Batidillo
Roberto Vizcaíno miércoles 24, Ene 2018Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Bien dicen los grandes politólogos, las ideologías ya no existen.
Se quedaron atrapadas en los grandes movimientos sociales de los siglos anteriores, y no sirven más para explicar los cambios en el mundo de la digitalización y el movimiento de masas vía redes sociales.
Hoy la mezcolanza, el batidillo, el mazacote político son el eje común sobre el cual camina el reclamo de los ciudadanos para ir al cambio.
Aun cuando el chapulinéo, el acarreo de cascajo electoral se da entre todas las fuerzas políticas del planeta, el caso mexicano no deja de ser por demás singular.
El flujo de los tránsfugas electorales corre hoy
Si nos atenemos al dicho de Alejandra Barrales, hay partidos nacionales que se deshacen de cuadros incómodos, inconformes, opositores internos por la mañana para que otras fuerzas políticas pasen por ellos durante la tarde.
La senadora Barrales lo dijo en relación a su compañera de cámara la senadora Gabriela Cuevas quien luego de militar toda su mediana vida en el PAN, y de ser furibunda antilopezobradorista, terminó yéndose hace unos días con Andrés Manuel López Obrador a Morena.
El flujo de corrientes enteras –ahí está la del Movimiento de la Esperanza, mejor conocida como la ex tribu perredista Izquierda Democrática Nacional creada y encabezada por René Bejarano y la senadora Dolores Padierna que no hace mucho decidió igual sumarse de nuevo a su viejo patrón López Obrador–, se ha dado siempre, pero hoy con mayor fuerza.
Así nacieron partidos enteros. Ahí está el caso del ex priísta veracruzano Dante Delgado quien en 1999 abrió su franquicia primero con las siglas de Convergencia por la Democracia, y ahora lo recicló bajo el nombre de Movimiento Ciudadano.
Ahí fueron a dar cientos, miles de priístas inconformes contra el neoliberalismo y la tecnocracia que se apoderó, y no suelta, al Revolucionario Institucional desde el ascenso de Carlos Salinas.
Hasta los primeros años del presente siglo, las restas y sumas se hacían básicamente entre personajes de las mismas corrientes.
Era muy difícil ver a un panista brincar al PRD o viceversa.
Eso fue precisamente lo que cambió.
Hoy vemos a unos y otros ir de uno a otro partido sin que su origen ideológico cuente gran cosa.
No existe el menor pudor, sólo la prevalencia del interés personal. No cambian de uno a otro partido por algún programa, sino por una nueva posición legislativa o gubernamental.
¿Enriquecimiento o empobrecimiento?
Hoy sin duda el imán para los tránsfugas partidarios, sobre todo los del PAN, está en el hombre encuesta llamado Andrés Manuel López Obrador. Conforme se cierran los tiempos del proceso electoral de 2018, el más grande nunca visto en México en el que se jugarán sobre 3 mil 400 cargos de todos niveles en el país, mayor es la afluencia de inconformes llegados a Morena desde otros partidos.
Sonriente, como el hombre de la caja registradora del juego más popular de la feria del pueblo, López Obrador anuncia durante la mañana, tarde y noche las sumas del día.
Hoy je nos jumó ejste del PAN… y mañana vendrán májs, dice mostrando sus dos dientes centrales que lo singularizan en todas las caricaturas.
El hombre está feliz. No sólo las encuestas lo colocan sobre las nubes de sus sueños, sino que las adhesiones son para él tintinar de campanas que le dicen que va por el camino correcto hacia la recámara de Benito Juárez en Palacio Nacional, donde ansía algún día descansar.
Y para alentar el flujo reparte candidaturas a los recién llegados. Una para diputada federal pluri para Gaby Cuevas, una de gobernador para el Cuau.
Sólo cabría pensar si en verdad este engrosamiento multi-ideológico significa un enriquecimiento de Morena o un empobrecimiento.
¿Quién le garantiza que los que llegan del PAN van a convivir fraternalmente dentro de Morena con los de Bejarano-Padierna o los del PRI y PRD?
¿No tenderán estos a formar células ideológicas y políticas comunes dentro de Morena? ¿No terminarán ahí integrándose en grupos de ex panistas, ex perredistas, ex priístas más que de neomorenistas o neolopezobradoristas?
En fin, ¿no terminarán siendo la revoltura, el mazacote, el apelotonamiento, el amasijo, la mezcolanza, la confusión y el enredo? al que hoy apuntan.
Y corral se enca… britó
Como lo anunció, el gobernador Javier Corral ya camina de Ciudad Juárez al Zócalo de la Ciudad de México acompañado de un contingente no especificado ni en origen ni en número.
Lo hace yendo y viniendo cada día a entrevistas en radio y otros medios a la capital del país.
El gobernador de Chihuahua encabeza la marcha de mala gana porque el gobierno de Enrique Peña Nieto ya le quitó las dos banderas sobre las que se mueve su enojo y motivación.
Y anda encanijado porque por un lado los subsecretarios y otros funcionarios de Hacienda se han encargado de explicarle que no puede reclamar lo que nunca hubo.
Es decir, que los 780 millones de pesos que no se le cubrieron fue porque no los hubo.
Estos le han dicho que, si insiste en exigir que se le de ese dinero, entonces tendrá que ir a la Suprema Corte a interponer su recurso para que sea este tribunal quien defina si procede o no su exigencia.
Su enojo es mayor porque no sólo no le dieron el dinero reclamado, sino porque ya la Fepade (que opera bajo la tutela de la PGR que a su vez responde al mandato de Peña Nieto) le informó que ha decidido atraer el caso de la supuesta triangulación de 250 millones de pesos de recursos federales hacia la campaña electoral del PRI en 2016.
Es decir, le quitarán el caso judicial sobre el cual estaba cuestionando al presidente Peña Nieto y al PRI.
Escuché decir a Gustavo Madero, quien colabora con Corral en Chihuahua, que “sólo le darán una parte del expediente del caso judicial a la Fepade”.
De risa. A la Fepade y a la PGR les van a tener que entregar lo que la Fepade y la PGR quieran y consideren necesario. Atraer un caso no significa entrar en un toma y daca.
Ni modo, los funcionarios panistas chihuahuenses andan enmuinados.
Hacia la digitalización
El diputado federal de Nueva Alianza Rafael Méndez, dice que la OCDE, que encabeza el mexicano Ángel Gurría, afirma que en México falta mucho por hacer para avanzar en la digitalización.
Acelerar la inserción de México en la Sociedad de la Información y la Comunicación exige, dice el legislador, que las instituciones y empresas tomen medidas en cuanto al consumo inteligente y racionado de papel a través de digitalizar sus operaciones y en la creación de documentos.
México aún debe trabajar mucho para llegar a la meta de digitalización e integración de las Tecnologías de la Información y Comunicación, las TIC, aplicado a programas y trámites gubernamentales, establecidos la OCDE, cuya media es del 5.4% de los documentos.
“De acuerdo con el informe bianual de Perspectivas de la Economía Digital 2017, el nivel de digitalización del país es el penúltimo de entre los 35 países miembros de la OCDE, México sólo alcanzó el tres por ciento del total en 2017, posicionando su nivel de digitalización en el penúltimo lugar de quienes integran la organización”, indicó.
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