Meade y Arriola, mal asesorados
¬ Augusto Corro miércoles 7, Feb 2018Punto por punto
Augusto Corro
Los precandidatos priístas, José Antonio Meade Kuribreña y Mikel Arriola, decidieron hacer a un lado a los medios de información en su precampaña.
El primero es aspirante presidencial y el segundo pretende alcanzar el poder capitalino. Ambos, hace varios días recorrieron un tramo de la Ciudad de México, sin representantes de la prensa. La ruta fue del Parque México a Santa Fe.
No descubrieron nada interesante. Reconfirmaron lo que ya sabían en relación con la falta de un transporte público suficiente y seguro para los capitalinos.
Al principio de semana repitieron la manera de conocer los problemas del tráfico, esta vez se reunieron en la delegación Magdalena Contreras, en el sur de la CDMX, donde el transporte urbano es un caos.
Como se trata de una precampaña, los precandidatos ofrecieron a la población un nuevo Periférico, más líneas de transporte urbano y estaciones del Metro. Prometer no empobrece.
Pero el asunto que nos interesa es el desprecio de Meade Kuribreña y Arriola a hacerse acompañar de los medios de comunicación. ¿Es mejor la propaganda restringida a unos cuántos interlocutores?
¿Con esa nueva política que pretenden obtener los asesores de prensa de los precandidatos? Que no se publiquen las informaciones sobre los abucheos a los precandidatos, como ya ocurrió en el Centro Histórico y en otros sitios.
De acuerdo con las encuestas, Meade Kuribreña y Arriola se encuentran lejos de los precandidatos mejor posicionados en la lista de preferencias electorales. Las precandidaturas de ambos políticos fueron calificadas de planas, “que no levantan”.
¿Por qué esa actitud de los precandidatos de rechazo a los periodistas? ¿Con el silencio buscan manejar su imagen? Una cosa sí es cierta, los asesores no tienen la menor idea de lo que es la propaganda política.
Si los dirigentes priístas no quieren que sus precandidatos se arriesguen a las quejas de inconformidad de la población, de no escuchar los gritos de “fuera, fuera”, lo aconsejable sería que sus asambleas las llevaran a cabo en sitios cerrados, con acarreados sumisos y agachados. En esas condiciones no se expondrían a los gritos de la gente inconforme. Huir de los periodistas no es buen consejo; sino lo creen, pregúntenle a Trump como le va en este renglón con los diarios estadounidenses.
MURO Y DROGAS
Nada se gana con saber que Estados Unidos (EU) es el mayor consumidor de drogas ilícitas, como lo declaró en Perú el secretario de Estado, Rex Tillerson.
Son muchos años de constante crecimiento de adictos a los estupefacientes en el vecino país, ante la impotencia de las autoridades.
Es mercado de demanda constante de drogas tiene su repercusión en los países latinoamericanos que se dedican a la producción.
“Tenemos que empezar a trabajar en ese problema”, dijo Tillerson en Perú, uno de los países que más cocaína exporta.
Si son millones de consumidores de drogas en EU la narcodelincuencia ya conoce el camino y como llevarlas a su destino, aunque el costo en vidas humanas sea altísimo.
En los países productores la lucha por la producción, el trasiego y las plazas de los estupefacientes es constante. México es uno de los ejemplos donde la delincuencia organizada tiene aterrorizada a la población.
Hay regiones en el país que tienen varios sexenios de vivir en la violencia extrema por la guerra entre los cárteles de la droga. Ahí están Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero, Veracruz, Michoacán, Colima, etc.
El combate a la producción de enervantes no dio resultados. El problema de la drogadicción debe atacarse en todos los frentes. Debe atenderse de manera radical el consumo y la producción de estupefacientes al mismo tiempo.
No serán únicamente los países productores quienes se encarguen de reducir el consumo de estupefacientes en EU. El propio gobierno estadounidense tendrá que aplicarse a fondo, pues de otra manera no tendrá resultados positivos.
El combate tendrá que incluir a todos los gobiernos de los países productores y al mismo EU con proyectos más ambiciosos, del tamaño del problema.
Ni siquiera el muro fronterizo México-EU ayudaría a detener el tráfico de estupefacientes.
Al referirse a la barda citada, el funcionario de la DEA, Robert W. Patterson, dijo que no detendrá el tráfico de drogas, aunque forma parte de un esfuerzo que “valdrá la pena”.
En tanto, las guerras internas de los cárteles continuarán en diferentes países, pues la producción de estupefacientes tiene mercado seguro, sin importar el número de vidas humanas que cobra ese negocio cruento, salvaje e inhumano.