Matriarcado y patriarcado
Alberto Vieyra G. viernes 9, Mar 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En tiempos inmemoriales, era la mujer el pilar fundamental de la sociedad, era la que partía el queso y lideraba la tribu y la que decidía quiénes y cuántos serían los padres de sus hijos. Se vivía la era del matriarcado y la poligamia.
Después, se produciría una silenciosa revolución en la que no hubo muertos, heridos ni desaparecidos. Cuando las tribus dejaron de ser nómadas, reinaría la era del patriarcado. El hombre se hizo dueño de tierras, animales y riquezas.
En esa nueva era patriarcal, se daría el nacimiento de fámulos, que quería decir familia de un solo hombre, es decir, en la que el macho era dueño de vidas y muertes de la esposa e hijos.
Los estudiosos de la sociología no dudan en que, al iniciarse la era del patriarcado, también se iniciaba la era de la esclavitud.
En la era del patriarcado, la mujer cumpliría con un infame rol de esclavismo, en el que debía permanecer, según la definición popular, cargada y tras la puerta, es decir, una máquina de hacer hijos.
Pero ese maldito rol sería mandado a la rechintola cuando, de manera organizada y valiente, las mujeres se organizaron para exigir igualdad de derechos ante el hombre.
Hasta la era napoleónica, las mujeres no podían poseer tierras o riqueza alguna, solamente las reinas en las monarquías.
Sería, precisamente en el código napoleónico en el que, por primera vez, se consagrarían los primeros derechos de la mujer, aunque las luchas aún continúan porque el acendrado machismo y la discriminación de las propias instituciones gubernamentales se niegan a que la mujer gane empoderamiento en la sociedad.
En 1911, como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 19 de marzo para exigir, el derecho de voto, ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y académica y a la no discriminación laboral. No cansaré a mis 3 lectores y radioescuchas con un aburrimiento histórico, pero, hoy en día, las mujeres están ya en prácticamente casi todos los ámbitos: la política o como ejecutivas ocupando altos cargos directivos, la cultura, el deporte, la economía como funcionarias o máximas dirigentes de empresas, la salud y hasta en la aviación.
Sí, la mujer, a través de siglos de lucha se sacudió el metate y el petate.
Desde 1975 se celebra en todo el mundo un día muy preciado: El Día Internacional de la Mujer, en el cual se enmarcan nuevas luchas para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, y exigir que, por ejemplo, que en este momento cese la barbarie que le ha dado la vuelta al mundo conocida como feminicidios, en los que las mujeres son asesinadas brutalmente por las mafias, los irredentos machistas que no aceptan que sus mujeres salgan para llevar el pipirin a la casa, mientras ellos lavan platos y hacen el quehacer en la casa. En muchos casos, son, el matriarcado y patriarcado los que llevan en sus hombros el peso de la casa y la familia. Hay, sin embargo, un incremento brutal de divorcios en el mundo, que, de seguir a ese ritmo, el planeta podría convertirse en un mundo de divorciados y el núcleo familiar como institución, volar en pedazos.
La barbarie contra las mujeres que se da en México, debe indignarnos a los mexicanos bien nacidos y castigar ejemplarmente, como lo haría Pancho Villa, a quien violente a una mujer.
Mujeres de México y del mundo, levantaos para luchar cuerpo a cuerpo hasta lograr un digno binomio entre matriarcado y patriarcado.