Chiapas, todo un desastre
Ramón Zurita Sahagún jueves 22, Mar 2018De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Chiapas es uno de los estados más poblados del país que produce grandes riquezas, lo que no se traduce en forma alguna en beneficios para sus habitantes.
Es el principal estado generador de electricidad y su abundancia forestal, además de riqueza multicultural, lo convierten en atractivo para el turismo, aunque la belleza del estado no se refleja en la actuación de sus gobernantes.
Desde hace 18 años se produjo la alternancia, aunque los tres gobernadores han tenido nexos con el priismo que parece haber sido desterrado (como partido) del estado para siempre:
Pablo Salazar fue senador priísta antes de renunciar a ese partido. Juan José Sabines fungió como alcalde de Tuxtla Gutiérrez previo a ser gobernador nominado por la izquierda.
El actual, Manuel Velasco, aunque milita en el Verde, toda su carrera ha sido respaldado por el PRI.
Con todo y ello, las cosas no han sido gratificantes para nadie. Pablo Salazar fue remitido a prisión, al término de su gestión; Juan José Sabines buscó la protección diplomática, antes de cualquier acción en su contra y ahora, Manuel Velasco es cubierto con la inmunidad del fuero.
Ninguno de los tres hizo una buena gestión administrativa ni política y dos de ellos buscan regresar al Senado de la República, Salazar como candidato independiente y Velasco como segundo en la lista plurinominal del Partido Verde Ecologista de México.
El actual gobernador de Chiapas tendrá que pedir una licencia para separarse del cargo, aunque no realizará campaña, ya que su sitio plurinominal le garantiza el lugar, con todo y lo desprestigiado que se encuentra su partido.
Recientemente, el PVEM no las ha tenido todas consigo y aunque va en alianza con el PRI en apoyo a la candidatura presidencial de José Antonio Meade no lo hace en todos los estados en que habrá elección para gobernador.
En Chiapas se desató una guerra verbal y mediática en que verdes y priistas rompieron su compromiso de ir juntos con un candidato común a la gubernatura del estado.
La rebelión llevó al dirigente estatal del PVEM a renunciar al cargo y aunque finalmente hubo arreglo, el saldo fue desastroso, tanto que el candidato del PRI y Verde se fue hasta el tercer lugar en las preferencias electorales y el aspirante del PVEM se unió a Morena.
La disputa por el gobierno estatal parece favorecer, hasta el momento, al candidato de la alianza formada por Morena, Partido del Trabajo y Encuentro Social, Rutilio Cruz Escandón, presidente del Tribunal Superior de Justicia en la mayor parte de la actual gestión.
Va en contra de un ex priísta que compitió hace doce años y fue vencido por Juan José Sabines, José Antonio Aguilar Bodegas, quien fue senador por el PRI y alcalde Tapachula y ahora es abanderado del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
El priista Roberto Albores Gleason, senador con licencia, pretende seguir los pasos de su padre (Roberto Albores Guillén) y gobernar el estado, aunque lo hizo como interino.
Jesús Alejo Orantes Ruiz, es otro de los contendientes al gobierno del estado, aunque él no recibió el respaldo de ningún partido político y competirá como independiente.
La decisión de los electores de Chiapas tomará en cuenta todos los agravios recibidos por el actual gobierno, el que arribó con gran popularidad y se retira en medio del desprestigio producido por un gobernador amante del relumbrón y atento a figurar en el mundo artístico y de las portadas de revistas y diarios rosas.
Velasco Coello ha tenido muchos traspiés en su gestión, donde uno de los grandes reclamos es el abuso a que somete a las clases populares, las que para recibir las dádivas del gobierno tiene que soportar una serie de situaciones que lastiman la dignidad humana.
Son varias las ocasiones en que el gobernador convoca a mujeres que habrán de recibir la ayuda de los programas sociales y las hace esperar bajo un sol incandescente por varias horas, provocando desmayos, insolaciones y el repudio de las asistentes.
En diversas ocasiones se ha mencionado la intromisión de la madre del gobernante, Leticia Coello Garrido, en asuntos de gobierno y el cómo se beneficia de sus acciones.
Como si fuese poco el desastre de gobierno de Manuel Velasco Coello se complica con el sismo que afectó a gran parte de la costa chiapaneca y al continuo enfrentamiento en las comunidades indígenas ocasionado, principalmente, por cuestiones religiosas.
Son diversas las ocasiones en que se intentó entablar juicio político en contra del mandatario chiapaneco, en alguna de ellas por el exceso de promoción de su figura y en otras por presuntos actos de corrupción con la compra de medicamentos e insumos para hospitales, así como otras compras realizadas por el gobierno estatal.
En 2015 la ASF realizó observaciones sobre mil millones de pesos que el gobierno no pudo comprobar.
Por eso y otras razones más, el estado sureño aparece como uno de los más propensos a cambiar de siglas en el gobierno estatal y asegurar una gran dotación de votos para el candidato presidencial puntero de todas las encuestas.
Chiapas reafirma la idea de que los gobernantes jóvenes, con algunas excepciones, no están capacitados para asumir esos cargos de vital importancia, aunque sea por la vía del sufragio.
Los ejemplos recientes cunden y Javier Duarte de Ochoa y Roberto Borge Angulo, ex gobernadores de Veracruz y Quintana Roo, respectivamente, se encuentran en prisión, acusados de delitos varios, mientras que Velasco Coello se apunta para dejar inconclusa su gestión.
Estos tres mandatarios asumieron sus encargos varios años antes de cumplir la cuarta década y con sus acciones de gobernantes, mostraron su total incapacidad para gobernar.