La hostilidad “trumpiana”
¬ Augusto Corro lunes 9, Abr 2018Punto por punto
Augusto Corro
Tolerancia cero a los inmigrantes ilegales en Estados Unidos es la nueva política de Estados Unidos. Se trata de perseguir, sin ninguna contemplación, a los indocumentados que elijan cruzar la frontera México-EU.
Esta medida del anaranjado Donald Trump es para frenar la migración ilegal hacia su país y sellar la frontera con México. Plan que empezó con la construcción del muro divisorio y mayor vigilancia con elementos de la Guardia Nacional.
Las razias contra los inmigrantes son constantes y sin importar las violaciones a los derechos humanos las personas sin papeles son detenidas y deportadas a sus países de origen. Esta práctica de la tolerancia cero no es nueva. Empezó a aplicarse desde la llegada de Trump al poder.
La tolerancia cero es un enfoque de política de seguridad ciudadana que se basa en castigar severamente cualquier infracción legal sin importar la gravedad de la falta cometida, reduciendo al máximo el retardo entre la comisión del delito y la respuesta judicial.
Así pues, la tolerancia cero en Estados Unidos como la persecución y aplicación de la ley sin contemplación alguna contra aquellos que cometieron algún delito, como es la estancia ilegal de extranjeros en ese país.
Sellar la frontera
Dijo Trump, en una de sus declaraciones: “estamos sellando nuestra frontera sur. La gente de nuestro gran país quiere seguridad y protección”.
¿Esas medidas trumpianas servirán para erradicar la migración ilegal en EU?
La respuesta es no, porque en Latinoamérica hay países con fenómenos sociales que provocan corrientes migratorias a EU, principalmente, que no se resuelven con violencia, represión o castigos. No se trata de juegos de niños. Son conflictos que no se solucionan con discursos.
Por ejemplo, en Centroamérica las condiciones de pobreza, delincuencia y desempleo son los principales factores que obligan a la gente a dejar sus lugares de origen, con el propósito de encontrar mejores condiciones de vida.
En los últimos años se incrementaron las corrientes migratorias de guatemaltecos, hondureñ0s, salvadores y mexicanos con destino en EU. Ahora no solamente la gente no huye de la pobreza, sino también buscan salvar sus vidas amenazadas por las bandas criminales.
La mayor parte de los migrantes centroamericanos que van a EU pasan por territorio mexicano en el que encuentran un sinnúmero de peligros desde el secuestro hasta la muerte.
Hace varios días, el presidente Trump se escandalizó por la caravana “Viacrucis Migrante 2018” que cruzaba México de sur a norte.
Alrededor de mil personas centroamericanas que año con año hacen su recorrido, sin intención de cruzar la frontera norte. Lo que buscan es que el mundo se entere de la condición difícil de migrantes y de localizar a familiares que hace tiempo que no saben de ellos.
La marcha de los centroamericanos que recorre México provocó la ira de Trump y con este pretexto ordenó la inmediata militarización de la frontera. Llegaron a cuidar la zona los soldados de la Guardia Nacional, con un alarde de fuerza y poder innecesarios.
Ante la actitud trumpiana grosera e insolente, el gobierno mexicano le dijo al millonario convertido en político estadounidense que “si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de su Congreso, diríjase a ellos, no a los mexicanos”; y que está dispuesto a negociar “pero siempre partiendo de la base del respeto mutuo”.
Los “pendientes” de Trump
El mandatario Trump tiene en cartera varios asuntos pendientes que resolver antes noviembre; mes en el que se renovará la totalidad de la Cámara de Representantes (algo parecido a la Cámara de Diputados) y un tercio del Senado; y la imagen del magnate de la construcción se deteriora. Su política conflictiva lo mantiene en constante enfrentamiento con el mundo.
Los problemas que enfrenta el mandatario anaranjado son entre otros, los siguientes:
La injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos.
El destino de los jóvenes que llegaron a EU cuando eran niños y que Trump los quiere echar de su país.
La guerra comercial con China que es de pronóstico reservado. Un pleito que apenas empieza.
El enfrentamiento de EU contra Corea del Norte cuyos gobernantes se ufanan de tener a la mano el botón que podría desatar una guerra nuclear.
La continuación del muro fronterizo con México repudiado por propios y extraños, pero que es una promesa de campaña de Trump que no camina; no con la rapidez deseada por el mandatario. El complejo problema del narcotráfico que es responsabilidad de ambos países (México-EU) pero las autoridades estadounidenses se hacen de la vista gorda y le dejaron todo el paquete de la solución a México.
¿Quién se encargará de disminuir el mercado de drogas de EU, el mayor del mundo? ¿Y el contrabando de armas? Ya se volvió una tradición que EU colabore con los viciosos, por eso tiene al mercado más grande de drogadictos, y que México ponga los muertos, que suman miles, por la ocurrencia de las autoridades de enfrentar a la delincuencia organizada sin la estrategia adecuada.
También se encuentra el Tratado de Libre Comercio (TLC) que si no se llega a un acuerdo que beneficie a EU no caminará más. Las negociaciones con sus altas y sus bajas, con el estilo nefasto de Trump que siempre quiere ganar, sin importarle el tamaño del abuso.
El problema racial que amenaza con crecer en un gobierno que le guiña el ojo a los simpatizantes del segregacionismo, nazismo, fascismo, etc. No olvidar el rechazo del mandatario a todo lo que huela a Islam.
El asunto de las matanzas en las escuelas debido a laxitud en la venta de armas, que permite que cualquier hijo de vecino, afectado o no de sus facultades mentales, tenga la facilidad de comprar desde una pistola hasta un rifle de asalto, para luego ir a rociar de balas a los estudiantes y a maestros, con los resultados que conocemos.
Como se ve, a Trump se le hizo bolas el engrudo y en el presente solo refleja ineptitud e ignorancia en el manejo de la política estadounidense interna y externa. No le encuentra la salida a los problemas. En cuanto se siente agobiado, lo primero que hace es atacar a México o tuitear desde la zona de confort de la Casa Blanca todo lo que se le ocurra.
Por cierto, el sábado en la tarde murió una persona y cuatro bomberos resultaron lesionados en el incendio en uno de los departamentos del piso 50 de la Torre Trump, en Nueva York. El segundo incidente en cuatro meses.