La sombra rusa en México
Alberto Vieyra G. miércoles 17, Ene 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Justo al comienzo de las posadas en diciembre del 2017, el gobierno gringo encendió los focos rojos, anunciando la sombra rusa sobre las elecciones mexicanas del próximo uno de julio.
Como pudimos ver en nuestra entrega anterior, Rusia y Putin Vladimir quieren llevar a la Presidencia de la República a un régimen populista, autoritario y con clarísimas tendencias hacia el antagonismo contra el imperio yanqui.
También este átomo de la comunicación, comentaba que, desde septiembre de 2016, la televisión rusa transmite en México con su canal “Rusia Today”, con el que busca echarle gasolina al fuego de la insurrección contra el régimen priísta.
Pero eso no es todo, en ese canal ruso, transmite desde hace más de 2 años, una cápsula titulada “La batalla por México”, pero da la extraña casualidad de que dicha cápsula corre a cargo del consejero principal de San Juan Diego López Obrador, llamado John Ackerman, de quien se afirma que podría ganar hasta 50 mil euros mensuales por estar encendiendo la mecha en México.
Apenas esta semana, se conoció la noticia de que, en Venezuela, surgieron de la noche a la mañana, decenas de bardas pintadas en favor de López Obrador y Morena, partido suyo, suyito y de su propiedad.
¿Pero qué hay detrás de la amenaza rusa? ¿Por qué Estados Unidos alertó a México sobre la sombra rusa en las elecciones mexicanas? Mire usted. Históricamente, y al menos, descaradamente, desde 1940, el imperialismo yanqui, a través de la CIA, ha intervenido en las elecciones mexicanas.
Ese año evitó, el tío Sam, que el general Lázaro Cárdenas del Río materializara el dedazo en favor de su amigo y hombre de todas las confianzas, el señor Francisco J. Múgica, porque Estados Unidos tenía pavor de que en México se registrara un sexenio más de socialismo.
Más recientemente, en el 2000, el imperio gringo echó al PRI de Los Pinos, mediante la cínica intervención de los cacoleros de Atlanta, los petroleros texanos y otras multinacionales que apoyaron con hartos millones de dólares al panista Vicente Fox Quezada, para llevarlo a la silla presidencial.
La presencia rusa en México, aunque el embajador ruso en nuestro país, Sergei Lavrov lo niegue categóricamente (ni que fuera tan maje para echarse la soga al cuello), nos dice también que el Putin Vladimir ruso, aprovechando la ocasión de que Estados Unidos ha comenzado a soltar al mundo, pretende implantar una nueva era de La Guerra Fría, un conflicto ideológico, político, económico y militar, ganado en las últimas dos décadas del siglo pasado por el capitalismo salvaje, tras la caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS.
Sí, la guerra fría fue una guerra de poder a poder entre el capitalismo y el comunismo, combatido rabiosamente por Estados Unidos, dentro y fuera de sus fronteras, con la conformación de la Comisión Senatorial McCarthy, creada por el senador Joseph McCarthy, “el Congreso norteamericano creó el Comité de Actividades Antinorteamericanas, se inició uno de los periodos de mayor oprobio en la vida cultural de los Estados Unidos.
Fue un periodo de persecución irracional, inquisitorial y esencialmente regresivo”, como lo relata la escritora Lilia Hellmans en su libro “Tiempo de Canallas”.
¿Vivimos, acaso, otra era de canallas, ahora encabezada por Rusia, que últimamente ha intervenido en el separatismo de Cataluña en España, en el Brexit de Inglaterra, en las elecciones de Alemania, de Francia, de Estados Unidos, que apadrina al populista y tirano Nicolás Maduro en Venezuela, y ahora busca llevar a la presidencia de México, a otro populista y analfabeto emocional llamado San Juan Diego López Obrador?
Qué peligroso para los mexicanos si permitimos que las próximas elecciones presidenciales estén en ruso?