El real peligro para México: que renunciemos a nuestra voluntad de cambio
Francisco Rodríguez miércoles 11, Abr 2018Índice político
Francisco Rodríguez
Ante la debacle electoral que se les viene encima, los que perderán se la pasan asustando a la nación con el petate del muerto. Ahora resulta que para los neopriístas (itamitas, en realidad) del debate amenazante, el verdadero peligro para México es el fantasmón de… ¡Echeverría!, un sujeto longevo y confinado, cuyo delito fue usar demasiado la lengua antiestadounidense. Esto es el colmo.
Y es que la miastenia gravis, fase terminal del vitiligo, es esencialmente suicida, opinan todos los facultativos consultados. No vaya a ser que los panistas señalados por corrupción y los endeudados estratosféricos priístas del presente, sean el futuro que nos espera en el mañana. Nuevamente la culebra se muerde la cola.
Escogen para señalarlo a los menos indicados. Los beneficiarios del priísmo, nacidos en los pañales de seda del autoritarismo y compensados con micrófono de oro en los foros televisivos, acusan de tamaña inconsecuencia a los que tuvieron a mal procrearlos. Lo dicho: no se miden, ni tienen fondo.
Exhiben la imagen del personaje de San Jerónimo en los debates nylon sin recato, para —como al enano del tapanco— invocar la bendición del gabacho a sus argumentos fatuos. En la conclusión del respetable, el verdadero peligro para México no son sus muertos, son ellos.
Porque todo lo que revelan jamás existió. Lo que es real son sus triquiñuelas. Echeverría no fue estatista, ni nacionalista, ni rompedor revolucionario. De agachado burócrata, sangriento y represor, como ellos, se convirtió en adalid del tercermundismo en su loca carrera por ser secretario general de la ONU. Hasta ahí.
La cifra de la deuda externa la alzó de 4 a 20,000 millones de dólares, un moco de pavo si se compara con el total de 220,000 millones de dólares, 12 billones de pesos que ha alcanzado “gracias” a las gestiones pripanistas de los últimos años. En su desaforada carrera, Echeverría echó a andar la máquina de hacer billetes y acabó con el dólar a 12.50, una manida tradición tricolor.
Echeverría nunca fue socialista ni algo por el estilo. El lenguaraz dedicó su sexenio a complicitarse con el furibundo anticomunismo de Nixon, golpista y asesino en los países latinoamericanos del Sur, para entronizar las batutas de los grandes conglomerados empresariales de Nueva York. Una estrella más de la bandera de huesos y calaveras.
Cualquier millennial de medio pelo lo sabe. A nadie espantan con el petate del muerto. Sólo se asustan quienes lo profieren y ahora lo invocan, en esta feria de confusiones y arrebatos que revelan los auténticos miedos y paranoias de los desvalidos. ¡A otro perro con ese hueso!
Los voceros de las campañas panpriístas se pintan solos. Ya ni hace falta que el destacado Alfredo Jalife los descubra. Se han significado como los auténticos voceros del Imperio, asustado con el voto popular. Repiten cantinelas del viejo drama del republicanismo rebasado, a petición del titiritero, George Soros, el golpista mayor.
Entonces, el peligro para México no es otro que ellos mismos. Su afán de enriquecimiento bestial, su empeño en convertirnos decididamente en una colonia abandonada, su odio hacia todo contenido democrático, su ilusión de seguir reinando en solitario, machacando las vidas de más de 120 millones de mexicanos.
Como la degollina está a punto de caer en sus cogotes, les espanta hasta una sombra de sus sombras. Escogen como chivo expiatorio al represor histórico de Tlatelolco, el que manejó las agarraderas de la voluntad diazordacista en el ‘68, hace cincuenta años, sin darse cuenta que retratan y recuerdan Atenco, Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato, Nochistlán, Nuevo Laredo, Reynosa, Apatzingán y toda la estela del terror peñista.
Son un insulto a la inteligencia. Sus argumentos son trasnochados, crudos de resaca sangrienta e impotentes para defender la realidad que nos agobia. Recurren a fantasmas para recordar al pueblo sus barbaridades e inconsecuencias en el ejercicio del mando. Represión, sangre, tortura, prisión, levantones y ejecución despiadada, en nombre del atraco y del dinero es en resumidas cuentas el saldo de la aciaga noche de su historia.
El entreguismo sin límites y sin cuartel es su medida. Añoran el autoritarismo y la dictadura, pero se resisten a pronunciar su nombre. Acuden al retruécano en despoblado, con tal de auto incriminarse, a cambio de que alguien vote por ellos, movido por un recuerdo que jamás existió. Pero Jauja se acabó, ya no es posible, aunque lo invoquen.
Cuando los foxistas en un intento ñoño quisieron enjuiciar a Echeverría por el probado genocidio cometido hace cincuenta años les faltaron los mismos arrestos que para llevar a cabo un desafuero inconsulto. Hicieron quedar mal a toda su claque en el Congreso y en los medios de comunicación a su servicio.
Ahora regresan por sus fueros. Son los mismos de la declaración “7 de 7”, una hipocresía comunicativa que esconde los verdaderos crímenes, desfalcos y conflictos de interés. Las buenas conciencias ahogadas en la temeridad que brinda la corrupción, la impunidad e inmunidad, conceptos de pistoleros que están a punto de ser arrasados desde su base.
La realidad es que no se pueden avizorar en sus promesas ni en su horizonte político un estado de Derecho, ni corporativo, ni autoritario, ni populista, aunque sea de derecha como el echeverrista. No. Hoy lo que ofrecen es la catatonia institucional, el desmantelamiento de las estructuras y la pulverización de los renglones productivos.
Al que se atreva a revisar los contratos, concesiones y trastupijes otorgados a espaldas del pueblo, en lo oscurito, todo el rigor de sus argumentos trasnochados. Al que quiera hacer un programa de gobierno que se funde en el desarrollo del mercado interno y en la independencia alimentaria, todo el odio del neopriísmo itamita, fascista y corruptor.
Todo debe decirse y prometerse, a condición de que sea de mentiritas. Nada que atente contra un modo de vida del uno por ciento de los mexicanos favorecidos con el abuso. Que se jodan los demás, las inmensas y sufridas mayorías, al fin y al cabo para eso les enseñaron que es el poder.
Añoran regresar al caprichato echeverrista, es su loca ilusión fracasada de antemano. Pero para llegar hay que matar al padre que la construyó. De eso se trata la demagogia. Es la pasta de los sueños naif de los elegidos por las burocracias neoyorquinas, apoyados por las reservas nacionales de las guardias fronterizas…… envalentonados porque de un momento a otro será aplicada la draconiana Ley de Seguridad Interior que para eso sirve: para reprimir a todo aquél que piense votar en contra de los establecidos de siempre. Las dinastías por encima de todos, aunque no tengan razón ni argumentos.
La urgencia real es alentar la producción del campo, explotar con nuestras manos el vasto potencial de litorales y mares, revisar la hacienda pública, acabar con los moches entreguistas, pelear a fondo por nuestra supervivencia como pueblo.
Urge ponernos a prueba nosotros mismos. No necesitamos vejigas para nadar. Usted, estimado lector y elector, ¿no cree que es posible lograr el cambio? ¿Les hace caso a los ladridos de los perros de presa?
Índice Flamígero: La muy seria casa encuestadora Indemerc, donde despachan los Vicente Licona, padre e hijo, acaba de concluir un nuevo estudio electoral de carácter nacional. Los resultados preliminares apuntan lo siguiente: 1) AMLO sigue en primer lugar inmutable con millones y millones de votos a su favor. 2) Anaya ha recuperado lo que le habían afectado y la verdad que sorprende ver que después de tanta campaña en contra, no haya caído, aunque tal vez lo detuvieron. 3) Meade sigue en claro tercer lugar, peor de cómo lo expone El Universal. No sale de ahí. 4) Margarita Zavala acecha a Meade y, si tuviera recursos económicos, podría pelear el tercer lugar con Meade. 5) Si los finalistas fuesen Anaya vs Meade, ¡gana Anaya por mucho! 6) Si los finalistas fueran AMLO vs Meade, ¡AMLO aplasta! 7) O sea, ya se ve casi imposible que surja el PRI. 8) Ahora bien, creemos que los debates los va a ganar Anaya y eso le podría dar algún impulso o muchísimo. 9) La salida de El Bronco es interesante. Es un super candidato (como gobernante, deja mucho qué desear) y naturalmente le quitaría votos al PRI (así lo hizo en NL), pero de “adentro” se dice que es para atacar a AMLO. + + + Otra vez, en los hechos, cuatro priístas investidos de magistrados del Tribunal Electoral mandaron al diablo a las instituciones. Igual que el INE diera Vo.Bo a Margarita Zavala para aparecer en la boleta electoral como candidata “independiente”, pese a ser una delincuente electoral, así en la madrugada de ayer el organismo jurisdiccional conocido Trife dio el espaldarazo a Jaime Rodríguez, quien será mansito cuando reciba las órdenes y las maletas de Los Pinos y del PRI para lanzarse contra ya sabes quién.
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