José Antonio y Andrés Manuel, en la recta final
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 23, Abr 2018Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Certeza financiera y estabilidad social vs populismo y confrontación, los proyectos
- Un voto razonado, la mejor dosis para las propuestas viscerales
A unas horas de haberse desarrollado el primero de tres debates que sostendrán oficialmente los candidatos a la presidencia de la República, en estos momentos los war rooms o cuartos de junto que definen las estrategias de campaña de los aspirantes a la silla del águila su tarea es salir a gritar por todos los medios posibles que su abanderada u abanderado fue la o el ganador, no hace falta, unos meses de precampaña y campaña han sido suficientes para que el electorado vea perfiles y conozca la trayectoria de quienes el primer día de julio próximo estarán sus nombres en la boleta electoral.
A veinticuatro días de iniciados los tiempos de campaña, de un total de noventa, hay un porcentaje importante de posibles votantes aún en estado indeciso, y eso al final podría marcar la diferencia para quien, por las encuestas, ya se sienten ganadores y andan recorriendo México en medio de la soberbia y con un costal de propuestas que a corto plazo son los votos pero en la realidad de México y sus futuro son intransitables.
De entrada podríamos decir que desde antes de este debate ya se perfilaban dos proyectos rumbo a la silla del águila, los otros contendientes harán su mejor esfuerzo pero nada más se espera de ellos.
Andrés Manuel López Obrador lleva más de quince años en campaña e incluso se le pueden sumar entre sus obstinados logros una presidencia virtual, ya que luego de una cerrada votación en 2006, perdió ante el abanderado del PAN, Felipe Calderón, elección que desconoció y en acto de alto contenido teatral en el género de la farsa y la comedia, fue ungido “Presidente Légitimo”, figura que por supuesto no existe en nuestro sistema de leyes, pero que en un arranque de intransigencia y locura, y no del uso de la razón, hizo el ridículo en pleno zócalo del corazón de la República al aceptar que le impusieran una banda presidencial más falsa que una bandera nacional de manufactura China.
Sus ideas son tan viejas como los años que lleva en campaña; entre los jóvenes sus seguidores en su mayoría son los que no conocen su historia en el que se le involucra en actos de corrupción, como las conductas en ese terreno detectadas a sus cercanos colaboradores, donde los nombres de René Bejarano, Gustavo Ponce y Carlos Imaz, son los más emblemáticos, pero hay muchos nombres más.
Hay muchos otros cuestionamientos en la trayectoria de este personaje, mejor conocido como “EL Peje”. Habla de querer detener el proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto, obra que genera no solo obras sino atrae inversiones extranjeras, pero por otro se contradice diciendo que si los empresarios quieren invertir su dinero que él les va a otorgar las concesiones, es decir fuera de la legalidad y al parecer después del consabido “moche” o del famoso “ten per cent”.
También quiere cancelar, porque él lo dice, reformas legales que el Congreso de la Unión, por mayoría, aprobó como son los casos de las reformas en materia educativa o la energética, actitudes que lo hacen ver con su verdadero rostro, de intolerancia y dictatorial, es decir dispuesto a “mandar al diablo a las instituciones”.
José Antonio Meade, es la carta opuesta a Andrés Manuel. Brincó al escenario de las campañas apenas hace unos meses, primero como pre candidato y luego ya como tal.
Cuenta con un perfil que con creces supera las características que los mexicanos anhelamos siempre que pensamos en elegir al primer mandatario del país. Hombre preparado, amplia experiencia administrativa y con conducta intachable, profesional y honestidad a toda prueba.
Es cierto, dirán algunos que es el candidato del partido político que más negativos tiene en esta contienda, pero también es cierto que los enojos muchas veces nos hacen tomar malas decisiones, de ahí que con la información que existe, como algunas propuestas que se vislumbraron ayer en el careo entre candidatos, queda claro que la oferta política de José Antonio es la más consistente y seria, sobre todo porque, está visto, no son producto ni de la improvisación ni de las ocurrencias.
Su experiencia administrativa de más de veinte años, donde destaca haber sido secretario de Estado hasta en cinco ocasiones, dos veces titular de Hacienda, además secretario de Desarrollo Social, de Relaciones Exteriores y de Energía, lo hacen ser visto como un candidato de carne y hueso, real, como para conducir los destinos del país.
VA MI RESTO.- Faltan dos debates, y poco más de dos meses de campañas políticas. Es un hecho que ayer lo que se vio hará reflexionar a quienes creían haber decidido su voto, producto del enojo social, pero también empujará a tomar una decisión a los indecisos, el uso de la razón o las vísceras.
Los días que vienen serán decisivos, los mexicanos debemos elegir entre dos propuestas, una populista y producto de la demagogia, como la que representa y ofrece Andrés Manuel, y otra que ofrece alternativas producto del conocimiento y la experiencia, con ideas modernas y visión de Estado, como las que propone José Antonio.
Son dos proyectos, diametralmente diferentes, el del tabasqueño ha ganado adeptos con discursos fáciles y en general sus ideas han confrontado a la sociedad, en cambio José Antonio lo que ofrece es certeza financiera, desarrollo económico, estabilidad social.
Los debates son para eso, para votar informados, acción cívica que debe ir más allá de un acto visceral, actos estos últimos que la historia nos ha demostrado que a nada bien conduce actuar con el hígado, y hasta ahí porque como veo, doy.