Nuevas colonias gringas
Alberto Vieyra G. viernes 16, Mar 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A partir de 1519, los españoles, portugueses y franceses conquistarían en el continente americano más de 30 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales, 23 millones pertenecían exclusivamente a la Reina de Castilla, de España.
Sería el Papa valenciano, Alejandro VI, conocido como Rodrigo Borja, quien repartiría los mares entre Portugal y España, y también decretaría que todas las tierras conquistadas en el continente, inicialmente llamado “Las Indias”, pero que finalmente lleva el nombre del navegante y cartógrafo Américo Vespucio, eran propiedad de la Reina de Castilla, la única dueña de las tierras y vidas conquistadas.
Así, en el continente americano surgirían las colonias españolas, portuguesas, francesas e inglesas.
Pero en 1825, James Monroe, entonces secretario de Estado norteamericano, decretaría que “América para los americanos”. A partir de ese momento, Estado Unidos se apropiaría del gentilicio, que identifica a los norteamericanos como americanos, y al resto de los pueblos hablantes de la lengua española, se les daría el estatus de hispanoamericanos.
Antes, en 1810, México se había sacudido el yugo español que, décadas después, cambiaría por el yugo norteamericano.
Así que, James Monroe, decretaría que México, sería desde entonces una colonia norteamericana, aunque en 1863, los conservadores panistas de aquella época fueron a pedirle a Napoleón III que mandara a territorio azteca un príncipe porque México era ingobernable, intentando, con ello, hacer que México fuese un protectorado o una colonia francesa.
Jamás lo iba a permitir Estados Unidos, como, jamás de los jamases, permitirá que hoy, nuestro país se convierta en una colonia rusa, por aquello del apoyo ruso a la campaña electoral de San Juan Diego López Obrador.
Mis tres lectores y radioescuchas preguntan que cuáles son las pruebas que tengo para afirmar que México es una colonia norteamericana. Mire usted, a Pancho Villa y a Zapata, los gringos quisieron convertir en presidentes de México, pero ambos los mandaron a la rechintola.
Buscaron, entonces, a Venustiano Carranza y de facto lo reconocieron como presidente de México y vencedor de la Revolución Mexicana.
Después, en 1940, los gringos evitarían que Francisco J. Mújica se convirtiera en Presidente de la República, e impusieron al conservador Manuel Ávila Camacho. En el 88, impondrían a Carlos Salinas; en el 2000 a Vicente Fox y así por el estilo.
Hoy, cuando menos, dos candidatos presidenciales con posibilidades de triunfo, son proyanquis y gatos zalameros de la cultura gringa, sobre todo del capitalismo.
Un tercer candidato es utilizado por la oligarquía yanqui y mexicana como porro de la democracia nacional para fraccionar el voto en favor de la derecha partidista. La mayoría de los personeros de ese porro que se autodenomina adorador del indio Juan Diego, son pro yanquis también. Toda la economía azteca es pro yanqui, y si le seguimos, podríamos descubrir que, en materia de soberanía, la línea divisoria que separa a México de Estados Unidos, ya está hasta Guatemala, y entonces, como quien dice, nosotros somos la colonia de guatepeor.