El padre Alejandro Solalinde da voz a los migrantes del Sur
Espectáculos viernes 19, Ene 2018- “Este libro, solamente es una pequeña muestra de todo ese universo tan complejo que se vive en la migración. La migración, no solamente es sombras, también hay luces, los protagonistas de este libro son los migrantes, y son jóvenes, son alegres, con sueños, con una fe inquebrantable, y tenemos que aprender muchas cosas de ellos”
Asael Grande
Cada año, decenas de miles de hombres y mujeres centroamericanos (guatemaltecos, salvadoreños y hondureños principalmente), abandonan sus países y entran en México, casi siempre con la esperanza de cruzar hasta los Estados Unidos para encontrar un empleo. En su camino por tierras mexicanas enfrentan innumerables vejaciones, y sólo unas cuantas organizaciones no gubernamentales los protegen y defienden sus derechos. Entre esas organizaciones, ninguna es más reconocida y loable que la liderada por el sacerdote católico Alejandro Solalinde, quien platicó en exclusiva con DIARIO IMAGEN sobre su libro “Los migrantes del Sur” (Malpaso Ediciones, Sin Fronteras), en coautoría con Ana Luz Minera.
“Este libro, solamente es una pequeña muestra de todo ese universo tan complejo que se vive en la migración, la migración no solamente es sombras, también hay luces, los protagonistas de este libro son los migrantes, y son jóvenes, son alegres, con sueños, con una fe inquebrantable, y tenemos que aprender muchas cosas de ellos, son jóvenes conscientes de que en cualquier momento los pueden matar, pero al mismo tiempo ellos tienen la esperanza por conseguir ese sueño, ese ideal, que ellos identifican con el corte, ya sea Europa, pero también Estados Unidos”.
Respecto a la posición del gobierno estadounidense para con los mexicanos que buscan el Sueño americano, Solalinde destacó: “Donald Trump no me preocupa, porque va a seguir el ‘trumpismo’, va a desaparecer cuando las personas nos eduquemos, cuando seamos humanitarios, Donald Trump es la persona más coyuntural, que nos ha permitido ver cómo un lente, la verdadera realidad y el corazón de parte de Estados Unidos, no todo Estados Unidos, también creo que EU está perdiendo lo que no se imagina, con un personaje como él, están perdiendo la confianza que tienen de Estados Unidos; respecto a México, hemos tenido gobiernos desastrosos, muy malos, que han vendido a México, sin un sentido patriótico, personas pragmáticas, que no les importa otra cosa, más que parecerse a Estados Unidos.
“Los migrantes del Sur” tiene el inmenso valor de ofrecer el testimonio del padre Solalinde. Asistido por la antropóloga Ana Luz Minera Castillo: “yo soy antropóloga social, y actualmente estoy haciendo el doctorado en antropología, y mi tesis de investigación es sobre los menores migrantes que viajan acompañados, entonces, yo ya admiraba al padre Solalinde de tiempo atrás, como figura pública, por su labor, porque yo trabajaba el tema de la migración y los derechos humanos, tenía la ‘espinita’ de trabajar con él, pero no se había dado, entonces cuando entro al doctorado, surge la inquietud de buscarlo, y tratar de conocerlo, en esa coyuntura, el padre Solalinde abre un albergue de adolescentes en la Ciudad de México, y ahí empecé la labor de entrevista con los chicos, de amistad con muchos de ellos, posteriormente, trabajé como voluntaria en el albergue ‘Hermanos en el Camino’, en Ixtepec, en el estado de Oaxaca, y al ver de cerca las necesidades del albergue, surge la idea de crear un libro en coautoría, para difundir la labor del padre Solalinde, la historia de cómo había creado el albergue, y todo lo que él tenía adverso, porque sí fue un peregrinar de muchos años, su encuentro con los migrantes, y dedicar su vida a los migrantes, con la intención de que las regalías del libro fueran para generar fondos para el albergue, y para que se diera a conocer su historia, y éste es un libro de trabajo de año y medio de entrevistas, específicamente con el padre Solalinde, y también con migrantes de Ixtepec, para conocer su historia, esta labor que ha hecho durante todos estos años”, comentó a este diario la coautora Ana Luz Minera.
Alejandro Solalinde ha condenado públicamente los abusos que se cometen hacia los migrantes indocumentados latinoamericanos, por lo que ha sido amenazado en varias ocasiones por grupos criminales que lucran con los negocios clandestinos que giran en torno al tráfico de personas, armas y órganos: “en mi libro se deja ver algo de mi trayectoria, cómo Dios toma a un sacerdote, y de repente le encomienda esto, cómo lo hace fuerte para esa misión, Alejandro Solalinde, no es la historia de un hombre valiente, es un hombre que casi cumple 73 años, y estoy fuerte, Dios me fortalece, esto la gente no lo puede entender, es toda la fuerza de Dios que está acompañando a este hombre de la tercera edad, que se ha decidido ser fiel a su misión, asumo riesgos, pero las cosas se tienen que decir, no ando con rodeos, yo sí digo nombres y apellidos, y hay que decirlo, porque la verdad va de por medio”, finalizó el padre, quien además de sacerdote es licenciado en historia y maestro en psicología, cuenta los inicios, los objetivos y el alcance de su labor humanitaria, tan relevante y reconocida que recientemente distintas organizaciones lo han nominado para el Premio Nobel de la Paz.
Después de un exilio forzoso de dos meses, Solalinde regresó a Oaxaca, donde recomendó a los miembros del Partido Revolucionario Institucional hacer un acto de contrición por sus errores y abusos cometidos durante los 71 años que gobernaron el país, y al presidente Enrique Peña Nieto le pidió emprender el camino de la democracia: “en México tenemos la esperanza que esto cambie, hemos tenido gobiernos tecnócratas, que han vendido a México, personas pragmáticas, el PRI y el PAN no ofrecen nada, más que vergüenzas, y sus partidos aliados igual, yo hablo claro, la única esperanza que tenemos es Andrés Manuel López Obrador, no es lo que hubiéramos querido, no existe el candidato ideal, pero sí puedo decir que es el mejor de entre los que están” finalizó Solalinde, quien expone en su libro la problemática de la diáspora centroamericana en toda su crudeza, pero también muestra cómo siempre hay espacio para la solidaridad y la esperanza.