Quieren ganar aunque le pese al mundo
Francisco Rodríguez jueves 25, Ene 2018Índice político
Francisco Rodríguez
Una de las glorias de la lírica europea, Charles Baudelaire, creador de Las flores del mal, precisó: el genio está en la sensibilidad, no lo busquen en otra parte. Con tal aserto vino a zanjar la gran discusión sobre la coincidencia de las artes plásticas y la política durante el movimiento modernista.
Junto con ello, se dilucidó la diferencia entre los que amasaban una gran cantidad de conocimientos y los que sabían para qué debían ser usados. El erudito es el que acumula todas las prendas del saber, mientras el hombre culto las aplica en función del colectivo, para aliviar carencias humanas. La erudición es una técnica; la cultura es el arte.
Cuando estamos frente a quien se ostenta con grandes títulos y merecimientos pero no tiene sensibilidad, ni erudición, ni cultura, nos hallamos en los páramos del pasmarote. Aquél que permanece inmóvil, sin entender lo que se le dice y sin hacer lo que hay qué hacer. Un auténtico papanatas.
Diversos medios de comunicación prestigiados, de todas latitudes, han señalado esta deficiencia entre los gobernantes mexicanos de la actualidad, subrayando a cada rato que “no entienden que no entienden”. Una absoluta vergüenza para la proverbial tradición de genio, conocimiento y cultura que rodeaba a la clase política de antaño en el poder.
Al menos a los que daban la cara, a los que sentenciaban en los foros locales e internacionales sobre las posiciones de México en materia de gobernanza y principios diplomáticos, que constituyeron un hito entre los países de similar grado de desarrollo relativo.
Después de tantos gazapos, fracasos y actos fallidos, hasta en el lenguaje mínimo, en la expresión apoyada en teleprompters, los gobernantes son sólo unos representantes protocolarios en materia de política interna y exterior. Ya no le entienden ni al amanuense de sus infames discursos.
El llamado jefe de Estado y de Gobierno es un personaje menor, acorralado, confinado, pues sus ampulosas facultades y atribuciones son constantemente controvertidas y menguadas e impugnadas por gruesos flujos de población que se resisten a ser avasallados por la ignorancia de un proyecto y un partido aferrado a un poder sin objeto.
El partido del presidente Peña Nieto, el PRI; representa sólo el voto de menos de la tercera parte del electorado que acude a las urnas el día del sufragio —asumido y aceptado por sus encuestadores y publicistas—. Es decir, menos de la tercera parte del 40 por ciento de la población ciudadana, equivalente a los que casi no saben leer.
No es ya el aparato arrollador que apenas hace dos décadas, ante la despolitización, el engaño, la abstención y la apatía aprovechada, llegaba al poder avalado “por el 70 por ciento de toda la población”, repetían incesantemente los jilgueros priístas.
La fórmula presidencial de esta forma de subdesarrollo era lograr mayorías conservadoras en los congresos y cámaras afines a sus iniciativas y contrarias de tomo y lomo al interés de las mayorías nacionales. No contentos con eso, gobernaban a través de circulares, reglamentos internos, acuerdos y decretos administrativos…
… que nunca pasaban al conocimiento de ningún colegiado parlamentario, conteniendo como garantía de legitimidad y legalidad aquélla fracción constitucional que permite el gobierno por decreto ñoño “para mejor proveer en su exacta observancia”.
El ropaje jurídico e institucional se logra a través de la artimaña salvaje de recurrir al Poder Judicial, a los tribunales supremos y a la Judicatura en su conjunto que impone caprichos ilegítimos de toda laya, provistos de saña inaudita, disfrazados de tocas y sentencias vendidas a los peores, a los inmunes.
Pero todas esas vergüenzas ya no les importan. Hace mucho tiempo vencieron los pudores de la moderación. Lo suyo es el instrumento más importante del entrambulique: la adjudicación de los contratos, a través de la cual violan todas las leyes terrenales y celestes con tal de escabullir la prueba de la fastidiosa licitación.
Haciendo tabula rasa de todas sus obligaciones constitucionales y legales del cargo, los mandarines de Atlacomulco se conformarían con quedarse con ese sólo instrumento espurio, el de la adjudicación sin licitación, para regocijo de sus bolsillos, que no son necesariamente de cristal.
La comisión, el moche en los negocios de Palacio, convertido en obsesión enfermiza, apoyado hasta el ridículo por las cúpulas financieras, comerciales y políticas del poder, se ha convertido en la ultima ratio de una pandilla establecida por un puñado de electores mexicanos: para ser exactos, el 18% de los sufragantes.
A eso ha sido reducido el poder en manos de pasmarotes, los que por ignorancia y ambición, sin conocimiento ni cultura, permanecen inmóviles, sin entender lo que se les dice, y sin poder hacer lo que hay que hacer, antes de que el destino los alcance.
Los indignados mexicanos, las redes sociales, los movimientos no gubernamentales, los foros de profesionales, la academia de investigación, los cenáculos de los sensatos lideran para bien del país una masa crítica de opinión de las tres erres:
Rechazo al empobrecimiento, rabia contra la depauperación y revancha en lo inmediato contra las decisiones cupulares de un gobierno mercachifle y abusador de los pobres, de los indefensos de siempre. La idea es propiciar el necesario retorno…… a la intervención de un Estado justo en las áreas estratégicas de la economía y del bienestar, proporcionar empleo, justicia, educación, seguridad, respeto, salud y vivienda para la población. Suena lejano, pero está al alcance de la mano.
Con toda razón los mapaches y ensarapados han recibido la orden tajante proveniente del ronco del de Atlacomulco: jaque mate al Frente por México y, sobre todo, a quien más temen: Andrés Manuel López Obrador.
Aún con un candidote débil, cual lo es Meade El Breve, quieren ganar otra vez aunque incendien el país, aunque le pese al mundo. Repetir ad nauseam el modelito para avasallar que utilizaron en las recientes elecciones en el Estado de México y Coahuila, por encima de toda voluntad, así tengan que pasar sobre cadáveres.
De eso depende, creen ellos, no pisar la cárcel. ¿Usted lo permitirá?
Índice Flamígero: Don Rafael Segura Millán reanuda la conversación, desde el “ensangrentado Coatepec, Veracruz”, esta ocasión para hacer una importante y pertinente aclaración sobre la colaboración publicada aquí hace tres días, bajo el título Volaris: ¿ejemplo de lavandería tipo ITAM?: “Sobre la ‘fabulosa inversión por 9 mil 600 millones de dólares en una flota de 80 aviones para Volaris’ del tipo A320 de Airbus, la noticia fue difundida recientemente por el fabricante franco-alemán como una de las más grandes de su historia, por un total de 430 aviones para la empresa tejana Indigo Partners, a nombre de cuatro aerolíneas, una de las cuales es Volaris. Indigo Partners es uno de los accionistas de Volaris. De esa transacción se espera que hasta 80 aviones sean para esta línea aérea y para suministrarse en un periodo que va hasta 2026 por medio de la modalidad de renta. En el anuncio se indica que Volaris espera aumentar su cobertura hacia los EU, Centro y Sudamérica, así como dentro de nuestro país. Como se puede ver, Volaris no indica el arrendamiento de parte, o eventualmente de todos estos aviones, ni si irán reemplazando aviones menos eficientes en consumo de combustible y con las características de mayor confort y espacio que brinda el A320neo con relación a naves actualmente en operación. El valor por 9 mil 600 millones de U$ por las 80 unidades corresponde a su precio de lista, pero el precio final dependerá de la negociación y de las características que tengan en cuanto número de asientos, decoración y otras particularidades. Lo cierto es que la inversión la hará Indigo Partners y Volaris, como las otras tres aerolíneas, pagarán por la utilización de estos equipos. Así que, una vez más el anuncio y festín con todo y la presencia de ‘usted ya sabe quien’ fue un show sesgado de verdades a medias, si es que se concretan en su totalidad…”. Gracias, don Rafael. + + + También agradezco a don Rubén Mújica Vélez quien, desde la capital oaxaqueña, envía “… una corrección a su último artículo: Lopezporpillo no suscribió el GATT. Lo sujetó a una amplia consulta, sobre todo entre economistas, en que destacó Armando Labra Manjarrez. Menudearon los textos a favor y en contra, pero los de los economistas provenientes de mi facultad de la UNAM se impusieron. La extinta revista Comercio Exterior que ese banco publicaba, dedicó un número especial a la polémica. Se difirió la suscripción del GATT. Pero se metió ‘al diablo’ por la puerta trasera. Lopezporpillo liberó cerca de mil 200 fracciones arancelarias de requisitos para su importación. Esto equivalió a abrir el mercado a productos yanquis. De todos modos Juan te llamas. Cierto, la producción manufacturera mexicana era escandalosamente protegida, coto de caza de ‘industriales’ sin competencia alguna e incompetentes para competir. Pero la decisión de Lopezporpillo fue la apertura y entrega del mercado interno que después el Chupacabras Salinas, con su famosa decisión de hacer ‘entrar a México a las Grandes Ligas’ de las economías mundiales a competir, intentó disfrazar la entrega del mercado súbitamente. Poner a competir de esa manera era mandar al matadero a miles de empresas nacionales y cancelar millones de empleos. Esto convirtió en éxodo rural lo que era una periódica migración de trabajadores a EU. Después, el ‘gringo’ Zedillín, el ex bolerito, consumó la extranjerización de la economía como bien lo describe usted.” + + + Mañana 26 de enero y el sábado 27 se llevará a cabo el primer Congreso Nacional en Derecho y Ciencias Legales. Tiene una característica especial: es el primer congreso civil en instalaciones militares. Y esas instalaciones son las del Hotel del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana, en las capitalinas Lomas de Sotelo.
www.indicepolitico.com
pacorodriguez@journalist.com
@pacorodriguez