El adiós de Eugenio
Ramón Zurita Sahagún martes 30, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Otro gobernador que se despide del pueblo es el de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, quien el 1 de enero pasará al terreno de los ex mandatarios.
Eugenio pretende continuar en la política y hasta se candidatea para ser incluido en la exclusiva lista de aspirantes presidenciales del PRI, en la disputa un lugar el todavía gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, pero en la que solamente tienen sitio reservado Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones.
Gobernador del estado más fustigado por la delincuencia organizada y donde los cárteles de la droga sentaron sus reales y se apoderaron de pueblos y ciudades, Eugenio Hernández Flores lucha contra esa sombra.
Su trabajo administrativo y de obra pública es relevante, pero ante el azote de la delincuencia, poco pudo hacer.
El resultado de su gestión es sumamente polémico ante las evidencias: es cierto que deja una buena infraestructura pública, pero en contraste esa misma obra no luce, ante la barbarie imperante de los enfrentamientos en vía pública y carreteras del estado, la quema de vehículos, el cierre de vías primarias y secundarias, el amago a la ciudadanía y a las autoridades por parte de los grupos delincuenciales.
Toda obra o gestión palidece ante la cruda realidad que vive Tamaulipas, considerada como la principal entidad asolada por la delincuencia.
Es cierto que en Chihuahua el número de muertos rebasa cualquier expectativa, pero también lo es que la presencia principal de la delincuencia se remite a Ciudad Juárez y otras poblaciones menos importantes, mientras que en Tamaulipas, las principales ciudades son afectadas por los grupos delincuenciales.
Los días recientes dan cuenta de lo que sucede en Ciudad Mier, una población ubicada dentro del mapa de los pueblos mágicos y que se muestra como una ciudad desolada, ante el acoso de las bandas de delincuentes.
Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo, Altamira, Ciudad Victoria, Tampico, San Fernando, Ciudad Madero y otras poblaciones de regular importancia presentan con frecuencia inusitada los enfrentamientos entre los grupos en pugna o de estos con las fuerzas armadas.
Por eso, en Tamaulipas se preguntan que sirvió que el gobernador Hernández Flores diera un gran impulso al turismo, si los visitantes no van. Para que son las obras de carreteras, caminos y demás, si etas son dominadas por los grupos delincuenciales y transitar por ellas da pavor.
Eugenio no fue un mal gobernador y su obra se encuentra ahí, aunque la inseguridad prevaleciente le resta presencia como un buen político y buen administrador.
Cuando asumió el gobierno estatal, poco se sabía de Eugenio Hernández Flores. Con una carrera política meteórica que le permitió pasar de diputado federal a alcalde de Ciudad Victoria y candidato al gobierno estatal en un par de años, se le reconoció ampliamente por desechar todo lo que oliera a su antecesor Tomás Yarrington Ruvalcaba, con una administración pestilente en varias áreas y con sombras de sospecha sobre una eventual tolerancia a los grupos de la delincuencia que dominan el estado desde el siglo pasado.
Eugenio barrió con todo e impidió que Tomás fuese postulado al Senado de la República (2006), en una primera instancia y a la Cámara de Diputados (2009) en una segunda.
Su trabajo comenzó a ser conocido extra fronteras de Tamaulipas y su labor en los ramos de la educación, salud, comunicaciones, turismo y otras áreas le fue reconocida.
Sin embargo, a la par de la obra pública y de la gestión administrativa, los grupos de la delincuencia asomaron por distintas poblaciones y pusieron en jaque al estado.
Hernández Flores deja al estado con finanzas públicas sólidas, con una gran obra en materia de escuelas, hospitales, carreteras, caminos, consiguiendo que Costa Lora, se convierta en un desarrollo turístico importante, con leyes más justas y de avanzada de protección a las mujeres, con un manejo adecuado de la basura y de los residuos, con un parque eólico, para avanzar en la transición hacia la generación de energías limpias y contribuir a minimizar los efectos del calentamiento global.
Sin embargo, tal vez eso lo recuerde poca genta ante la constante amenaza de los grupos del crimen organizado y del que no lo está que mantienen en jaque al estado y donde ni las fuerzas armadas, ni mucho menos las policías federales, han logrado restituir el orden público.
*Marcelo Ebrard Casaubón está desatado, en plena carrera por la candidatura presidencial de su partido o, cuando menos, del grupo de “Los Chuchos”. Como buen candidato en campaña no se pierde fiestas de 15 años, bautizos, inauguraciones y mítines políticos de todo tipo, sin importar el desplazamiento que tenga que hacer.
Lo mismo sacude el escenario político con sus críticos comentarios, que acude al Edomex para llamar a votar contra el candidato tricolor o irrumpe en esa entidad para convocar a que los electores apoyen una alianza entre derecha e izquierda.
Hace unos cuantos días reignauró el monumento a la Revolución, obra en la que se invirtieron millones de pesos y que no satisfizo a nadie, ya que solamente limpiaron la reliquia, instalaron un par de fuentes y dan pan y circo al pueblo.
Unos días después de remozado e inaugurado el mausoleo, fue cerrado, para dar paso a un concierto, por lo que durante cuatro días permanecieron las feas estructuras en el sitio, tapando la visibilidad del lugar, con camiones a su alrededor.
Ayer la eventual presencia de Madonna en la inauguración del primero de muchos gimnasios que abrirá en el mundo, mostró que el jefe de gobierno es capaz de todo, ya que anunció su presencia en el Hard Candy Fitness, sin importar que este evento generara un caos en esa zona de la ciudad de México.