¿Pasarán los independientes?
Ramón Zurita Sahagún jueves 15, Mar 2018De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Qué sucede con los candidatos independientes que incurren en una serie de fallas que, en algunos casos, lleva a las autoridades a invalidar las firmas que intentan respaldarlos en su propósito.
Hasta ahora, los tres aspirantes presidenciales por la vía independiente que registraron su candidatura no están seguros de contender en los comicios del primero de julio.
Será hasta un día antes del inicio de las campañas formales cuando se les ratifique a Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, Margarita Zavala Gómez del Campo y Armando Ríos Piter, la validez de sus firmas o se les notifique que no reunieron las condiciones necesarias para competir.
Los tres aspirantes superaron el número de firmas necesarias para cubrir el requisito electoral y se encuentran afinando sus respectivas estrategias para campaña, la que iniciará el 30 de marzo.
Son pocos los que dudan de que estos personajes sean registrados oficialmente como candidatos presidenciales, aunque se duda que alguno de ellos pueda rebasar más allá de un diez por ciento de las preferencias ciudadanas. Y es que los candidatos propuestos por los partidos les sacan una ventaja abismal, aún el peor posicionado de los tres al mejor posicionado de los independientes.
Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña arrancan como favoritos para que uno de los tres sea el nuevo Presidente de México, mientras que los tres independientes se mantienen con reservas por parte de los probables electores.
Una de las principales razones por las que los independientes son vistos con desconfianza es que su renuncia al partido en que militaban se dio poco antes de competir por un cargo de elección popular.
Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón era un definido militante priísta que aspiraba a la candidatura al gobierno de Nuevo León. Ya había sido alcalde y diputado federal, respaldado por el partido tricolor, por lo que confiaba en ser nominado nuevamente ahora como candidato a gobernador.
La realidad es que los priístas tenían prospectos mejor posicionados, por lo que no atendieron el reclamo de Rodríguez Calderón, mejor conocido como “El Bronco”, quien decidió renunciar al partido y buscar respaldo a una eventual candidatura independiente.
Era la primera vez en que un independiente podría competir por un gobierno estatal y la novedad contribuyó al triunfo de Jaime Heliodoro por una abrumadora mayoría sobre la priista Ivonne Álvarez García y el panista Felipe de Jesús Cantú Rodríguez, a los que doblegó dos a uno en la votación.
Con ese respaldo decidió anotarse bajo la misma fórmula en la carrera presidencial.
Margarita Zavala Gómez del Campo alzó la mano para participar en la aventura presidencial de independiente, cuando vio que los momios no le respondían dentro del partido en que militaba. Ella sentía que Acción Nacional le debía la candidatura, sin tener una gran carrera de respaldo, pero basado en la raigambre familiar de venir de una familia ligada al partido desde antaño y con la etiqueta de que su marido había sido Presidente de la República, el segundo surgido de esas mismas filas.
Margarita consideró que las condiciones no eran favorables para ella dentro del partido en que militaba y decidió entonces renunciar al partido y experimentar la adrenalina de una candidatura presidencial independiente.
La hoy contendiente presidencial solamente había participado como diputada a la ALDF y diputada federal en el Congreso de la Unión, siendo promovida por Acción Nacional bajo la fórmula de candidaturas plurinominales.
Esta sería la primera ocasión en que lo haría por la vía del voto directo de los ciudadanos.
Armando Ríos Piter militó en el Partido de la Revolución Democrática, donde logró ser diputado federal y senador, ambos por la vía directa del sufragio, representando al estado de Guerrero.
El llamado “Jaguar” tuvo la oportunidad de contender al gobierno de Guerrero, pero declinó, a pesar de que estaba marcado como favorito para ganar la elección.
Ríos Piter argumento que existían presiones por parte de los gobernantes anteriores y como no estaba dispuesto a cubrirlos de ninguna forma, prefería abortar su candidatura.
El entonces senador perredista decidió experimentar con una sorpresiva candidatura presidencial que nadie imaginaba, considerando que eran buenos tiempos para incursionar de esta forma.
Muchos dudaron de que pudiese alcanzar el número de firmas necesarias para ello, por la premura con que renunció a su militancia perredista, pero ya recibió el aval del INE para registrarse como candidato y solamente requiere de una nueva validación, luego de que se revisen una por una las firmas obtenidas.
Ahora ellos tres, se declaran candidatos sin militancia partidista y se amparan en la figura de independientes y buscarán alcanzar a los candidatos punteros que provienen de los partidos políticos establecidos.
Ricardo Anaya Cortes, propuesto por la alianza conformada por Acción Nacional, Movimiento Ciudadano y el Partido de la Revolución Democrática; José Antonio Meade Kuribreña, candidato de otra tercia de partido, el Revolucionario Institucional, Nueva Alianza y el Verde Ecologista de México y Andrés Manuel López Obrador que es respaldado por el Movimiento de Regeneración Nacional, del Trabajo y Encuentro Social.
La tarea no es nada sencilla, ya que mientras los independientes recurrían a recoger las casi novecientas mil firmas necesarias para ser candidatos independientes, los tres abanderados de los partidos consolidados se encontraban en plenas precampañas, con miles de spots al aire que les permitan un primer acercamiento con los electores.
Vino una segunda etapa en que los candidatos de los partidos delinean estrategias, mientras los independientes reciben el aval, para iniciar ya el 30 de marzo con un supuesto piso parejo para todos.