¿Por dónde?
Ramón Zurita Sahagún miércoles 24, Ene 2018De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Las precampañas de los aspirantes presidenciales se acercan a su final y las preferencias ciudadanas no parecen variar mucho más de lo que apuntaban al inicio de las mismas.
Andrés Manuel López Obrador se mantiene a la cabeza de las mismas y José Antonio Meade Kuribreña hasta el tercer sitio, correspondiendo a Ricardo Anaya Cortés el sitio de enmedio.
Es cierto que existen los llamados independientes que son evaluados, pero ninguno de ellos se acerca siquiera al tercer lugar de los prospectos de los partidos políticos.
Los tres aspirantes que se pueden considerar como ya encartados muestran que sus cifras de simpatizantes se mantienen sin mucha alteración, llamando la atención que el nominado por el PRI, el candidato ciudadano (así lo presentan), Meade Kuribreña no avanza.
Al ex secretario de Hacienda no le han aportado nada las adiciones a su equipo de campaña de personajes como el ex panista y antes ex priísta, Javier Lozano Alarcón o la ex subsecretaria de Hacienda, Vanessa Guzmán o los apoyos de los partidos Verde Ecologista de México y Nueva Alianza.
Por el contrario, las alianzas con esos partidos le han ocasionado una serie de problemas mayores, ya que su respaldo no es general, sino se restringe al candidato presidencial y alianza en algunos de los estados del país.
Recientemente sucedió en Chiapas, donde la dirigencia estatal del partido renunció a su militancia, al negarse a avalar la alianza entre PRI y Verde, para apoyar la candidatura de Roberto Albores Guillén como su candidato a gobernador.
Y es que, sabedores de la necesidad que tiene el PRI de sus favores, los del Partido Verde y los de Nueva Alianza, encarecieron su respaldo.
El Estado de México es uno de esos sitios, donde sus costos subieron y la exigencia de posiciones de primer nivel seguras, subieron a estos partidos hasta las nubes.
Y es que las dirigencias del verde y, especialmente, de Nueva Alianza, quedaron dolidos por lo ocurrido después de los comicios del año pasado, donde sus magros porcentajes fueron la diferencia entre el triunfo y la derrota.
No cumplir con los puntos esperados por ellos, provocó que el gobierno de Alfredo del Mazo Maza, simplemente los ignorara al asumir la administración.
Los dos partidos (Verde y Nueva Alianza) perdieron el registro local, pero entre los dos proporcionaron los tres puntos que hicieron diferencia y que le permitieron a del Mazo Maza, superar a Delfina Gómez Álvarez, la candidata de Morena.
En Tabasco, Georgina Trujillo Zentella pasa apuros para lograr un acuerdo con ambos organismos políticos, ya que ellos prefieren ir solos que participar en respaldo de un partido que simplemente no levanta.
Los priistas parecen estar fuera de la disputa del gobierno estatal, donde la atención se concentra en los abanderados de Morena, Adán Augusto López Hernández y Gerardo Gaudiano Rovirosa, del PRD, en alianza con PAN y Movimiento Ciudadano.
Hasta donde se aprecia, para los priístas en los estados está resultando complicado recibir el respaldo de los aliados presidenciales en los nueve estados en que habrá comicios para una nueva administración estatal.
En Puebla, Nueva Alianza decidió ir por su parte y no apoyar al abanderado del PRI y se asume que se unirá a la candidatura de la panista Martha Erika Alonso, esposa de Rafael Moreno Valle, con quien Nueva Alianza mantuvo una relación estrecha.
Hasta el momento, la dirigencia nacional del PRI no ha emitido comentarios sobre esta renuencia de sus partidos aliados para ir en respaldo de sus candidatos a gobernador, ya que su alianza no fue total, solamente en lo federal y cada partido decide en los estados. Sin embargo, se considera que será difícil una victoria para el abanderado presidencial del tricolor, si no consigue respaldo en los estados, donde los electores ponen mayor atención sobre sus autoridades locales que las federales.
Los ciudadanos son más participativos cuando se eligen sus presidentes municipales y gobernadores, ya que son las autoridades con las que tienen mayor cercanía que los diputados federales, senadores y hasta Presidentes de la República.
En los comicios del primero de julio se votarán además de lo federal, nueve cambios de gobierno: Ciudad de México, Jalisco, Chiapas, Guanajuato, Puebla, Veracruz, Tabasco, Morelos y Yucatán. De esas nueve entidades, el PRI gobierna en solamente dos de ellas, Jalisco y Yucatán y otra en la que creía hacerlo a medias, pero ya confirmó que no es así, Chiapas.
Las restantes están divididas de la siguiente forma: CDMX, Morelos y Tabasco, por el PRD, Guanajuato, Veracruz y Puebla, por el PAN.
De esas entidades, Jalisco está considerada con alerta roja para los priistas, ya que el candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro se siente tan seguro de su victoria que se dio el lujo de rechazar alianzas con el PAN y PRD en ese estado, con todo y que el PAN le representaría más de 10 puntos a favor. Chiapas se asoma como otro riesgo para los priistas que ven como su alianza se desmorona y Yucatán se ve con amplias posibilidades de refrendarlo. Morelos se asoma una lucecita por lo fragmentado que estará el voto.
En los restantes, los priístas se ven a distancia de poder obtener una victoria estatal. CDMX, Veracruz, Puebla y Guanajuato, los consideran casi imposible y su esperanza es obtener una buena votación para su candidato presidencial. Tabasco se definirá entre Morena y PRD.
Por lo que se advierte, le será sumamente difícil al candidato presidencial, José Antonio Meade, obtener los votos necesarios para una victoria. No se ve por dónde o de dónde procederían esos sufragios.