Agobiados
¬ Augusto Corro miércoles 24, Ene 2018Punto por punto
Augusto Corro
El próximo 30 de marzo inician formalmente las campañas políticas, que tienen como plato fuerte la elección presidencial.
Lo que representa la precampaña electoral no es más que un entrenamiento para la guerra sucia, que se intensificará con el trascurrir de los días.
Si usted ya tuvo la oportunidad de escuchar a alguno de los discursos de los precandidatos se dio cuenta que tienen como centro la frivolidad.
Y realmente, el país no se encuentra en condiciones de escuchar discursos llenos de demagogia.
Ojalá que ya en plena campaña se escuchen los discursos objetivos, reales, de cómo se enfrentará aquél que resulte ganador a los problemas que agobian a los mexicanos.
Sin duda, se tendrá que empezar de cero para construir un México nuevo. Nuestra sociedad va al garete. Así lo reflejan las plagas que tenemos encima: violencia, inseguridad, impunidad, pobreza, corrupción y secuestros.
LA SEGURIDAD
La violencia tiene cifras de miles de personas asesinadas a lo largo y ancho del país. Claro, en algunas entidades más que en otras, los derramamientos de sangre son continuos. Las autoridades nada pueden hacer para brindar seguridad.
Así, pues, la inseguridad no sólo se vive en las zonas dominadas por la narcodelincuencia, sino también en las ciudades, donde poco a poco se cancela libertad de salir o caminar por la noche en las calles por temor a sufrir un asalto.
La impunidad va muy ligada a la violencia. Los asaltantes, saben que un buen abogado los saca de la cárcel con la mano en la cintura. Las leyes contra los maleantes son laxas, muy relajadas. Los pillos no temen ir a la cárcel. A esto agréguela la disposición de algún representante del Ministerio Público para favorecer a los pillos.
O también la participación de algún juez amante del estricto cumplimiento de la ley, que echa a la calle al delincuente porque su detención estuvo cargada de errores. Fue ilegal.
Son miles de personas desaparecidas, incluidos los secuestros. Proliferan los grupos de familiares en busca padres, hijos, hermanos, etc. Y cada vez se descubren más y más fosas clandestinas, en cualquier entidad.
PLATA O PLOMO
La pobreza en diferentes situaciones es la generadora de muchos males. La gente de escasos recursos es obligada a ingresar a las filas de la delincuencia organizada, ya sea por las buenas o por las malas.
Es sabido que la necesidad de los pobres tampoco le permite escoger su trabajo. O se exponen a jugarse la vida con aquellas dos palabras convincentes: plata o plomo.
Los programas sociales del gobierno no funcionaron. Sus funcionarios utilizan su paso por esas oficinas gubernamentales para hacerse propaganda y después pugnar por una mejor posición política.
La realidad es que México padece la pobreza, en algunos casos extrema, y también la desigualdad.
Claro, las plagas señaladas no son todas las que nos tienen agobiados a los mexicanos. Hay otras que no son menores, pero que también afectan a la sociedad. Nos referimos a los miles de niños huérfanos, a las viudas que dejó como saldo la guerra fallida de las autoridades contra la delincuencia organizada.
El nuevo presidente de México recibirá todo un paquete de problemas de solución inmediata. No será fácil. Tendrá que revisar, analizar, estudiar y reflexionar sobre la estrategia para erradicar esos males que sobreviven debido a la incapacidad de las autoridades para solucionarlos.
La guerra fallida del ex presidente panista, Felipe Calderón Hinojosa, no sirvió como experiencia para su sucesor, que no cambió su táctica de combate para alcanzar los resultados que todos conocemos: miles de personas muertas.
Ya señalamos las plagas que nos agobian. ¿Usted qué opina estimado lector? ¿Por dónde empezaría usted para devolverle la paz a la sociedad mexicana? El esfuerzo por la seguridad debe ser de todos, sin mezquindades ni limitaciones.
Es que ya en la campaña presidencial que empieza en marzo empecemos a escuchar soluciones sensatas de cómo atacar ese cáncer de la delincuencia organizada. Los candidatos no tendrán que ir a buscar los problemas de seguridad, pobreza y corrupción, pues están a la mano, en espera de solución. Se esperan planteamientos serios, lejos de la demagogia, sobre la erradicación de los males que flagelan a México. Ojalá.