El alcalde del año
¬ José Antonio López Sosa miércoles 8, Dic 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Entre más de 840 alcaldes del mundo entero nuestro jefe de gobierno en el Distrito Federal, Marcelo Ebrard gana el reconocimiento como alcalde del año. La designación saca lo peor de muchos, quiero decir, en un entorno político de irrealidades nos podemos enfrentar a dos escenarios irreales:
El primero de sus detractores, quienes actúan como sus adversarios políticos (en la política, en los medios y en la sociedad) tienen un elemento suficiente para propagar grandes volúmenes de improperios, verdades a medias y calumnias dudando cómo llegó a tener esta condecoración frente a la terrible problemática que existe en la Ciudad de México.
A este segmento de la población la noticia sacará lo peor de ellos en el sentido del ataque personal y la saciedad de los peores instintos de destrucción política.
El segundo escenario es el de sus incondicionales, esos que trabajan con él, para él o tienen algún interés –gratuito o pagado—en que Ebrard salga como lo mejor de lo mejor.
Para ellos este nombramiento servirá como una justificación clara a todas sus premisas vertidas a través del discurso, la cámara, el micrófono, el tintero o el simple comentario de pasillo.
Encontrarán miles de razones para que en todo el mundo no hayan encontrado a un alcalde mejor que Marcelo Ebrard.
Este segmento de la población resulta el antagonismo del anterior, con el mismo nivel de irrealidad sacando lo peor de sí mismos también, en un sentido de alabanza y vasallaje.
El tercer escenario, el más difícil de encontrar en las páginas de los periódicos, en los noticieros radiofónicos y mucho más difícil hallarlo en el discurso político, es el que se apega más a la realidad de la ciudad.
¿Qué pensamos los ciudadanos frente a esta designación?, sin pasiones políticas, ideológicas o de intereses mezquinos, ¿cómo nos sentimos con relación al galardón a nuestro alcalde si lo comparamos con la Ciudad de México que teníamos en 2006 y la que tenemos en 2010?.
¿Realmente lo hecho por el jefe de gobierno en el Distrito Federal le vale la condecoración como el mejor alcalde en 2010?, ¿más allá de injurias o alabanzas, los ciudadanos nos sentimos satisfechos con él como gobernante y con la designación internacional que han hecho?
Esas preguntas son difíciles de contestar, no creo que exista un vocero portador de la verdad capitalina, hay muchos que así lo sienten y viven en su nube, cegados y con el ego estancado en un pequeño coto de poder que cree representar a la mayoría.
Me parece en síntesis, que cada capitalino debe hacer una reflexión particular del trabajo del jefe de gobierno y de lo que significa –negativa o positivamente—su condecoración como el alcalde del año.
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NI LOS PERREDISTAS SE LO CREEN, CUANTO PAGARIA DE LOS GASTOS DE LOS ALCALDES QUE VINIERON A TURISTEAR ,CON MUCHOS GASTOS PAGADOS, NO CABE DUDA QUE SON AGRADECIDOS.
EL D.F. CONVERTIDO EN UNA NUEVA SUCIEDAD (no sociedad), SE LLAMA
CACASIDALANDIA.GRACIAS EBRAD Y PERREDISTAS QUE LO ACOMPAÑAN