Entre morenos y prietos
¬ José Antonio López Sosa martes 13, Feb 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Muy desafortunadas las declaraciones de Enrique Ochoa, presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Me parece inverosímil que el presidente del partido que gobierna al mayor número de mexicanos en el país, use esos términos.
No se trata de rasgarse las vestiduras, pero sí, de analizar cómo la clase política, en este caso desde el seno del PRI, no reparan en argumentos torpes y racistas para denostar a quienes no piensan como ellos, a quienes no comulgan con sus ideas o en este caso, a quienes deciden abandonar por la razón que fuere este instituto político.
El cambio de partidos, es una práctica recurrente en México que la mayoría de las veces obedece a una razón personal y no a una situación de ideología o bien común.
En los últimos veinte años cuando algún político no alcanza la candidatura o la posición que desea (o considera merece), por lo general huye a otro partido que, si le ve una garantía electoral, lo arropa sin importar sus dichos o hechos en el pasado.
Si tomamos en cuenta estas circunstancias, es aún más pueril el insulto que propina Ochoa a quienes salieron (y saldrán) del PRI para integrarse a Morena.
¿Qué dice Ochoa de Javier Lozano, por ejemplo?, un priísta que migró al PAN y luego regresó al PRI, ¿le tratará con el mismo desdén por haber formado parte de las filas opositoras?
Que quede claro, estamos en el país de los oportunismos políticos. Los partidos han dejado de representar plataformas ideológicas o de convicciones políticas para transformarse en cotos de poder que buscan posiciones políticas a como dé lugar, con el discurso de un México mejor y con la praxis de saquear al país como se pueda y hasta donde se pueda.
Finalmente, si el partido de Ochoa es parte de esos oportunismos y parte de este sistema, ¿por qué propinar un insulto con tintes racistas?.
¿Falta de oficio de estas nuevas generaciones del PRI?, ¿parte de la intolerancia que no ha podido erradicar el PRI luego de más de 70 años?, queda para el análisis este bochornoso hecho que, en un país medianamente civilizado, le hubiese costado la renuncia al señor Ochoa.