Dibbuks publica divertidos cómics y novelas gráficas
Cultura jueves 25, Ene 2018En la ruta de las letras
Patricia Correa
“Bludzee 1”, de Lewis Trondheim
- El proyecto innovador de Trondheim: la primera serie de tiras de cómic diseñada para medio digital y disponible en 19 idiomas
Bludzee es un gatito negro de ojos azules. Vive solo en un apartamento desde que su dueño desapareció. Es un superviviente. Sus escasas cajas de croquetas, su cuenta de Facebook y un martillo musical serán sus únicos aliados en un mundo lleno de peligros e idiotas. Porque este gato inocente tiene varios problemas, entre otros que intentan matarle (a menudo) y que debe aprender a ser un asesino profesional, ya que para eso le han criado. Aunque como buen gato, lo único que le preocupa es comer.
En un año, Lewis Trondheim ha realizado 365 planchas que ha puesto en línea con regularidad. Por fin, se encuentra recopilada en papel esta inesperada y divertidísima odisea felina. Bludzee 1 forma parte de la Selección Pepitas, creada con motivo del décimo aniversario de la editorial.
“Anunciado en TV”, de Sergio Moran
- La publicidad es un tema de risa, pero normalmente es ella la que se ríe de nosotros
En este este álbum intentaremos reírnos, aunque sea por sólo una vez, de la TV. Aquí veremos los trucos más sucios que usa y cómo nos afectan. No sólo nos carcajearemos de los anuncios más míticos, sino de carteles, propagandas, marketing, publicity, packaging y otras palabras inventadas por creativos puestísimos. La mercadotecnia es algo que nos rodea y nos hemos acostumbrado tanto a su presencia que ya ni la vemos. Pero… ¿podríamos vivir sin ella? Sí, y muy bien, además.
“¿Dónde está el guionista?”, de Andrés Palomino
- Una tira cómica protagonizada por un par de sufridos libretistas al servicio de un humorista mediático, despótico e incompetente
Detrás de cada cómico televisivo, de cada chiste, de cada línea del monólogo, hay un desconocido que pasa desapercibido y sufre en silencio: el guionista. Lejos del glamour, los libretistas son extraños talentosos menospreciados e infravalorados por sus propios compañeros de trabajo. Cuando todo va bien, nadie los tiene en cuenta. Pero cuando las cosas van mal y la audiencia se desploma, siempre hay alguien dispuesto a exclamar furiosamente: “¡¿Dónde está el guionista?!”.