El golpeteo de Trump
¬ Augusto Corro viernes 26, Ene 2018Punto por punto
Augusto Corro
El 20 de enero, el presidente millonario, Donald Trump cumplió un año de vivir en la Casa Blanca. En ese tiempo, el mandatario estadounidense nunca escatimó ni tiempo ni esfuerzo para atosigar a los mexicanos, con las deportaciones, el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la construcción del muro en la frontera con nuestro país.
A la fecha, lo único que le funcionó bien al magnate de la construcción fue perseguir a los inmigrantes, detenerlos y deportarlos. Esas acciones le dieron resultados positivos. Aunque no determinantes. Todavía hay miles de jóvenes, que llegaron a ese país cuando eran niños y hoy reclaman su permanencia y la ciudadanía estadounidense.
Las especulaciones sobre este renglón caen en la desesperanza. Si bien una gran mayoría de la sociedad de EU apoya los conocidos como “dreamers” (soñadores), al magnate solo le interesa echarlos de su país.
O usarlos como moneda de cambio en las negociaciones del TLC o del mismo muro. Es decir, que se queden los jóvenes en EU a cambio de algo.
Más mezquindad de Trump, imposible. También planteó la posibilidad de utilizar el dinero del narco para levantar la barda. Claro, el proyecto de Trump tiene sin cuidado a los cárteles de la droga. Por otra parte, la decisión de México es no pagar un solo centavo en la construcción de la valla.
En la discusión del tratado, el magnate, representante del país más fuerte que México y Canadá, sacó a relucir su estilo mercenario: en cualquier transacción obtener ganancias, no importan los medios.
Amenazó con abandonar la mesa del TLC si los negociadores no se ciñen a los intereses de EU. Tras varios meses de pláticas, con su respectivo estira y afloja, aún falta el epílogo.
En la recta final puede ocurrir la cancelación del convenio o un tratado más moderno. En cualquier caso, la ventaja será para EU. Ni dudarlo.
En el presente quizá despierte algo de interés saber cuándo concluirán las negociaciones del multicitado convenio.
¿Antes o después de las elecciones presidenciales en México?
El representante del gobierno mexicano, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, dijo que el convenio “no se puede postergar mucho más, debe estar antes de julio”.
A Trump poco o nada le interesa el manejo político del TLC, pues sólo busca ganancias, lo qué le dicta su espíritu de bucanero.
En esas condiciones México le gustó para utilizarlo como costal de entrenamiento. No le interesa al magnate que el arreglo tripartita llegue a su final antes o después de las elecciones presidenciales, con tal de obtener dividendos.
Antes de su campaña política para llegar a la silla presidencial, el millonario calificó a los mexicanos de “violadores” y “criminales”, etc. Incluidas sus reacciones racistas hacia los hispanos y hacia otras razas. Le funcionó el discurso discriminativo. Y no lo soltó. Ni lo soltará, es parte de su deformación mental.
Tenemos, pues, un mandatario poderoso vecino que padece fijaciones mentales de conquista, sin escrúpulos acostumbrado a ganar en cualquier terreno.
Sólo que sus métodos abusivos sí lo llevaron a levantarse como ganador; pero los problemas domésticos no son comparables a los conflictos de un gobierno, en los que para solucionarlos se necesita inteligencia, sabiduría, talento, sensibilidad y sobre todo, principios éticos.
Manejar un país grande, en todos sentidos, se requiere de un gobernante con visión de estadista, no la participación ni presencia de un peleonero de barrio, que a todo se opone por el simple hecho de salirse con la suya.
¿Qué les pasó a los estadounidenses que votaron por un sujeto que, con sus acciones, denigra al ser humano? ¿Qué le ocurrió a EU que llevaron al poder al hombre menos capacitado? ¿De un presidente que desprecia a los mexicanos chaparros y morenos? ¿Qué abusó de las mujeres por el simple hecho de sentirse rico y poderoso?
En fin, toda una ficha, como se dice, que hasta Él mismo se sorprendió cuando le informaron que había las elecciones presidenciales en un país, digno de mejor suerte.
Con deportaciones o sin ellas, con muro o sin él, con TLC o sin convenio, México soportará las amenazas de Trump. La Historia (con mayúscula) nos enseñó que los peores dictadores tarde o temprano pagan sus arbitrariedades cometidas contra la raza humana que quiere vivir en paz. Hitler es un ejemplo de que quien la hace la paga.
Pero Trump, un tipo inculto, es imposible que conozca las lecciones básicas la de Historia. En ese terreno no se le puede exigir gran cosa.
Por cierto, en otro lío del magnate, ya dijo que está dispuesto a declarar por el “Rusiagate”, un caso de posible injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EU. Este asunto es la verdadera pesadilla que no le permite al magnate conciliar el sueño, pues lo podría llevar a un juicio político. Al Richard Nixon por un problema menor lo echaron de la Casa Blanca.
Feliz fin de semana.