Ni uno ni el otro pueden solos
Roberto Vizcaíno martes 9, Feb 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
A confesión de parte, no hay nadie que se atreva a refutar lo aceptado.
Esto lo digo porque durante el pasado fin de semana, como si se hubiesen puesto de acuerdo, el perredista Carlos Navarrete, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República y coordinador de la bancada del partido del sol azteca, así como el panista Gustavo Madero, presidente de la Mesa de Concertación Política de la misma cámara y líder de su grupo parlamentario, el blanquiazul, dijeron casi lo mismo.
En pocas palabras, aceptaron que sus partidos, el PRD y el PAN no pueden solos ni ganar ninguna de las 12 elecciones a gobernador que habrá en julio próximo en Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas, ni pueden aprobar por ellos mismos ninguna reforma dentro de sus dos cámaras, la de Senadores y la de Diputados.
En el primero de los casos, indicó Navarrete, su partido, el PRD, necesita las alianzas con el PAN para poder competir contra el PRI.
Parafraseo al general Anaya al indicar: “si tuviéramos votos… no estaríamos formando alianzas y coaliciones” con sus contrarios, los del PAN, indicó.
Navarrete no fue el único que lo aceptó. Otros muchos perredistas lo repitieron durante el desarrollo del Consejo Nacional realizado entre sábado y domingo pasados.
Ante la reiterada pregunta de si en verdad el PRD no puede solo en las elecciones que vienen, el senador dijo:
“¡Claro que no!… ¿qué no se han dado cuenta?”, respondió a reporteros.
Y agregó:
“Como dijo el general Anaya (insistió): si tuviéramos votos, no estaríamos en esto. Claro que el PRD no puede solo en ningún estado, ni el PAN puede solo en ningún estado…
“Si vamos divididos con cinco candidatos a la gubernatura en Oaxaca, el señor Ulises Ruiz nos va a aplastar electoralmente”, reconoció.
Eso mismo podría pasar en los otros 11 estados con renovación de gobernadores, aceptó.
De ahí que pese a todos los cuestionamientos y rechazos de parte de sus propios dirigentes y bases, el PRD haya decidido ir a acuerdos con el PAN para lanzar candidatos de alianza en Oaxaca, Durango, Hidalgo, Puebla y Quintana Roo, de entrada y se siga conversando para ampliar estas posibilidades en otras entidades.
Navarrete consideró que ante esta circunstancia, “vale la pena” buscar y negociar coaliciones. Se trata, entre otras cosas, de derrotar a los caciques estatales y lograr que lleguen candidatos comprometidos con programas de democratización en esas entidades.
La intención es que se sumen todos los votos en torno a un solo candidato.
Fernando Belaunzarán, uno de los consejero nacionales más aguerridos y críticos, reconoció de igual forma la debilidad de su partido que los lleva no sólo a tener que definir un programa de emergencia.
En este contexto, precisó, sería incluso una irresponsabilidad no buscar las alianzas.
Otros, como el caso del senador colimense Carlos Sotelo, insistieron en que ese camino no es el conveniente para el PRD porque después del proceso electoral de julio, el PRD vivirá “una debacle”.
Los costos de haber ido en alianza con el PAN nos van a ser cobrados durante un periodo muy largo, con la reducción de confianza de los ciudadanos, vaticinó. Más o menos esa misma proyección fue la que hicieron los diputados federales Agustín Guerrero y Avelino Méndez.
A su vez, el líder nacional del PRD, Jesús Ortega, indicó que las elecciones del próximo 4 de julio serán determinantes para su partido.
Si no obtenemos el resultado que esperamos, podríamos no estar en condiciones de competir en las elecciones presidenciales del 2012, indicó.
“Si por el contrario el PRD sale triunfante en varias de estas elecciones, entonces estaremos en condiciones de ser una fuerza realmente competitiva en las elecciones presidenciales de 2012; pero si no, si obtenemos malos resultados, entonces el riesgo de que se consolide la posibilidad de una regresión es enormemente grande y enormemente grave”, precisó.
En la otra orilla, el presidente de la Mesa de Concertación Política -y quizá pronto secretario de Turismo del gobierno de Felipe Calderón en sustitución de Rodolfo Elizondo, quien se dice irá a una embajada-, Gustavo Madero admitió que los blanquiazules no pueden solos para aprobar las reformas de Estado que se requieren.
Por ello, pidió, exigió a los senadores y diputados del PRI, a que asuman su condición de grupos mayoritarios dentro del Congreso y participen en la aprobación de la reforma política cuya iniciativa ha sido enviada a la Cámara alta por Calderón.
En los hechos esta admisión fue la aceptación de que su partido, el PAN, no cuenta con los votos ciudadanos suficientes para ir solo a las elecciones.
Dos personajes que son representativos de sus respectivos partidos.
DESTAPES Y FUGAS: Como lo señalamos ayer en este mismo espacio, los próximos días se definirán las candidaturas de los diferentes partidos en las 12 entidades donde habrá elecciones a gobernador el próximo 4 de julio.
Dos que convocan la atención son Veracruz y Sinaloa.
De ser cierto lo que escuchamos ayer, hoy se definirá la candidatura del PRI en Sinaloa, una nominación que pelean cuerpo a cuerpo y con todo los tricolores Jesús Vizcarra, alcalde de Culiacán -y uno de los más exitosos y ricos empresarios en México-, y Mario López Valdez, conocido popularmente como “Malova” por la composición de las primeras letras de su nombre y apellidos.
Ni qué decir que todo indica que Vizcarra lleva la delantera a López Valdez, sobre todo porque el primero cuenta con el apoyo y beneficio del gobernador saliente, el también priísta Jesús Aguilar Padilla.
Esta más que percepción fue la que quizá llevó a “Malova” a reunirse y conversar con el dirigente nacional del PAN, César Nava, hecho que ya lo marcó como traidor al PRI.
La lectura de ese encuentro tiene miles de vertientes, las más obvias son que buscaría presionar a su partido a pronunciarse por él, porque en caso contrario podría irse a encabezar una alianza PAN-PRD en Sinaloa y arrancarle por esa vía la gubernatura al tricolor.
Los que tienen el sartén priísta por el mango indican que si había alguna posibilidad para él dentro de este partido, él mismo la pateó y que haga lo que haga, simplemente ni será candidato, ni obtendrá el triunfo.
La obviedad de otros casos indica que Mario López Valdez podría haber comenzado a transitar por un camino conocido por otros tránsfugas: ser lanzado como candidato por otro u otros partidos, perder después la elección, luego no ser reconocido ni cobijado por ninguno de los partidos que lo postularon, vivir la amargura de la derrota y del repudio de sus ex compañeros, ver el alejamiento de sus amigos partidarios -que casi son todos-, meter a su familia en esa dinámica, comenzar a perder sus ahorros y no tener acceso ya a los apoyos para realizar negocios como antes ocurría.
Eso mismo, dicen, lo empezó a vivir ya Jesús Rosas Aispuro, quien es ahora el candidato de la primera alianza PAN-PRD en Durango.
En el caso de “Malova” existen otros elementos en contra: resulta que el PAN a diferencia de otros estados, en Sinaloa sí tiene prospectos propios con fuerza como para competir y ganar.
Uno, obvio, es el secretario de Sedesol federal, Heriberto Félix y el otro es el hijo de Maquío, el diputado federal Manuel Clouthier Carrillo, de ahí que quizá López Valdez sólo esté siendo utilizado por Nava para provocar el rompimiento de la unidad priísta en Sinaloa, y el debilitamiento del tricolor en esa entidad.
El otro caso que provoca expectación es el lanzamiento de los candidatos del PRI y del PAN a la gubernatura de Veracruz.
Esto podría ocurrir en días. En el caso del PAN, quizá esto ocurra entre jueves y viernes de esta semana y la pelea está entre los panistas Gerardo Buganza y Juan Bueno Torio contra Miguel Ángel Yunes Linares.
Este ya les cantó que apenas se emita la convocatoria correspondiente, renunciará a la dirección general del ISSSTE para irse a competir por esa nominación. Y les pide tener en cuenta que “el enemigo está fuera” no dentro del PAN.
Pero el caso es que Buganza y Bueno Torio consideran a Yunes precisamente el enemigo externo, un arribista de fuera, un priísta cercano a Calderón que todavía viste de tricolor. ¡Ups!