El puerquito del güero loco
Alberto Vieyra G. jueves 5, Abr 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El güero loco, Donald Trump, ya agarró a México de su puerquito. Nos odia con toda su alma, porque, según él, los mexicanos somos la basura del mundo. Aquí entre nos ¿Que haría usted si tuviese enfrente, y sin guaruras, al pelos de elote? ¿La bestia trumpiana sabrá que los mexicanos somos muy respetuosos, pero de muy pocas pulgas? Las ofensas contra México son tiro por viaje, y es que, la nación se convirtió en el puerquito del güero loco.
El último “gancho al hígado” que nos ha propinado es la amenaza de que militarizará la frontera para frenar el flujo de drogas e indocumentados hacia los Estados Unidos.
En el 2005, George Bush y en el 2009, Barack Obama, intentaron militarizar la frontera norteamericana con México, según ellos para frenar la migración y la posible entrada de terroristas a Norteamérica, pero les salió el tiro por la culata pues, mantener a la tropa loca no sólo era anti constitucional, porque el ejército en los Estados Unidos está impedido a realizar labores de policía, pero sobre todo porque les costaba a los norteamericanos un ojo de la cara.
En abril del 2009, Obama, que, como todos los presidentes norteamericanos, combaten hipócritamente el narcotráfico fuera de sus fronteras, cuando dentro de ellas tienen a más de 40 millones de narcodependientes, pidió al Congreso norteamericano 83 mil 400 millones de dólares para financiar las operaciones militares en Irak y Afganistán, y de ese monto, destinaría 350 millones para la realización de operaciones que garantizaran la seguridad de la frontera sur con México.
Ahora, es el güero loco, Donald Trump, el que también, hipócritamente, combate al narcotráfico fuera de Estados Unidos, y anuncia que mientras le construyen su muro, desplegará tropas norteamericanas a lo largo de los 3169 kilómetros que comprende la frontera México norteamericana.
¿El Congreso le autorizará una millonada para llevar a cabo su locuaz ideota?
Francamente se antoja imposible, pero, como es un lunático e inestable emocionalmente, un día y otro también, amenazará a México con el muro, la cancelación del TLC, la militarización de la frontera, la desaparición del programa DACA, el narcotráfico, el aumento en aranceles y la imparable migración latina en busca del sueño americano. El caso es estar como las chinches: chupando la sangre. El general Porfirio de la Cruz Díaz Mori, popularizó una frase de Sebastián Lerdo de Tejada que rezaba: “Pobre México, tan lejos de Dios, pero tan cerca de los Estados Unidos”.
La vecindad mexiconorteamericana es un infierno, como quien duerme en una cama con chinches. ¿Usted ha dormido alguna vez en una cama con esos animalitos? ¿Verdad que es un infierno? Afortunadamente, para esas plagas, los biólogos mexicanos han encontrado que la guayaba es un antídoto de lo más extraordinario para hacer que desaparezcan de la noche a la mañana. Lamentablemente, todavía ningún gobernante mexicano, ni la ciencia, han encontrado algún antídoto contra el infierno que representan las chinches norteamericanas.
No hay ningún antídoto contra el güero loco que agarró a México de su puerquito porque nuestros gobernantes no quieren tocarlo ni con el pétalo de una rosa; creen que levantarle la voz al patrón es una imperdonable afrenta. Los gobernantes mexicanos son así, pero, sin duda, que el activismo de la bestia trumpiana contra México, ha reposicionado el nacionalismo de los mexicanos y seguramente a Donlad Trump le estarán zumbando los oídos porque, lo que menos se pronuncian contra él son mentadas, y si viviese Pancho Villa, seguramente ya habría sugerido a todos los mexicanos echarle más y más mentadas al güero loco, porque también duelen.