Corruptos del poder
Freddy Sánchez jueves 26, Abr 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Tantos han sido los políticos y funcionarios corruptos no alcanzados por la justicia, que la protección del fuero sirvió como “patente de corso” para delinquir impunemente.
Enhorabuena, que eso se acabó con una reforma legal largamente deseada por la población en general.
No más desfile de sinvergüenzas en altos cargos de gobierno. Del Presidente de la República para abajo, nadie escapará al brazo de la ley.
Tal cosa sucederá en cuanto el Senado ratifique la ley aprobada en la Cámara de Diputados, a fin de evitar que rémoras legislativas, alentadas por componendas políticas, sigan impidiendo una implacable persecución de servidores públicos deshonestos.
Las cosas están dadas para una nueva época en la lucha contra la corrupción en México, porque sin un fuero protector para los corruptos (sean del tamaño y origen que sean las investiduras de los que perderán el fuero), cualquier denuncia bastará para someterlos a una indagatoria penal sobre presuntos actos de corrupción.
Un ciudadano de cualquier estrato social, afiliación política, creencia religiosa, preferencia sexual (sin distingos ni discriminación alguna), podrá acusar de hechos presumiblemente ilícitos a cualquier funcionario, incluido el Presidente de la República.
Una iniciativa de ley propuesta por el candidato priísta a la presidencia, José Antonio Meade, aunque la misma autoría la reclama Morena, habiendo sido el caso de que en distintos momentos, en años anteriores, muchos más intentaron convertir en ley, lo que finalmente se aprobó en la Cámara baja, a pesar de que en el pasado, constantemente, diversos grupos de poder no sólo se opusieron, sino que se las ingeniaron de una y otra forma para evitar que el retiro del fuero procediera por mandato de ley.
El eterno alegato de que el fuero se creó como justa protección para los políticos que patrióticamente salieron a defender nobles causas en favor de las mayorías, habiendo sido objeto de represiones a veces sangrientas de prepotentes autoridades, hizo valer durante mucho tiempo esta herramienta legal, que con el paso de los años, tristemente, se convirtió en una especie de inviolable armazón para beneficio de políticos ladrones y no de honorables defensores de los intereses sociales.
Por eso, el fuero llegó a ser catalogado con el más descarado artificio de la corrupción oficial, dada su condición de dar a un individuo absoluta impunidad ante todo clase de acusaciones, bajo el pretexto de que la ley debe proteger de persecuciones judiciales a ciertos funcionarios de alto rango en la administración pública.
Y naturalmente como primero y principal protegido por el fuero, lo ha estado el Presidente de la República, pero eso ya no seguirá igual en el momento en que los senadores voten a favor la ley que los diputados ya aprobaron en San Lázaro.
Así que ya no más corruptelas al amparo del fuero.
Esto, lógicamente, implicará que en lo sucesivo no se repitan las manipulaciones políticas que durante años bloquearon casi todo intento por llevar a juicio político a un funcionario acusado de corrupto, y lo mismo se podría seguir intentando al pretender manipular y presionar desde altas instancias burocráticas a los procuradores e impartidores de justicia que pronto supuestamente tendrán manos libres para actuar en caso de denuncias penales contra los funcionarios despojados de fuero.
Y es que sería lamentable que la aplicación de la ley en contra de la corrupción ( con todo y el retiro del fuero), siga a merced de los corruptos del poder.