Poca confianza
Freddy Sánchez jueves 1, Mar 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
¿Creer o no creer en López Obrador?
La tendencia colectiva será la que determine si es o no de esperar un cambio de ruta en el devenir de nuestro país con un gobierno que será radicalmente diferente a sus antecesores inmediatos (PRI y PAN), para beneficio o perjuicio del bienestar de la mayoría.
Las encuestas sobre preferencias electorales en los actuales momentos ofrecen un panorama de lo que ciertamente podría suceder el día de las elecciones presidenciales.
El triunfo de Morena y con éste el arribo del tabasqueño a Los Pinos, al conseguir un vuelco importante en el sentimiento nacional de falta de confianza de la mayoría electoral, que en dos procesos electorales anteriores se inclinó por impedir que López Obrador llegara a la primera magistratura de la nación.
El haberlo catalogado como un peligro para México, influyó en el pasado, porque sencillamente dos de las tres partes de los electores que votaron, decidieron creer en esa imagen de alto riego para la estabilidad y el progreso nacional que los adversarios de “El Peje” se encargaron de endilgarle.
Así que con Felipe Calderón perdió la presidencia el tabasqueño (ciertamente por un diferencia mínima de votos) y después la volvió a perder con Enrique Peña Nieto (con más sufragios en contra), porque en esos dos procesos electorales la mayoría de los que decidieron a quien entregar el poder presidencial, no le creyeron a López Obrador.
Claro que ahora, según las encuestas electorales que se han divulgado sobre los pronósticos en relación al relevo sexenal en Los Pinos, esa anterior falta de confianza en el candidato de Morena, parece haberse disipado notoriamente.
La pregunta es si se trata de un crecimiento de su credibilidad social, emparejado a la súbita caída de la confianza en las promesas de un cambio favorable para todos los mexicanos con las acciones oficiales que a lo largo de los últimos tres sexenios estuvieron a cargo del panismo (durante 12 años), y el PRI en los últimos seis.
Si la respuesta fuera que sí, los resultados hasta la fecha percibidos por la población general, en cuanto a las reformas estructurales largamente anunciadas y tantísimas veces elogiadas, obviamente serían de una creciente decepción mayoritaria.
Un parecer en el que en una u otra medida concordarán los integrantes de la prácticamente diluida clase media igual que ocurre con los distintos tipos de representantes sociales entre los ricos y muy ricos y los pobres y muy pobres.
Y es que francamente las loas que se regalan los grandes promotores y ejecutores de las reformas (perredistas, panistas, priístas, verdes ecologistas y demás actores del bloque legislativo y político partidista), que apoyó una amplia gama de adecuaciones a la leyes como nunca antes hechas en materia educativa, financiera, energética, laboral y de telecomunicaciones entre otros rubros, son poco menos que inaudibles ante la creciente indignación popular por los resultados alcanzados.
A eso se debe naturalmente, que López Obrador haya logrado posicionarse muy alto en los sondeos de opinión sobre la sucesión presidencial, dejan do atrás a los panistas y priístas.
Una tendencia que se mantendrá e inclusive podría creer, si quienes pretenden convencer a la sociedad de que el manejo del país con el tabasqueño al mando sólo traerá mayores infortunios sociales, siguen sin demostrar los beneficios populares de las reformas y por tal razón la gente que acuda a votar para elegir presidente les tendrá muy poca confianza.