Política y dinero
¬ Augusto Corro martes 13, Mar 2018Punto por punto
Augusto Corro
La candidata presidencial independiente, Margarita Zavala de Calderón, afirmó que renunciará al financiamiento público que le corresponde para hacer campaña, con el objeto de romper el vínculo entre política y dinero.
Como idea suena muy bien. ¿Podría romper esa cadena de corrupción? Imposible. Los políticos, de todos los partidos, durante sexenios utilizaron el poder para enriquecerse sin límite alguno. Las camadas de millonarios así lo testimonian.
La misma familia Calderón-Zavala aparece entre las filas de los políticos millonarios. Sus propiedades y negocios los colocan en la posición elitista de ricos sexenales. La pensión vitalicia que le pagamos al ex presidente Felipe Calderón es más que suficiente para colocarlo en la lista de los privilegiados, de aquellos que nadan en la abundancia.
En el sexenio pasado la aspirante presidencial estuvo muy cerca de su esposo y nunca se notó algún intento por separar la política de los negocios. Ahora quiere navegar con la bandera de la honorabilidad.
Margarita Zavala dijo que “la clase política en México se ha sometido en su mayoría al dinero que ha mandado sobre cualquier valor, sobre cualquier consideración moral, jurídica o social”. Debe ser cierta esta consideración de la aspirante independiente a la presidencia de la República.
Porque en el partido donde estuvo muchos años, cambió la situación económica: de no tener dinero para las campañas, de hacer rifas de coches para juntar recursos económicos, ahora los blanquiazules y ex blanquiazules tienen el dinero suficiente para satisfacer sus caprichos políticos, como el de participar en la contienda electoral de las dimensiones que conocemos.
También dijo la señora de Calderón que México quiere una Presidencia de valores como la libertad económica, política, de expresión o como de la equidad que derrumba el muro de las grandes diferencias sociales en nuestro país. Pues sí, nadie lo discute. Salvo que su marido Felipe hizo todo lo contrario cuando se desempeñó como presidente de México. ¿Quién la entiende?
LOS ESPOSOS AUSENTES
El domingo registraron sus candidaturas Margarita Zavala de Calderón y Martha Erika Alonso, en busca de la presidencia de la República y el gobierno de Puebla, respectivamente.
La primera como independiente y la segunda como abanderada de la coalición “Por Puebla al Frente”. Las dos mujeres cargan con las sombras negativas de sus consortes.
Margarita lleva sobre los hombros la historia negra de Calderón y su guerra fallida contra la delincuencia organizada. A Martha la persigue la sombra de Rafael Moreno Valle, su marido, uno de los peores gobernadores poblanos, que dejó crecer la delincuencia durante su administración.
En los dos actos de registro de candidaturas no estuvieron presentes los dos políticos: Felipe y Rafael. Todo mundo sabe que nada favorece la presencia de Calderón a Margarita. En esta ocasión, el ex presidente de México argumentó que estaría fuera del país, en Chile, para ser precisos, en la toma de posesión del nuevo presidente Sebastián Piñera. Tampoco se le vio a Moreno Valle al lado de Martha, quien aprovechó la oportunidad para quejarse de que en las notas informativas se le coloque como esposa del ex gobernador.
LA RELACIÓN AUTORIDAD-CRIMEN ORGANIZADO
El Ejército desarmó a más de 700 policías municipales de Tlaquepaque, un municipio del área metropolitana de Guadalajara, Jalisco.
El hecho obedeció a las sospechas de que la policía municipal pudiera estar coludida con el crimen organizado. El gobernador Aristóteles Sandoval dijo que el domingo la fiscalía local en coordinación con autoridades federales y militares “intervinieron” la Dirección de Seguridad Pública Municipal.
La seguridad quedará a cargo de los policías estatales. En sí, la noticia es una más de la lucha que libran las autoridades contra la delincuencia organizada, que encuentra en la policía municipal el eslabón más débil para corromperlo.
Las autoridades tienen que enfrentarse a las bandas de delincuentes y a los policías que deciden colaborar con los criminales.
Ya van varios sexenios que crece la espiral de violencia con la amenaza de extenderse a diferentes entidades. Jalisco en los últimos meses se convirtió en campo propicio para las actividades de la delincuencia organizada.
Aumentó el número de hechos delictivos a tal grado que a alguien se le ocurrió poner orden. ¿Cómo empezar? Pues con la revisión de los encargados de cuidar a la población que no cumplen con su responsabilidad. Y son los policías municipales sin educación, sin salarios dignos, sin entrenamiento, una fuente de fallas que deben corregirse.