Enojo ciudadano
Freddy Sánchez jueves 19, Abr 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Entre los no partidarios de que Manuel López Obrador llegue a la Presidencia (que como los que lo apoyan son muchos), la voz de un comentarista financiero hizo notar en días pasados algo que en efecto habría que reflexionar con sumo cuidado.
En abierta oposición al tabasqueño, preguntó que si acaso en este país hemos de esperar que aquello que no está bien se componga arruinando lo que funciona correctamente.
Palabras más palabras menos, esa fue la interrogante que formuló un colega dedicado a comentar asuntos financieros, y por ello, dotado de la experiencia para formular hipótesis sobre un cambio radical en las políticas económicas nacionales, es caso de confirmarse la nominación presidencial del ex jefe de gobierno en la Ciudad de México.
El comunicador no tuvo empacho en prever afectaciones graves en materia de estabilidad económica, a la postre altamente dañinas, para las familias mexicanas, por lo que manifestó su desacuerdo en que se pretenda corregir lo que no ha funcionado adecuadamente, echando por la borda y deshaciendo aquello que sí está operando en favor del bienestar colectivo y en el mediano plazo será cada vez más favorable para las familias mexicanas.
Cosa que, obviamente, millones de compatriotas de plano no perciben que esté sucediendo en su entorno inmediato: el hogar.
De modo que la defensa de un cambio en materia de gobierno para redirigir la política económica y social en el país, en aras de que no pase más tiempo y la gente palpe ampliamente que desde el sector oficial ciertamente se hacen cosas en su beneficio, hace dirigir la mirada de un alto número de potenciales electores en la propuesta de Andrés Manuel López Obrador.
Quien, por cierto ha dicho que habiendo sido el responsable del manejo gubernamental en la Ciudad de México, la inversión privada fluyó de manera importante, nadie se quejó de abusos de autoridad contra los empresarios ni hubo pánico social en torno a su mandato.
Por eso, promete López Obrador, que no habrá nuevas reformas legales, sólo en aquellos casos, como la terminación del fuero, además de que se respetará el estado de Derecho para los inversionistas privados.
Eh ahí, el punto medular en la discusión sobre si el tabasqueño fue en el pasado y seguirá siendo en el futuro un “peligro para México”, o eso sólo es producto de un invento malicioso de quienes en poder y absoluto dominio de las grandes decisiones económicas que los favorecen (siendo como lo afirma López Obrador, una mafia del poder), no quieren que nada ni nadie modifique ni un punto ni una coma las normas legales y los contratos firmados o por firmarse, en aras de que los grupos económicos más poderosos y sus asociados políticos puedan seguir actuando como los hicieron en un viejo pasado y en tiempos menos lejanos en dos sexenios de panismo y uno de priísmo en los últimos 18 años.
O sea, favoreciendo a los poderosos, a cambio casi siempre de un misérrimo porcentaje en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población general, especialmente la clase media y los más pobres.
Esa parte de la sociedad mexicana que no parece concordar en su diagnóstico sobre el estado actual de la economía familiar (bajo el supuesto de que las cosas mejoran, aunque sea poco a poco), porque un alto número de connacionales no lo percibe realmente cuando hacen sus compras de lo indispensable para una vida digna.
Y como es natural, debido a tal situación quieren un cambio radical en el gobierno, dejándose seducir por lo que les propone López Obrador, cuya oferta electoral en busca de la primera magistratura de la nación sin duda tiene a su favor la indignación de millones de potenciales electores y su manifiesto enojo ciudadano.