PRD, rumbo a la extinción
¬ Augusto Corro jueves 18, Ene 2018Punto por punto
Augusto Corro
En un acto político que quedará para la historia, el panista Ricardo Anaya recibió el apoyo de las tribus perredistas para participar como su candidato en la contienda electoral presidencial.
En las oficinas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el “joven maravilla” blanquiazul, rodeado de la jerarquía amarilla, que en otros tiempos practicaba la ideas izquierdistas, apapachaban y elogiaban a su nuevo líder de la llamada derecha.
Se reconfirmó, pues, que Ricardo Anaya será el abanderado del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC) esa mezcla política que junta al agua con el aceite, sin tener en cuenta lo que piensan los militantes de los partidos.
Muy bien, en las cúpulas de las organizaciones políticas ya decidieron unir fuerzas, pero las bases ¿ya lo aprobaron? ¿Realmente funcionará la alianza “Por Mëxico al Frente”? El resultado se verá hasta el día en que se cuenten los votos.
No será fácil que los amarillos voten por el aspirante panista a la Presidencia de la República que tiene ideas diferentes. O al revés, ¿los blanquiazules estarán convencidos de su apoyo a algunos perredistas de ideas progresistas?
Panistas y perredistas tienen puntos de vista diferentes en asuntos, como el matrimonio igualitario, el uso de las drogas, el aborto, etc. Temas muy sensibles para los militantes de los partidos mencionados.
Aunque parece que los planteamientos anteriores ya no cuentan. El precandidato Anaya se sintió como pez en el agua con sus socios en una nueva aventura electoral para ganar la silla presidencial.
Para justificar la alianza antinatura, el precandidato Anaya dijo que en el PRD y el PAN “no tenemos ninguna discrepancia en la convicción de combatir los tres tumores del cáncer que agobian a nuestro país: la corrupción, la violencia y la desigualdad”.
Sin embargo, para los amarillos es otra la idea que tienen sobre la coalición con el PAN que bien podría ser la siguiente: mantener su registro como partido político, que desde hace varios años se encuentra en vías de extinción. Ante este problema, la institución blanquiazul se convirtió en su tablita salvadora.
De ahí que Anaya fuera recibido con mucho entusiasmo por perredistas en la sede del partido. Le regalaron un chaleco amarillo, con el símbolo perredista y ya en grupo alzaron los brazos en señal de victoria.
En la ceremonia, “Los Chuchos”, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, hombres fuertes del partido, ya no estaban al frente. Se conformaron con lugares secundarios en el presidium. Según las crónicas de ese acto, los dirigentes amarillos, encabezados por su líder mancerista, Manuel Granados, estuvieron cautivados con la presencia y el discurso del “joven maravilla”. Cómo no iban a estar emocionados si tenían en casa a su posible bienhechor.
La reunión de la cúpula perredista con Ricardo Anaya sirvió para que aparecieran en la primera fila los que ahora ostentan el poder real en ese partido: Héctor Bautista y Héctor Serrano, quienes, para bien o para mal, marcarán una nueva etapa en la vida del partido del sol azteca.
QUE A TRUMP NO LE DUELE NADA
Qué bueno que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, goce de excelente salud y mente estable.
Es una tranquilidad, sinceramente.
Porque así como se encuentra de sano tiene a medio mundo con dolor de cabeza, estresado y sumido en la incertidumbre, que pasaría si Trump padeciera alguna enfermedad mental.
Que sería de nosotros, pobres mortales, con el hombre más poderoso de la tierra con dolencias que pusieran en peligro la paz mundial.
Entonces surge la pregunta obligada: ¿Por qué Trump con esa salud mental que disfruta ofrece otra imagen de su persona?
Un día se levanta y lo primero que hace es atacar a los inmigrantes de todas las razas.
Otro día con la espada desenvainada lanza sus ataques tuiteros o verbales contra el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, en su duelo sobre amenazas de una guerra nuclear.
¿Entonces, que enfermedad padece Trump si tiene la fijación mental de construir el muro fronterizo entre México y Estados Unidos? Propios y extraños ya le advirtieron que esa barda no servirá para contener la inmigración ilegal, ni para evitar el trasiego de drogas.
El médico de la Casa Blanca dijo que el presidente Trump lo único que necesita es bajar de peso. Y que de no haber abusado tanto de las hamburguesas “podría llegar a vivir 200 años”. ¿Usted que opina?