El Tigre de San Tabasco
Freddy Sánchez jueves 22, Mar 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Ahí viene el lobo o el felino con el que tanto asustan”…
Ahora falta que realmente venga.
El caso es que López Obrador no se anduvo “por la ramas”, como se diría en el argot popular.
Si le roban la elección presidencial, advirtió el tabasqueño, con tajante claridad: “yo me voy a Palenque y a ver quién va a amarrar al tigre. El que suelte al tigre que lo amarre. Yo ya no voy a estar deteniendo a la gente después de un fraude electoral. Así de claro”.
Textualmente, sin quitarle ni ponerle palabras, puntos o comas, esa fue la advertencia del tabasqueño, y desde que así lo hiciera, muchos han sido y siguen siendo las reacciones entre sus admiradores y críticos.
En especial, los ciudadanos comunes y corrientes, que aún no deciden si votarán o no por López Obrador, los que siguen más que prestos a hacerlo y los que parecen conservar su convicción de votar por cualquier otro aspirante presidencial.
La cuestión es que el candidato a la primera magistratura de la nación, postulado por Morena, como en otros momentos de su trayectoria política, en busca de llegar a Los Pinos, mantiene y de hecho ha incrementado sus habilidades para despertar toda clase de adhesiones y rechazos con unas cuentas alusiones sobre temas de interés público.
Sucedió con su idea (que ni siquiera lo dejaron explicar a detalle), respecto al otorgamiento del perdón a los delincuentes para restaurar la paz.
El “bombardeo” contra el tabasqueño se desató y hasta la fecha sigue siendo objeto de críticas lo que dijo el ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, en torno a sus planes contra la comisión de los delitos, y por supuesto, la “andanada” para fustigarlo continúa a todo lo que da por su nuevo aserto del mentado tigre.
Propios y extraños, no dejan de hablar de lo que para unos fue una velada y para otros una declarada amenaza contra las instituciones y la paz social, la manifiesta intención de López Obrador, en cuanto a lo que él haría en caso de sufrir un robo en las urnas.
Y aunque, también hubo críticos del tabasqueño, afirmando que simplemente se trata de una balandronada lo que dijo, ni duda cabe que sus afirmaciones calaron hondo en el ánimo de los electores que podrían o no sumarse a su candidatura presidencial, no tanto por la propaganda electoral de que “estaremos mejor con el que ya saben”, sino más bien debido al temor colectivo, de que lo más seguro es que “seguiremos peor, con los que ya saben”.
En esa tesitura hay que decir, que los que antaño estuvieron en contra de que López Obrador llegara a la primera magistratura, y por eso dos tercios de los votantes en los dos pasados procesos electorales (primero ratificaron al PAN para un nuevo mandato sexenal y luego prefirieron devolverle al PRI la batuta del gobierno federal) actualmente es más que imposible saber si mantienen o han modificado su postura de apoyo o rechazo para el abanderado de Morena.
Lógicamente, a resultas de lo que se diga en las campañas políticas por empezar a partir de abril y terminar hasta junio, poco antes de la elección presidencial, cualquiera de los tres aspirantes presidenciales mejor posicionados actualmente puede “agenciarse” una buena parte de electores apoyadores en otro momento de sus adversarios, y con ello, obtener un triunfo sin objeciones ni suspicacias.
Que es justamente, lo que impedirá alborotos pos electorales de los tigres, (tanto o más violentos como aquel famoso de Santa Julia) aunque el más temible en este caso sería el tigre de San Tabasco.