El prianismo que envenena
Alberto Vieyra G. miércoles 10, Ene 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Vuelven más bárbaros los bárbaros del norte.
En 1983, el empresario chihuahuense, Luis H. Álvarez, le ganaría por primera vez al PRI la elección de alcalde a la capital chihuahuense. Utilizó, entonces, una ponzoñosa estrategia que le reditúo muy bien al PAN, acusando a los regímenes priístas de no entregarle los recursos económicos de ley, sólo por ser un gobierno de oposición.
Luis H. Álvarez, acompañado de otros feroces panistas, conformaría un grupo llamado “Los bárbaros del norte”, que, con cierres de carreteras y protestas en centros neurálgicos en el estado de Chihuahua, lograron hacerle, al PRI gobierno, manita de puerco para que les entregara la lana para la alcaldía de la capital del estado más grande el país.
La confrontación PRI-PAN quedaría al rojo vivo, hasta que, en 1988, Carlos Salinas de Gortari, para legitimarse en la Presidencia de México, trabó inconfesables alianzas con la Iglesia católica, los cúpulos empresariales -léase panistas-, y sin falta, el PAN, con sus bárbaros del norte. El PRI cohabitaría con el enemigo en casa, al que le dio todo género de prebendas políticas, incluyendo las famosas concertacesiones, a través de las cuales les entregó a los bárbaros del norte, las gubernaturas de Baja California, Guanajuato, un sinnúmero de alcaldías, diputaciones locales y federales, y sin faltar senadurías.
El prianismo ponzoñoso, durante 3 décadas, llevaría a cabo acciones terriblemente impopulares, como el Fobaproa, o robaproa, que el prianismo mandó a deuda pública más de 800 mil millones de pesos, por los que hoy los mexicanos pagamos anualmente, sólo de intereses, más de 150 mil millones de pesos, y esa pesada cruz será por los próximos 65 años, amén de reformas como la laboral, que acabó con las conquistas obreras y redujo a los trabajadores de México en nuevos esclavos del capitalismo salvaje.
El año pasado, y después de traiciones conocidas, el jerarca nacional del PAN, Ricardo Anaya, convertido hoy en el precandidato presidencial fresa de la prostituta alianza PAN-PRD-MC, rompería su alianza con el régimen priísta, contra el que hoy libra la madre de todas las batallas, que podría reducir al PAN a la nada o podría ser que el PRI se vaya a la rechintola.
En esa madre de todas las batallas entre el prianismo, hoy los bárbaros del norte contratacan más feroces que los bárbaros de Luis H. Álvarez.
El panista Javier Corral Jurado, en cuyo desgobierno, los asesinatos se han cuadruplicado en el estado de Chihuahua, convertido en tierra de nadie, se ha dado a la tarea de acorralar al PRI y al gobierno peñista, acusándolos de corruptos y de pichicatearle, otra vez, los presupuestos a los chihuahuenses.
La historia es larga, pero no haré largo el cuento. Hacienda y la Cámara de Diputados autorizaron 2 mil millones de pesos más en el presupuesto chihuahuense para el 2017. Haciéndole a la llorona, Javier Corral logró, el 14 de diciembre pasado, que Hacienda le otorgara 700 millones de pesos como presupuesto extraordinario, mediante un convenio que en su segunda cláusula reza que dichos recursos estarán sujetos a “disponibilidad”, es decir, que, si hay, van, y si no, no van.