Reunificación priísta
Ramón Zurita Sahagún jueves 2, Dic 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La cercanía de Los Pinos provoca el regreso de los hijos pródigos del PRI, aquellos que se alejaron del partido en el que militaron tantos años y del que se alejaron por motivos y ambiciones personales.
Son muchos los que se dejan ver una y otra vez en actos de su partido o en los que están involucrados personajes afines al partido tricolor.
Muchos de ellos solicitaron su reingreso, otros más se mantienen renuentes, pero cercanos a los hombres que podrían detentar el poder público a partir de 2012.
La fiebre priísta parece contagiar a los hombres y mujeres que se alejaron del partido, algunos de ellos cuando no se cumplieron sus caprichos o sus condicionamientos y otros más por rencillas personales.
Sin embargo, la reunificación priísta parce una realidad o, cuando menos, así lo hacen ver aquellos personajes que con cargos menores a los que aspiraban regresan a la senda del partido que los lanzó a la vida política.
Veracruz y el ascenso de Javier Duarte de Ochoa fueron el pretexto idóneo para que los priístas mostraran que hoy, la unidad es una de sus prioridades y que los agravios del pasado, forman parte de la historia.
Por eso, en el mismo escenario y bajo el mismo techo y a unos metros de distancia se pudieron reunir personajes como Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo, Roberto Campa, Manuel Bartlett; José Murat y otros más. Unos priístas otros que lo fueron.
Como si fuese poco lo anterior, la presidencia de la Cámara de Diputados del Congreso de Veracruz la preside un priísta que no hace mucho dejó de serlo y que volvió al redil, convencido de que una diputación local es una realidad y de que una senaduría fue solamente un sueño no cumplido.
Serio, respetuoso y conocedor del reglamento y de las prácticas parlamentarias, Eduardo Andrade se ubicó lejano de aquellos desfiguros de su irrupción en un programa de televisión al que no fue convocado o de su renuncia al PRI por un capricho no cumplido.
Veracruz es el reflejo de ese regreso de priístas al redil, ya que el gabinete anunciado por el nuevo gobernador refleja mucho este fenómeno. Tomás Ruiz González, un ex priísta que presidió el partido Nueva Alianza es feliz secretario de Finanzas, un convergente, Guillermo Herrera también fue incorporado, un ex panista, Gerardo Buganza Salmerón es secretario de Gobierno y un ex secretario de Gobierno, el ex perredista fue designado subprocurador de Justicia.
Si bien ellos no son priístas o no han solicitado su afiliación, sus nombramientos denotan la ruta que seguirán.
Pero lo grandioso de la toma de posesión de Javier Duarte de Ochoa es la magia existente en estos rituales y ver bajo el mismo techo a los principales prospectos del partido para el futuro.
Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones y hasta Fidel Herrera Beltrán, aspirantes todos ellos a la candidatura presidencial de su partido y ser los artífices del regreso de este partido a Los Pinos.
Pero también el todavía gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés y el dirigente nacional del sector popular del PRI, Emilio Gamboa Patrón, quienes disputan la presidencia del partido tricolor.
La presidenta del CEN del PRI, Beatriz Paredes Rangel y los gobernadores que se alinean en uno u otro grupo de los prospectos presidenciales.
César Duarte, Chihuahua; Mariano González Zarur, electo de Tlaxcala; Roberto Borge Angulo, electo de Quintana Roo; Egidio Torre Cantú, electo de Tamaulipas; Francisco Olvera Ruiz, electo de Hidalgo; Fernando Toranzo, San Luis Potosí; Miguel Osorio Chong, Hidalgo; Rodrigo Medina de la Cruz, Nuevo León; Ivonne Ortega, Yucatán, entre otros.
Orgulloso, José Murat, ex gobernador de Oaxaca, exhibía sus credenciales que le impedirán ser expulsado del PRI por sus apoyos a un candidato opositor.
Figuras ya casi olvidadas del priísmo arcaico se dieron cita en Veracruz, Enrique Jackson Ramírez, convertido en uno de los hombres más cercanos del nuevo gobernador.
Rubén Figueroa Alcocer, ex gobernador de Guerrero; Manuel Ángel Núñez, ex gobernador de Hidalgo; Joaquín Hendricks Díaz, ex gobernador de Quintana Roo, convivían con dirigentes como Víctor Flores, diputado gracias al inexistente Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros y el todavía poderoso Carlos Romero Deschamps del petrolero.
Sin embargo, los ojos del morbo se situaron en Roberto Madrazo Pintado, Elba Esther Gordillo, Roberto Campa y Manuel Bartlett, entre otros personajes antagónicos.
Las dos menciones realizadas por el nuevo gobernador hacia la dirigente magisterial, a la que llamó mi amiga, motivaron sonrisas de complicidad entre priístas que ven inminente el respaldo del partido Nueva Alianza a quien resulte candidato presidencial del partido tricolor.
Quien si estuvo y no mereció más que una simple mención fue el eterno aliado del PRI, el dirigente nacional del Partido Verde, Jorge Emilio González.
*Javier Duarte de Ochoa aprovechó la ceremonia para anunciar una serie de magnas obras de inicio de su gobierno, entre las que destacan la autopista Tuxpan-Tampico, la Universidad Autónoma de Veracruz, hospitales y otra más, lo que muestra su interés en la obra pública y que el estado goza de finanzas sólidas.
Fidel Herrera Beltrán se va convencido de que su gestión fue adecuada y que al estado habrá de irle bien con el nuevo mandatario.
*Gabino Cué asumió el gobierno de Oaxaca y se comprometió a terminar con la impunidad, la represión y el acoso político, es decir todo diferente a lo que ha sido ley en el estado durante los últimos doce años.
Dos gobernadores priístas asistieron al evento; Félix González Canto, Quintana Roo y Eduardo Calzada, Querétaro.
La Nota discordante la dieron nuevamente los guardaespaldas de José Francisco Blake, quienes se liaron a golpes como sucedió en Tabasco.
*Lo de a supuesta candidatura de Margarita Zavala, vale la pena comentarlo después.