AMLO quiere cárcel para Graco
Roberto Vizcaíno miércoles 31, Ene 2018Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
En más recientes entrevistas y declaraciones de Andrés Manuel López Obrador jura por todos los cielos no ser ni vengativo ni actuar por odios.
Pero los hechos advierten lo contrario. Y para demostrarlo está la designación del famoso futbolista Cuauhtémoc Blanco como el candidato de Morena a la gubernatura de Morelos.
Para nadie dentro o fuera de la política, en Morelos o fuera de él, es un secreto que Cuauhtémoc Blanco ha sufrido como alcalde de Cuernavaca el mayor de los acosos por parte de Graco Ramírez, gobernador del estado.
El mandatario perredista, quien asumió el poder en Morelos luego de una larguísima lucha por obtener la gubernatura, vio desde un inicio al Cuau como su mayor amenaza.
Apenas Blanco fue declarado vencedor en la contienda por la capital morelense y Graco ya operaba una campaña para impedir su toma de posesión.
Luego hizo de todo para destituirlo, desde manipular al congreso estatal para desconocerlo, hasta ir a pelear a la Suprema Corte un recurso contra el futbolista y hasta sembrarle un muerto en una feria municipal-estatal para acusarlo de asesinato.
Graco no ha podido con el Cuau.
El futbolista continuó como alcalde y a decir de no pocos morelenses no ha sido un alcalde sobresaliente, pero tampoco ha sido un desastre.
A quien acusan de ser un pésimo gobernador es a Graco.
El perredista, que arribó a su mandato en 2012 como uno de los 3 prospectos más sólidos para luego ir por la candidatura presidencial de su partido, el PRD, pronto se desinfló.
De ser un prospecto de gobernador honesto, incluyente, moderno, esperanzador, pasó rápido a ser acusado por corrupción, de abusador, autoritario, sordo a reclamos sociales, ineficiente en combatir la inseguridad, afecto al nepotismo y ahora de intentar heredar el cargo a su hijastro Rodrigo Gayoso como consecuencia de la gran influencia (control dicen muchos) que ejerce sobre él su esposa Elena Cepeda.
Al entrar al final de su mandato, Graco Ramírez entra en la fase final de una larga contienda con, entre otros, el poeta Javier Sicilia, el ex rector Alejandro Vera –quien como el Cuau ha sufrido otro de los grandes embates encabezados por Graco, su hijastro Gayoso, de apellido tenebroso–, el obispo Ramón Castro y otros muchos que forman el Frente Amplio Morelense que ha pedido la renuncia o remoción del gobernador.
Pero de entre todos los enemigos que ha hecho Graco en su camino, nadie tan peligroso como Andrés Manuel López Obrador, quien ahora ha decidido intervenir en la sucesión del perredista.
De grandes amigos y aliados, a enemigos
El caso de Graco y AMLO no es único en la vida. Contemporáneos los dos –de 65 años AMLO y de 69 Graco–, originarios de Tabasco, a uno y otro los unió la política desde su juventud.
Conflictivo como es su naturaleza, López Obrador fue convencido por Graco en 1987 de unirse al entonces incipiente Frente Democrático Nacional encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, para ser lanzado como candidato al gobierno de Tabasco.
Ese fue su primer fracaso electoral, pero no su primera decepción política pues para entonces ya había pasado por un intento de ser candidato del PRI a alcalde de Villahermosa, lo que fue frustrado (dicen quienes participaron en aquella historia) por el entonces secretario de Programación y Presupuesto Carlos Salinas de Gortari.
Quizá eso nos diga por qué López Obrador odia tanto a Salinas.
La segunda derrota electoral la sufrió 6 años más tarde ante Roberto Madrazo contra quien incluso hizo una marcha de Tabasco a la Ciudad de México y luego un plantón en el Zócalo.
En aquellos años la amistad de Graco y AMLO fue de lo mejor hasta que Graco llegó a la gubernatura de Morelos en 2012 y comenzó a hablar de construirse como candidato del PRD a la Presidencia en 2018.
Eso ya no lo soportó López Obrador. Rompieron y Graco comenzó a hablar muy mal de su ex amigo.
Ahora, durante el fin de la semana pasada y desde Chiapas, AMLO anunció que Cuauhtémoc Blanco será su candidato a la gubernatura de Morelos.
Luego de su destape, el Cuau participó en varias entrevistas en las que adelantó que sabe que con el apoyo de López Obrador puede ganar, pero que su triunfo no es para meter a Graco y a su hijastro, el del apellido tenebroso, a la cárcel.
Pero que no podrá evitar que se haga una exhaustiva revisión del gobierno de Graco y que, si hay algo que pagar, pues tendrá que hacerlo quien la deba.
La verdad es que, con los líos que traen no sólo Graco, sino los del Frente de Anaya-Barrales en Morelos, donde se tata a toda costa de imponer la candidatura de Rodrigo Gayoso por sobre la del ex presidente de la Cámara de Diputados, el panista Javier Bolaños, el triunfo de Blanco es el más viable.
Así que Graco debería comenzar a correr.
Nutrido inicio de período
Inmerso como está el país a querer o no en el proceso electoral de 2018, hoy y mañana se darán los primeros pasos en el Senado y la Cámara de Diputados para avanzar rápidamente entre febrero, marzo y abril, en los nombramientos pendientes de fiscales y magistrados y otros como el del Auditor Superior de la Federación.
Con más de 100 diputados federales con licencia de los 500 que iniciaron la legislatura en 2015 y con más de la mitad de los 128 senadores que dejaron sus escaños a sus suplentes, el trabajo legislativo no sólo pinta muy agobiante sino por demás complicado.
En estos últimos días han pedido licencia o están a punto de hacerlo la mayoría de quienes formaban el cuadro de coordinación parlamentaria y que integraban las mesas de las juntas de Gobierno del Senado y la Cámara de Diputados.
En el Senado han dejado esos cargos Alejandra Barrales y Dolores Padierna y quedan el experimentado Emilio Gamboa, Luis Sánchez –quien podría ir a buscar una candidatura para emigrar a San Lázaro-, y Manuel Bartlett.
Miguel Barbosa se va como candidato de AMLO a la gubernatura de Puebla.
En San Lázaro dicen regresa el sinaloense Enrique Jackson para hacerse cargo de la coordinación de la bancada del PRI ante la salida de César Camacho y Jorge Carlos Ramírez Marín, quienes se han apunado para buscar una senaduría.
De igual forma ya se van para lo mismo el coordinador de los panistas Marko Cortes y el verde Jesús Sesma y la morenista Rocío Nahale.
Con tanto movimiento entre las coordinaciones y la plantilla base, pues el trabajo legislativo apunta a juego nuevo en prácticamente todo.
Y, claro, a quienes se les cargará el trabajo será a quienes como Gamboa han estado en todo dentro del Congreso durante ya casi 15 años.
rvizcainoa@gmail.com
www.endirecto.mx
@_RVizcaino
facebook.com/rvizcainoa