Reprobados
¬ Augusto Corro viernes 10, Dic 2010Punto x Punto
Augusto Corro
La educación pública debió excluirse de los intereses políticos para evitar su deterioro o estancamiento.
Desde el secretario de Educación, Alonso Lujambio, hasta la dueña del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo, se mueven en las arenas movedizas de la política.
Por esa razón, el titular de la SEP se encuentra más interesado en que le cuadren las cuentas de los gastos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, que en la revisión del retraso educativo.
Y Elba Esther Gordillo mantiene a maestros comisionados en chambas políticas, como “aviadores”, en vez de que cumplan con sus obligaciones de enseñar, para lo que se supone fueron contratados.
En una época, los secretarios de Educación eran intelectuales que se dedicaban, en cuerpo y alma a atender las necesidades que planteaba la educación pública. Hombres de reconocido prestigio involucrados en la cultura.
Claro, la excepción fue el maestro José Vasconcelos, quien a pesar de ser un político distinguido, realizó una labor que sigue presente en las escuelas de educación superior.
Después, conforme transcurrió el tiempo, la titularidad de la SEP estuvo encomendada a políticos que aceptaban el cargo como un castigo. Priístas y panistas se encargaron de poner su grano de arena para deteriorar la educación pública.
Por ejemplo, no se sabe el número de maestros que cumplen otras funciones en el partido político de la maestra y que aparecen en la nómina de la SEP.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la calidad de la educación en México tuvo un deterioro, y un 46 por ciento de los jóvenes tienen resultados insuficientes de aprendizaje al llegar a los 15 años.
Información derivada de un estudio efectuado en 65 países, señala que México fue ubicado en el lugar 48 por los resultados y en el último de los miembros de la OCDE, de acuerdo al examen del 2009.
A la deficiencia en materia educativa, a la SEP se le cuelgan toda clase de milagros, precisamente, por la frivolidad como es tratada por Alonso Lujambio y Elba Esther Gordillo. El primero no responde a las exigencias de un país que no sale del subdesarrollo.
Las acciones de los dirigentes del SNTE tratan de deslindarse de los compromisos con Alonso Lujambio. Parece que Elba Esther ya encauzó sus intereses políticos hacia otros lados.
OTRO ESCÁNDALO EN LA SEP
Servando González Martínez La Tuta, señalado como uno de los principales dirigentes del cártel “La Familia Michoacana”, y uno de los más violentos, aparece en documentos de la SEP como profesor de una escuela primaria en el municipio de Arteaga, plaza por la cual recibió 51 mil 811 pesos en el primer trimestre del año.
En la página electrónica de la secretaría multicitada, aparece la ficha de La Tuta en la que se explica que no tiene un perfil académico, pero cuenta con 15 años de servicio y que en los últimos 10 años se encontraba en el mismo nivel.
No sorprende que la delincuencia organizada ordeñe los presupuestos económicos oficiales. En otra ocasión, se descubrió que otros capos, como el El Chapo Guzmán, recibían la ayuda que la Secretaría de Agricultura brinda a los campesinos.
La experiencia de La Tuta como maestro y delincuente es una garantía para obtener mejores sicarios.
Por cierto, el capo podrá seguir en la nómina del magisterio, porque solamente podrá ser dado de baja si se encuentra en prisión preventiva o bajo arresto de una autoridad judicial. Y como van las cosas en Michoacán, La Tuta seguirá libre con su sueldo seguro como maestro.
PREMIO
Una vez ungido como presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero inició la repartición de “huesos” en el Comité Ejecutivo Nacional, para llevar la fiesta en paz. Y una de las beneficiadas fue nada menos que Cecilia Romero, la panista que sobrevivió a las críticas por su pésimo desempeño como titular del Instituto Nacional de Migración.
Ella se desempeñaba como comisionada cuando ocurrió la masacre en la que perdieron la vida 72 migrantes centroamericanos y brasileños. El caso trascendió las fronteras y se dijo, en ese entonces, que la carrera política de Cecilia Romero había concluido.
Sin embargo, la panista resurgió de las cenizas y participó como una de las candidatas a la presidencia nacional del PAN. Parece que su actuación negativa como funcionaria sirvió para que la recompensaran con el segundo puesto más importante en el organigrama político azul.
Seguramente, su militancia yunquista sirvió para que el sumiso Gustavo Madero la tuviera en cuenta en el reparto de los “huesos”. El desprestigio no es obstáculo para que Cecilia Romero trate de reverdecer laureles, pues con el premio mayor en las manos y lejos del INM su vida será diferente.
No es el caso del diputado Roberto Gil Zuarth, adversario de Gustavo Madero, pues fue “chamaqueado” por el nuevo dirigente panista. Gil Zuarth al final decidió apoyarlo con el fin de conseguir algunos cargos en el comité ejecutivo, pero no lo logró. Al flamante líder azul se le olvidó el compromiso. Así de fácil.
Y ya que hablamos de panistas, al ex presidente Vicente Fox le urge el destape del precandidato de su partido a la Presidencia de la República. El guanajuatense ve, desesperado, como en los otros partidos políticos los aspirantes se encuentran en plena campaña.
Dijo el ex mandatario que los aspirantes a la Presidencia de la República se “pongan las pilas” y trabajen fuerte para impulsar sus candidaturas.
En el PAN, las cosas de palacio van despacio. En primer lugar, porque la caballada está flaquísima. Es posible que quien practica el dedazo no encuentra al aspirante idóneo que represente a los azules, con garantía de triunfo, en la próxima justa electoral.
Parece que el ex presidente Fox está muy interesado en el desarrollo de la lucha política por la sucesión presidencial, pues él sabe que sus servicios serán requeridos tarde o temprano porque conoce el juego de cargar los dos dados que le dio resultados excelentes en las elecciones del 2006.