Alcaldes, las víctimas
¬ Augusto Corro martes 17, Abr 2018Punto por punto
Augusto Corro
Por lo menos son dos formas de realizar la lucha política en México: una, civilizada; y otra cruenta. La primera se practica con el diálogo; la segunda con violencia.
En las cúpulas del poder, los dirigentes políticos de los partidos se insultan, se dicen sus verdades y los enfrentamientos verbales se diluyen y desaparecen.
En las bases de las organizaciones políticas las situaciones son diferentes. Los militantes partidistas resuelven sus conflictos con dosis de violencia extrema.
Así, tenemos que en el presente sexenio suman 73 asesinatos de alcaldes electos, en funciones y ex ediles. Se incluye también a quienes fueron ultimados por cuestiones ajenas a la lucha política, pero sucumbieron a manos de la delincuencia organizada.
Las bases son apasionadas por sus candidatos. Nada las detiene para ganar. Son inflexibles en sus ideologías partidistas. No ceden en su estilo de pensar. Esas conductas se repiten en todas las fuerzas políticas.
En ninguna entidad se encuentran a salvo los alcaldes electos, en funciones o ex ediles. Aunque los estados con alto riesgo para ellos son: Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Jalisco, etc.
Nos encontramos en la recta final de la contienda electoral 2018. Los ánimos de la militancia partidista deben controlarse para evitar la violencia.
La inseguridad que padecen las propias autoridades locales quizá no tenga solución, pero cualquier esfuerzo por erradicarla será positivo.
El domingo, Juan Carlos Magaña, presidente municipal de Jilotlán, Jalisco, fue ejecutado en una emboscada. Aspiraba a renovar su cargo en las próximas elecciones.
Por cierto, los aspirantes a cargos de representación popular deben entender que sus discursos incendiarios que incitan a la violencia pueden descarrilar el desarrollo del proceso electoral presente.
Fox sin pensión
El expresidente Vicente Fox es increpado por una mujer en un avión. Ella pasa frente al guanajuatense que se dispone a leer un libro, en el pasillo de la nave y le dice:
-Fox, señor sin pensiones.
Y añade:
-Se la vamos a quitar ahora que llegue el Peje.
Contesta Fox, sacado de onda:
-A ti también.
La mujer le grita al exmandatario que él robó más que Andrés Manuel López Obrador y que ella tiene derecho a expresarse. Fox jalonea a la pasajera. No oculta su molestia.
La viajera grita:
-¡Suélteme, suélteme!
Ella, indignada exclama:
-Se le van a acabar (la pensión) maldito. Según se informó el hecho ocurrió en el avión con destino a Houston.
La pasajera usa su teléfono para grabar la escena.
Por lo menos en los últimos sexenios, los expresidentes de la República son repudiados en todas partes. Tampoco otros políticos se salvan de ser cuestionados por los ciudadanos.
Principalmente los ex mandatarios Vicente Fox y Felipe Calderón son confrontados por inconformes que no aceptan que esos políticos se encuentren beneficiados con pensiones vitalicias millonarias y apoyo con personal civil y militar.
Esas acciones de reproche contra los citados ex presidentes cada vez son más. Lo que llama la atención es el espesor de la concha de cinismo que los cubre y que parece no afectarse por las increpaciones de la gente.
¿Usted estaría en condiciones de hacer el papel ridículo de presidente de la República, como ocurrió con Fox y Felipe, para después pasarse la vida en la holgazanería con una pensión vitalicia apoyada en una fortuna en dinero y en número de personas para que le sirvan y le cuiden, que ni Barack Obama tiene como primer mandatario estadounidense? ¿Usted qué opina?
El tramposo
El candidato presidencial independiente, Jaime Rodríguez (a) “El Bronco”, (militó en el PRI más de 20 años) inició su campaña política el sábado pasado en Nuevo León. El aspirante tiene todo en contra en su lucha para obtener la Presidencia de la República.
En primer lugar, no podrá sacudirse la imagen de tramposo. El INE le canceló el registro a la candidatura por las miles de irregularidades en la recolección de firmas; pero el Tribunal Electoral lo perdonó.
“El Bronco” tiene ya la marca del descrédito. Además, se quedó sin autoridad moral para plantear la lucha contra la corrupción.
De todas maneras, el gobernador de Nuevo León, con licencia, no tiene posibilidades de llegar a Los Pinos, pues compite con adversarios de otro nivel, es decir de primera división. Al aspirante nuevoleonés se le podría calificar como amateur.
A diferencia del inició de su campaña como gobernador, en aquella ocasión despotricó contra los medios de comunicación, prometió encarcelar al ex gobernador Rodrigo Medina, acusado del delito de peculado: y atacó a sus enemigos.
El sábado pasado, “El Bronco” reflejó la imagen de estar domado, debido a su pasividad en su discurso y en su actuación.