden usarse contra la voluntad mayoritaria.
Pero las notas del imperio también inyectan terror, el que estará a cargo de la pandilla de desquiciados del Faraón de Santa Teresa y Chalco. Los que quieren que la economía nacional quede a cargo de los elevados impuestos de los desheredados. A cargo de sus ahorros, de sus Afores y de su sangre si es preciso.
Todo es nada para quienes nacieron para dejarnos encuerados. Nada los detiene en su afán de rapiña y desgracia. Sólo la voluntad expresada en las urnas puede marcar un hito en la historia de México, tan explotada y desdeñada por los nuevos calígulas de huarache.
¡Todos a votar por nosotros mismos, nuestros hijos y el futuro de México!
Índice Flamígero: Luego de que haya “volvido” de su periplo europeo, Enrique Peña Nieto se dedicará con todo tesón a promover la lengua española —¿cuál? ¿la gallega? ¿la vasca? ¿la catalana? ¿la castellana?—, cual se comprometió ayer con los reyes Con todo el acervo cultural del oriundo de Atlacomulco y de su señora esposa con estudios, apenas, de primaria, no, menos, de secundaria, la tarea será titánica. + + + Luego de cimentarse la mala racha del candidote Meade, cualquiera pensaría que, sí, en efecto, EPN podría ya estar negociando con el que ocupa el segundo lugar en la contienda presidencial. Pero no. Le están echando más gasolina al fuego con el que pretenden acabar de “quemar” a Ricardo Anaya, utilizando al diario ibérico El Español —justo ahora que Peña anda por esos lares— para ligarlo con otro empresario al que se acusa de lavado de dinero en beneficio del candidato del Frente por México. Más le vale al ocupante de Los Pinos que AMLO gane la Presidencia, porque si el que llegara a ganar fuese Ricardo Anaya, seguro que terminaría con sus huesos en la cárcel. + + + Ya empiezan a rendir frutos los 400 mil millones de pesos que Peña Nieto sacó de Pemex y de la CFE —por eso están en quiebra— para la campaña de lo que queda de su partido. La prensa infame está infestada de gacetillas que denuestan a AMLO y que tienen el inconfundible y pútrido aroma a “chayote”.
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