El principio del fin
Francisco Rodríguez viernes 26, Ene 2018Índice político
Francisco Rodríguez
Cuenta Justo Sierra, El Maestro de América, que Porfirio Díaz en sus momentos de fanfarrón, dueño del poder de matar absoluto, comentaba a sus amigos: me duele Zacatecas, Veracruz, Nuevo León, Chiapas… y, al mismo tiempo, se tocaba diversas partes del cuerpo. En realidad, le aquejaban las dolencias de octogenario, el nervio ciático, las reumas intermitentes y los saldos de viejas enfermedades no resueltas a partir de sus andanzas en las fajinas soldadescas.
El círculo íntimo del dictador festejaba la ocurrencia, con la que daba salida a los eternos problemas de gobierno, en un país violentado y sometido a base de bayoneta calada y fuego permanente. Obediencia absoluta de los contrarios y masacre a los soliviantados. Cárcel y hambre para la inmensa mayoría.
Las dolencias y la absoluta seguridad de que, sin ellos, el pueblo quedaría huérfano de orden y progreso son los síntomas de todos los dictadores y de los embriones de autócratas. Francisco Franco, sobando en el buró el brazo incorrupto de Santa Teresa de Ávila, que conservaba en alcohol, juraba no abandonar España hasta acabar con todo vestigio de protesta…y de sus dolencias.
Cuando Meade expresó en un mitin de acarreados en el puerto de Veracruz sus dolores sobre la corrupción, las “traiciones al partido” de Duarte Ochoa, los ataques de los habilones de Peña Nieto, que han desprestigiado a los priístas, los jarochos lo interpretaron como una burla de pésimo gusto.
Porque todo mundo sabe que la campaña jamás prenderá. La emoción social y la sinceridad del tecnócrata panista calderonista habilitado y revestido de tricolor, brillan por su ausencia. Sólo repite los retintines de los mexiquitas. Habrá que ver todavía hasta dónde calaron en Los Pinos esas “atrevidas” arengas de Meade, sentenciado a no salirse del guión, so pena de ajusticiamientos verbales y amenazas de todo tipo.
Fueron las cláusulas del contrato de elección para ser candidato. Las mismas que en su momento suscribieron Borge, Granier, Yarrington, Hernández, César Duarte, Astudillo, Velasco Coello, Rodrigo Medina, Aristóteles Sandoval, Alejandro Moreno, Roberto Sandoval, Alejandro Murat y quien usted alcance a recordar, todos ellos, “la nueva sangre del establo priísta”, corrupta hasta la médula, complicitada en todos los negocios con Peña, Videgaray, Meade Kuribreña y los próceres de huarache del elenco nacional.
La mofa, el bulo que faltaba: “me duele la corrupción”, mientras bajo el agua va a los estados a presionar a sus jefes políticos para que aprueben las ternas del fiscal anticorrupción que proponga Peña Nieto. Una manera bufa de pretender impunidad e inmunidad para los próximos 12 años, cuando quieran irse de rositas a disfrutar el asalto al pueblo de México.
Le duele la corrupción, cuando ella y la rapiña obsesiva han sido la causa de la balcanización económica, social, cultural y política del territorio nacional, hoy dividido en franjas irreconciliables que pueden voltearles el chirrión por el palito en la elección presidencial.
Entidades en el hambre y la miseria absoluta, estados en el sureste como Campeche y Tabasco, con un índice de crecimiento de menos diez por ciento del producto bruto, Chiapas y Oaxaca en un predicamento, Guerrero entre otros, en guerra civil. Y en el norte, arriba de Aguascalientes…
… estados que registran más del diez por ciento de crecimiento, gracias a los incentivos selectivos de la pandilla en busca del moche industrial y maquilador de las empresas extranjeras, a las que se les obsequia todo, tierra, exenciones fiscales, donativos, gracias y agua popular a cambio de míseros salarios y desprecio al talento obrero.
Balcanización política que logra destazar de nueva cuenta a Chiapas, por la urgencia de Aurelio Nuño de imponer a Albores Gleason, el hijín de El Croquetas, en lugar de respetar el derecho del infame Verde coaligado para consumar el fraude, el maquillado de los números y las cuentas electorales de siempre.
Balcanización política que logra, a querer o no, despertar muchas conciencias, antes obnubiladas por el marketing oficial, como esa escena del recibimiento tumultuario al candidato de Morena en el seno del Tec de Monterrey, cuyos fundadores soñaron en producir en el futuro un Presiente adecuado a sus necesidades empresariales.
Balcanización económica y política que ha logrado hacer coincidir el talento y la imaginación de investigadores, analistas, académicos e intelectuales de renombre para coincidir en el apoyo a todos los opositores, siempre y cuando ofrezcan no regresar al pasado priísta, una noche aciaga que suena a réquiem.
Esas multitudes chiapanecas, esos apoyos en el Tec de Monterrey, ya los quisiera Meade para una tarde de domingo, y hasta para un cierre de campaña. En el contraste, el candidato oficial ofrece reuniones domingueras, como las de Cancún, con dos docenas de solitarios asistentes al mitin cumbre del candidato de Videgaray.
Son las señales indudables del fin del principio, como bautizó Churchill al avance normando de los aliados en la Segunda Guerra, o del principio del fin, cuando criticó el levantamiento de la cortina de hierro en los países hoy balcanizados. Como se lea, ha llegado el momento para los priístas de emprender las de Villadiego. Aquí ya no cabe un loco más.
El principio del fin para una camarilla de rateros y vendepatrias decididos desde el principio a arrasar al país, su economía, su política, su sociedad, su cultura y sus costumbres ancestrales de honradez y dignidad. El principio del fin de una pandilla de bandoleros que entregaron la soberanía al peor postor: los eternos verdugos de la patria.
Corrupción endémica que se enraiza en el ideario antipopular de Carlos Hank González, el valido de Isidro Fabela, y en el decálogo del prestanombres Bailleres y protegidos Aspe, Gil Díaz, Videgaray, Meade, íconos del priitamismo en busca de indios, tierras, petróleo, bosques, minas, agua y sangre qué ofrecer al patrón gabacho.
Los mexicanos bien nacidos y con dos dedos de frente los esperan en la batalla de las urnas el próximo uno de julio para presentarlos a firma su pliego de rendición incondicional, su ajuste al juicio popular, la sentencia urgente y oportuna que debe darse a los traidores priitamitas.
Todos somos parte del jurado. Porque, en efecto: ¡No pasarán! ¿Usted, amigo elector, acepta ser parte de él?
Índice Flamígero: Y ahora resulta que la iniciativa de combate a la corrupción que anunció José Antonio Meade —intentando robar la bandera de AMLO— es una copia de la que presentó hace un año Morena en la Cámara de Diputados, cual acusó la legisladora Rocío Nahle. Por la mañana, el aspirante del PRIITAM a la Presidencia, entregó su proyecto a los líderes nacionales de los tres partidos que conforman la alianza “Todos por México”: PRIITAM, PVEM y Nueva Alianza. Poco más tarde, la coordinadora de los diputados de Morena lamentó que la iniciativa esté actualmente en la congeladora legislativa, por lo que, aseguró en un acto de generosidad, no le importa que el precandidato la use como bandera con tal de que sea aprobada. + + + Vecinos de la colonia Las Quintas, Acapantzingo, Cuernavaca, Morelos, han sacado la tarjeta amarilla —y están a punto de presentarle la roja— al alcalde Cuauhtémoc Blanco, también aspirante al gobierno morelense, por la construcción de un hotel de paso en esa zona residencial, mismo que se está efectuando en Atlacomulco No. 83, esquina con Las Quintas, inmueble propiedad del señor Pedro Alvear. En ese predio se talaron, ilegalmente, ocho frondosos laureles y numerosas palmeras. El municipio ya otorgó, desde luego irregularmente, las licencias de Construcción y de Uso de Suelo, según reconocieron de viva voz del secretario de Desarrollo Sustentable del municipio, Ignacio Orduña, y el jefe de Uso de Suelo, Javier Ríos, seguramente por instrucciones superiores, dado que Blanco y Alvear se ostentan como amigos. El hotel de paso se ubicaría cerca de escuelas, instalaciones del DIF y, por supuesto, en medio de casas habitación de familias honorables. + + + En Oaxaca se preguntan ¿qué hará el bisoño gobernadorcito Alejandro Murat, hijo de papi, ante el saqueo que Ulises Ruiz y Gabino Cué perpetraron en los servicios de salud, hasta por mil 488 millones de pesos. Es un saqueo escandaloso e impune que estrangula a las familias más pobres que acuden al Hospital Civil y que son atendidas “con las uñas” por un grupo de médicos y personal de servicios sin recursos elementales para hacerlo. ¿Seguirán Ulises Ruin y el badulaque y ladrón Gabino Cué tan campantes disfrutando de sus riquezas mal habidas? Apuntan que, además, Muratito colocó primero como secretario de Salud a Celestino Alonso, un mediocre economista, a quien ahora se propone proyectar a diputado federal. Y ya nombró en su lugar a un dentista, Juan Díaz Pimentel que, conocido es por los oaxaqueños, fue corrido y denunciado como ladrón, el primer día en que quiso tomar posesión. Además que Pimentel no ejerce ni como “sacamuelas”, porque se ha dedicado a la politiquería que sigue saqueando a Oaxaca. En otras palabras, dicen, este sexenio de la “dinastía irakí”, más bien talibana, sólo anuncia que seguirá la corrupción, mientras agoniza el peñismo hoy apenas declarativo. Todo ello, mientras papi Murat sigue devorando la costa con sus hoteles monstruosos que rompen el paisaje natural y garantizan su Imperio por los siglos de los siglos. ¡Salven a Oaxaca!
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