La moda del Turismo Inclusivo en México
Mauricio Conde Olivares lunes 5, Mar 2018“Hora 14”
Mauricio Conde Olivares
Ahora que se ha potencializado al máximo la estrategia de “Viajemos todos por México”, ¿alguna vez se ha preguntado qué es el Turismo Inclusivo?, pues el investigador Ernest Cañada analizó la propuesta de Regina Scheyvens y Robin Biddulph, en cuanto
los sectores empobrecidos o marginados de la economía vean ampliadas sus posibilidades de acceso al turismo, como consumidores y como productores.
Dicha propuesta fue realizada recientemente por Regina Scheyvens, profesora de estudios sobre desarrollo en la Universidad de Massey, Nueva Zelanda, y Robin Biddulph, profesor de geografía humana en la Universidad de Gotemburgo.
En ella, se considera que dichos sectores marginados tienen una mayor participación en la toma de decisiones sobre las actividades turísticas y en la distribución de los beneficios.
Más que una marca o un producto que pueda ser certificado, el turismo inclusivo, según esta formulación, pretende movilizar el pensamiento crítico en relación al turismo, planteando dos preguntas clave: ¿cuán inclusivo es un determinado desarrollo turístico?
¿Cómo podría ser una empresa turística más inclusiva?
Para ello, detalló Ernest Cañada, proponen 7 aspectos que se deben tener en cuenta en la valoración del nivel de inclusión social de una determinada iniciativa o destino:
Primero: potenciar el acceso de personas marginadas como productoras de turismo. Esto implica reconocer la tradición de iniciativas turísticas gestionadas por los propios sectores populares, en sus múltiples y diversas formas.
Pero también el reto de alentar que las empresas turísticas existentes sean más inclusivas. Las posibilidades de avanzar en esta dirección son múltiples: mejorar las condiciones de empleo, incrementar la remuneración o ampliar la capacidad de toma de decisiones de los mismos trabajadores y trabajadoras.
Segundo: mejorar el acceso de personas marginadas como consumidores de turismo. Se destaca la importante contribución de formas de turismo social (preocupado en los sectores de las clases trabajadoras y de menores recursos) o del turismo accesible (pensado para personas con algún tipo de discapacidad) para ampliar las posibilidades de que determinados segmentos de la población puedan disfrutar del turismo.
Además, se señala la importancia de promover el turismo interno, como forma de generar actividad económica, especialmente en áreas no frecuentadas por el turismo internacional, pero también como una posibilidad de promover otros beneficios de índole social.
Tercero: ampliar los lugares en los que tiene lugar el turismo. Espacios no frecuentados habitualmente por los turistas, como pueden ser barrios con escasos recursos, pueden ser imaginados desde la perspectiva del turismo inclusivo como nuevos atractivos.
Esto puede facilitar la posibilidad de conocer nuevas realidades de forma más matizada y compleja, pero también proporcionar nuevas posibilidades de inserción socioeconómica para algunas personas. Esta apuesta no está exenta de riesgos, de los que los mismos autores alertan, desde el vouyerismo a la estigmatización de los pobres, o la explotación y comercialización de la pobreza, como en ocasiones ha supuesto el slum tourism.
Por ello, los autores, defienden, que es clave cómo se gestione esta ampliación del espacio turístico, bajo qué criterios y en beneficio de quién.
Cuarto: ampliar la participación en la toma de decisiones turísticas. Hay que enfrentar un problema en ascenso: las grandes corporaciones tienen cada vez más poder sobre el desarrollo turístico.
Guiadas por la lógica de maximizar beneficios, es difícil confiar que las propuestas de autoregulación y Responsabilidad Social Empresarial de estas corporaciones puedan responder a intereses sociales más amplios, cuando ellas son además responsables del incremento de la desigualdad y de la pobreza. Es por ello por lo que los autores proponen que más que medidas de carácter voluntario lo que hay que ampliar es la capacidad de regulación pública de sus actividades. Solo de este modo se podrá garantizar una mayor participación social en la toma de decisiones sobre el turismo.
Quinto: promover la comprensión y el respeto mutuo entre población anfitriona y turistas.
Se propone valorar la potencialidad del turismo también como generador de beneficios sociales, como una mayor integración entre territorios, reconocimiento social de ciertos colectivos, integración de sectores marginados o fortalecer lazos sociales entre miembros de comunidades o familias extensas.
El problema se plantea bajo qué condiciones se puede producir estas dinámicas en los términos esperados.
Sexto: garantizar una representación digna y apropiada de los colectivos turísticos involucrados. Una de las críticas recurrentes al turismo es su tendencia a mostrar una imagen exótica del “otro”, tratado como objeto.
La búsqueda de interacciones “auténticas” se vuelven, como explicó Dean MacCannell en varios de sus trabajos susceptibles a la comercialización y mercantilización. De este modo, uno de los objetivos del turismo inclusivo es encontrar formas de desarrollo con las que las comunidades de acogida puedan representarse a sí mismas de la manera que consideren apropiada y digna.
Séptimo: desafiar las relaciones de poder dominantes. Las transformaciones que pueden promover las dinámicas que acabamos de mencionar pueden contribuir potencialmente a una transformación de las relaciones de poder dentro del turismo.
A pesar de las resistencias corporativas, existen ejemplos de transformación en la vida social y económica a través de los cuales personas empobrecidas o marginadas han podido acceder al turismo en términos equitativos.
Así que mientras los especialistas debaten el tema, Rubén Gerardo Corona González, subsecretario de Innovación y Desarrollo Turístico de la Sectur, destacó que las artesanías son una fuente de motivación para que los turistas nacionales e internacionales visiten los destinos de México; toda vez que subrayó que el objetivo de difundir y conservar el patrimonio histórico y artístico de nuestro país, que se produce en las diferentes regiones, es un compromiso del gobierno de la República, para fortalecer la actividad turística
Al inaugurar la exposición “Plasmando tradiciones, manos que transforman”, organizada por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART), el funcionario de la Sectur dijo que la finalidad de esta muestra es promover la cultura, las tradiciones y las artesanías que tiene nuestro país, “sin duda alguna, espacios como éste benefician la economía de los artesanos y fortalece la economía de nuestro país”.
En este sentido, Gerardo Corona González destacó que de acuerdo al convenio de colaboración entre Sectur y FONART, el movimiento nacional por el turismo “Viajemos Todos por México” (VTXM) está trabajando en la difusión de las rutas entre los operadores turísticos que participan en el movimiento con la intención de empezar a comercializarlas y hacer de ellas nuevos atractivos turísticos.
“La participación de FONART en el marco de la Feria de Pueblos Mágicos, no sólo nos permite mostrar la riqueza artesanal de los Pueblos Mágicos sino de todo México”, dijo el subsecretario de la Sectur; empero lo anterior, será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.