Ahora anuncian cancelación del aeropuerto…
Roberto Vizcaíno miércoles 21, Mar 2018Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Una vez que Andrés Manuel López Obrador ya aceptó que sí gana va a cancelar las reformas energética y educativa, sus presumibles secretarios de Energía y de Comunicaciones y Transportes – respectivamente la diputada Rocío Nahale y el ingeniero Javier Jiménez Espriú--, anunciaron ayer que también van por la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
En una respuesta al recorrido realizado por la obra hace poco por el grupo de 50 senadores del PRI encabezados por su coordinador, el yucateco Emilio Gamboa, a quienes acompañó y explicó el proyecto el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, la declaración de Nahale y Jiménez Espriú busca justificar desde ahora la anulación del Nuevo Aeropuerto.
Los dos lopezobradoristas explicaron en San Lázaro todo lo que su líder, el tabasqueño, considera causales para anular la obra más importante del presidente Enrique Peña Nieto.
De entrada Jiménez Espriú –ex secretario general de la UNAM, ex director de la Facultad de Ingeniería, ex subsecretario de la SCT–, dijo que AMLO y él llevan años alertando sobre las inconsistencias y riesgos del Nuevo Aeropuerto, la primera de ellas, asegura, la del inadecuado lugar donde se construye.
“La naturaleza lacustre del sitio y la enorme compresibilidad del suelo, hacen que no sólo la construcción de un aeropuerto ahí, sino su mantenimiento posterior, resulten exorbitantemente caros… la ubicación de las pistas hace que sean inoperables junto con el Aeropuerto Internacional actual y con las del Aeropuerto Militar de Santa Lucía.
“De entrar en operación se tendría que cancelar infraestructura valiosa, operativa con años de vida útil.
“No sería posible una transición segura y eficiente entre el Aeropuerto Benito Juárez y el nuevo… lo recomendable es que sea un proceso paulatino que implica la operación conjunta…
“Además el proyecto del nuevo aeropuerto presenta graves defectos de planeación de su urbanización.
Las vías de acceso no han sido definidas ni la ampliación del Metro ni con el nuevo sistema ferroviario… eso sin contar con la opacidad de los recursos; importantes contratos multimillonarios han sido otorgados por adjudicación directa”.
Y de ahí, lo que sigue.
AMLO y los suyos explicó Jiménez Espriú no aceptan que la gerencia del proyecto se haya entregado a una empresa norteamericana, que resultó la más calificada para ello.
De igual forma recrimina que el esquema de financiamiento prevea que los acreedores y los contratistas cobren, aunque el aeropuerto nunca opere.
“Estos y otros muchísimos problemas hacen que el licenciado López Obrador diga que si gana solicitará al Presidente Peña parar el proyecto para someterlo a revisiones técnicas, legales, financieras y operativas que confirmen o desechen su viabilidad… evitar que sea uno de los “elefantes blancos” más caros de la historia de México”.
El comentario advierte que a López Obrador ni a Jiménez Espriú ni a Nahale, quienes serían los secretario de Energía y Comunicaciones y Transportes con el tabasqueño, ni al resto del equipo, les hace falta ninguna revisión técnica, legal o financiera para decidir cancelar el proyecto.
Todos ellos ya tienen la convicción de que el Nuevo Aeropuerto no es necesario.
Pero hay más, dice Jiménez Espriú:
“Han decidido, aparentemente por una recomendación del señor Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, ‘blindar’ el proyecto –éste es el término que usan– mediante el compromiso desbordado de recursos, a un nivel que no guarda ninguna relación con lo efectivamente realizado.
“Nos dicen que (el gobierno de Peña Nieto) ha comprometido el 85% de lo presupuestado –que son 13.3 mil millones de dólares; es decir, alrededor de 250 mil millones de pesos–, el doble de lo que lo que se dijo originalmente que costaría la primera etapa… que debió terminarse -según el proyecto original- en 2018 y tiene un retraso no menor de tres años. El costo adicional es terrible.
“La segunda fase… 3 pistas y 1 terminal… requeriría otros 10 mil millones de dólares.
“El ‘blindaje’ es para hacer demasiado cara la cancelación…. aún si no fuera técnicamente viable… es una actitud irresponsable, pretenden -a espaldas de la sociedad y del Congreso, a tan sólo tres meses y medio de la elección presidencial, en la que el puntero es precisamente quien ha planteado una revisión del proyecto–, colocar vía la Bolsa Mexicana de Valores un instrumento de deuda llamado Fibra E, que privatizaría al nuevo aeropuerto y generaría cuantiosísimas obligaciones de pago a los tenedores de este instrumento, en caso de que se decidiera cancelar el proyecto por no resultar técnica o económicamente viable.
“Hoy disponen de 6 mil millones de dólares adquiridos con bonos con intereses, y que no se han utilizado por el retraso de las obras, que forman parte de la operación ‘blindaje’… las Fibras E, otorgaría a sus tenedores un porcentaje incremental del flujo distribuible del aeropuerto actual y del nuevo aeropuerto.
“El flujo se incrementaría sustancialmente en caso de que el proyecto se cancelara.
Aparentemente, está explicitado en la propuesta de las Fibras E, que también le otorgaría a sus tenedores derechos corporativos en el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, como si fueran accionistas… los dueños del dinero de las Fibras E, podrían designar 2 miembros del Consejo de Administración del Grupo Aeroportuario con derecho de veto en decisiones importantes, y tendrían preferencia ante una nueva colocación bursátil de las acciones del grupo. Iniciada la privatización, ellos tendrían preferencia en la compra de acciones. Todo ello está previsto a realizarse pasado mañana 23 de marzo… el Banco Credit Suisse Securities sería el operador de las Fibras E junto a bancos nacionales.
“Sería muy preocupante que esto se materializara”, concluye Jiménez Espriú.
Sería un albazo, un golpe premeditado para hacer muy cara la cancelación de un proyecto que puede no ser técnicamente viable, insiste y agrega:
“Sería la privatización del Grupo Aeroportuario de la Ciudad a espaldas de la opinión pública y del Congreso.
Y sería un engaño a los potenciales inversionistas, si no se les ha informado de los serios problemas técnicos que enfrenta el proyecto… hoy ponemos sobre aviso a las autoridades bursátiles y le exigimos a los funcionarios involucrados se abstengan de hacerlo”.
Es decir, todo un dictamen del lopezobradorismo respecto del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, que de ganar AMLO, sería uno más de los proyectos que entrarían en la congeladora.
En juego el futuro de México
En una obvia respuesta a todas las advertencias hechas por Andrés Manuel López Obrador y los suyos durante los recientes días respecto de la cancelación de las reformas estructurales y proyectos en construcción, el presidente Enrique Peña Nieto y Juan Pablo Castañón, dirigente del Consejo Coordinador Empresarial indicaron que en la presidencial del 1 de julio el país se juega más que la renovación de la administración federal.
“Lo que está en juego no es la continuidad de un gobierno, es el desarrollo de nuestro país y el bienestar de las familias mexicanas”, sintetizó el mandatario.
Por ello pidió a los mexicanos evaluar bien lo alcanzado y decidir por lo que represente un desarrollo económico incluyente.
“Hacer bien las cuentas, como sabe cualquier empresario, es importante para tener claridad de cuáles han sido los éxitos, y dónde están aún las oportunidades y desafíos”, señaló.
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