Chapulines y chapulineo
Alberto Vieyra G. viernes 12, Ene 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
AMN.- La palabra chapulín tiene su origen en el náhuatl, que quiere decir “insecto que brinca como pelota de hule”. Se trata de un insecto que pertenece a la familia de los ortópteros, la mayoría de los cuales son comestibles y del más alto valor nutricional.
En Oaxaca, por ejemplo, y algunos restaurantes del centro del país se pueden degustar las taquizas a base de chapulines. Mmm… son una delicia.
De acuerdo con los nutriólogos, los chapulines tienen mayores nutrientes que la carne de res, de cerdo y de pollo, que hoy contienen anabólicos en su gran mayoría y que son terriblemente dañinos para la salud.
Entre sus beneficios para el organismo, se encontró que contienen entre el 60 y 70 por ciento de proteínas de buena calidad. Sólo 100 gramos de carne de res contienen entre 54 y 57 por ciento de proteínas, mientras que 100 gramos de chapulines contienen entre 62 a 75 por ciento. Por eso mis mayores criaban los pavos de navidad alimentados con chapulines, y le aseguro que no eran de una pechuga, sino dos y hasta 3.
Bueno, eso es para el anecdotario, pero a qué se refieren con eso del “chapulineo”. Es un término que se aplica a los gobernantes y legisladores sinvergüenzas que siempre se están disputando nuestros dineros públicos en cada elección para saltar de un hueso al otro. A eso se le llama, popular y despectivamente “chapulineo”.
Traigo a colación el término, porque estamos en México, precisamente, en la era del chapulineo.
Unos inútiles y corruptos gobernantes o legisladores que no cumplieron una sola de sus promesas electorales, ahora de alcaldes buscarán convertirse en diputados locales o federales, mientras que los diputados y senadores federales, buscarán seguir agarrados de la ubre presupuestal, así tengan que matar a su progenitora, y los que hoy son senadores buscarán una diputación, alcaldía o gubernatura, y los diputados buscarán saltar de la curul al escaño, y quiero aclarar que curul y escaño es la cosa esa en la cual se sientan diputados y senadores, para que no se piense mal.
Hasta hoy, más de 80 diputados federales han solicitado licencia para hacer el chapulineo y realizar nuevas promesas electorales a la gente que no tiene memoria, y en los próximos días de este mes, cerca de 150 curuleros le habrán hecho al chapulineo.
Pero donde el chapulineo está a lo bestia, es en el Senado llamada también la cámara alta, mientras que los diputados federales pertenecen a la llamada cámara baja.
Usted sabe, en México hay niveles, principalmente en la disputa por nuestros dineros públicos. Nadie quiere vivir en el error, ni en el horror de estar fuera del presupuesto.
¿Qué van a trabajar esos malvivientes que, según ellos, se dedican a la política de tiempo completo y son sabiondos hasta la pared de enfrente, aunque aprueben las leyes sobre las rodillas que les mandan de Los Pinos, la Secretaría de Gobernación, de las cúpulas empresariales y hasta de la Casa Blanca en Washington?
No confundir con la Casa Blanca de las Lomas de Chapultepec.
Hasta hoy, 35 senadores propietarios le han hecho al chapulineo e incluso 3 le hicieron al chapulineo pero con destino a San Pedro, pero no al de Los Pinos.
Y se calcula que, cuando menos otros 15 senadores más están a punto de largarse con su música a otra parte, en pos de nuestros dineros públicos, ya sea como diputados, senadores, alcaldes o cualquier otro huesito que no les reditúe menos de 150 mil pesotes mensuales.
¿Se da usted cuenta cómo la mafia del poder, incluyendo al viejito ese de Morena, cuidan como los ojos de su cara, una industria llamada política o democracia que ellos adoran porque les da de comer con manteca y nada de que frijoles y chapulines. No, lo nutricional, lo poderoso, para ellos es el chapulineo.