Naturaleza y políticos dañinos
¬ Augusto Corro viernes 23, Feb 2018Punto por punto
Augusto Corro
En la temporada invernal, nueve adultos mayores murieron en los campamentos de damnificados por el terremoto del 19-S. El frío extremo provocó enfermedades respiratorias y complicaciones en la salud de las personas que habitan en los albergues improvisados.
En algunos medios de información se informó de las muertes de los damnificados del edificio 3B, de Tlalpan, que se derrumbó a causa del sismo.
A partir de la fecha del temblor, los habitantes del inmueble citado viven un víacrucis al que no le ven fin. Por ejemplo, no saben cuándo se iniciará el proyecto de la Reconstrucción de la Ciudad de México (CDMX), que en manos de los políticos ya huele a demagogia.
Al todavía jefe del gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, se le hizo bolas el engrudo y no sabe cómo salir lo mejor librado del problema de los damnificados urgidos de soluciones.
Resulta que el mandatario de la CDMX tiene la urgencia de dejar el cargo para dedicarse de lleno a la política como senador plurinominal, regalo que le hizo el candidato presidencial panista, Ricardo Anaya.
Claro, si es que la cúpula panista, por ahora renuente a aceptar la decisión de su dirigente, acepta a Mancera como uno de sus legisladores en el Senado.
En fin, el tema de los damnificados cada vez se hace más complejo, porque nadie se preocupa por la suerte de esas personas que fueron sometidas a los rigores del clima, con las consecuencias que conocemos.
Quizás lo más ruin del caso es que los asambleístas involucrados en la solución del conflicto, son acusados de manipular los recursos económicos destinados a ayudar a los damnificados fueron manipulados con fines electorales.
Nos referimos a los políticos perredistas Mauricio Toledo y Leonel Luna, así como el panista Jorge Romero, quienes aprovecharon su participación en la Comisión del 19-S (encargada de la reconstrucción mencionada) para manejarla de acuerdo a sus intereses personales.
Toledo y Luna, aspirantes a diputados federales por el PRD, también fueron señalados de utilizar el dinero de los damnificados del 19-S a la compra de gorras, pants, chamarras, computadoras, vehículos y equipamiento urbano para la delegación Coyoacán.
Lo grave de la situación es que no hay nadie que ponga orden en la atención a los miles de personas que perdieron su hogar y esperan un milagro que les resuelva su difícil condición de vida, complicada aún más con la intervención de asambleístas corruptos. ¿Qué sigue?
LA PESADILLA
La violencia aumentó en México durante 2017. Entre enero y noviembre del año pasado fueron registrados 42 mil 583 homicidios, entre dolosos y culposos, la cifra más alta en el presente sexenio.
Informó lo anterior Amnistía Internacional (AI). Este organismo también señaló que “continuaron las amenazas, el hostigamiento, las agresiones y los homicidios” contra periodistas y defensores de los derechos humanos. Doce periodistas fueron asesinados y siguen libres quienes realizaron las ejecuciones.
Además se desconoce el paraderos de 34 mil 656 personas.
En fin, ya es tiempo de que las autoridades se preocupen por enfrentar y resolver el problema de la violencia. ¿Cómo empezar? Los expertos se inclinan por que se empiece en erradicar la corrupción política. En combatir la impunidad y todos los males que de esta se derivan. Algo habrá que hacer. ¿O no?
REFLEXIÓN OBLIGADA
¿México se encuentra en camino a la descomposición social total?
Una pregunta obligada tras conocer el accidente en el que el personaje central de la tragedia es un menor de 12 años de edad. No citaremos su nombre. Ya suficiente carga llevará en el futuro con la irresponsabilidad de provocar la muerte de 5 adolescentes más.
El niño conducía un vehículo de su padre lleno de compañeros de la secundaria. Manejaba, bajo los efectos del alcohol, según las autoridades, a exceso de velocidad.
El resultado fue que estrelló el automóvil contra un muro de contención con el resultado de cinco menores muertos y cuatro más lesionados. El hecho ocurrió el domingo pasado, en Tláhuac.
¿Y los padres de los chicos donde estaban? ¿Ya se relajó la autoridad paterna al grado de que los hijos, sin importar la edad, hacen lo que les de su regalada gana?
Por ejemplo, leemos la noticia de que un adolescente de 16 dirigía una “minicélula” de menores de edad que se dedicaban al robo de tiendas departamentales.
Sin duda, los dos hechos mueven a reflexionar sobre lo que ocurre ahora con los niños y adolescentes abandonados a su suerte. Eso parece.
Feliz fin de semana.