Nuevas terapias analgésicas para el dolor óseo
Salud miércoles 10, Ene 2018Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Para evitar un ataque al corazón, la prevención es clave
- La insulina, el mejor tratamiento contra la diabetes
Dr. Juan Jiménez Andrade.
El dolor óseo, en general se presenta en personas con cáncer de mama, próstata, riñón o pulmón en estados avanzados, y aunque existen fármacos para tratarlo, tienen efectos adversos, por lo que es necesario desarrollar nuevas terapias analgésicas eficaces y con menos efectos secundarios, indica el doctor Juan Jiménez Andrade, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, ganador del Premio de Investigación 2016 de la Academia Mexicana de Ciencias en el área de ciencias naturales el cáncer afecta al hueso de aproximadamente el 80% de los pacientes con cáncer de mama, próstata, riñón o pulmón, al desarrollar metástasis ósea y con ello dolor óseo que aumenta conforme la enfermedad progresa, además de fracturas y anemia. Hace veinte años se atribuía como causa del dolor óseo a una inflamación severa y crónica, pero hoy se sabe que además, también hay daño en las fibras nerviosas que rodean al hueso. Jiménez Andrade y su equipo identificaron en ratones con cáncer la formación anormal de un conjunto de nervios alrededor del hueso que produce dolor. Pero además encontraron daños en el sistema nervioso periférico y formación de nuevas fibras nerviosas. El científico también se ha enfocado en estudiar otras enfermedades, como diabetes mellitus, hipertensión o artritis reumatoide, que generan cambios en las fibras nerviosas que llevan al dolor óseo.
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De acuerdo con el Dr. Dipan Shah, director del Laboratorio de Imagen por Resonancia Magnética del Houston Methodist Hospital, la clave de la prevención de un ataque al corazón es el ejercicio, el control del peso, monitorear la presión sanguínea, controlar los niveles de azúcar en sangre, así como de colesterol. Hay que realizarse un chequeo por lo menos una vez al año, sobre todo en edad adulta. Los síntomas clásicos son dolor o malestar en el pecho, pero a menudo los síntomas son atípicos: dolor de mandíbula, espalda, brazos o abdomen, así como falta de aliento. Los síntomas difieren entre hombres y mujeres. Los varones tienden a presentar síntomas clásicos, como dolor en el pecho, mientras que las mujeres sufren de falta de aire, náusea/vómitos, molestias de espalda o quijada. Dentro de los eventos cardiovasculares más comunes son las isquemias, en las que se produce una disminución del flujo de sangre rica en oxígeno a una parte del organismo. La Secretaría de Salud señala que la mitad de la gente que padece hipertensión arterial en México lo desconoce, igual de los que viven con diabetes. Mientras, 80% desconoce que tiene niveles altos de colesterol. Estas alteraciones provocan daños en órganos vitales sin que haya molestias. Hay que evitar factores de riesgo, como la hipertensión, la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo. El Dr. Shah afirma que una de las terapias que han revolucionado de manera efectiva la enfermedad cardiovascular, son las estatinas, las cuales han demostrado ser de gran ayuda en bajar los niveles de colesterol y reducir la incidencia de ataques al corazón.
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Teresa Tafolla, educadora en diabetes, asegura que la insulina es el mejor tratamiento para su control. Para optimizar sus resultados recomienda una correcta técnica de inyección La insulina debe llegar únicamente al tejido subcutáneo, para lograrlo, las agujas deben ser ultra cortas y ultra finas, de 4mm en dispositivos de pluma y 6mm en jeringa convencional. Los sitios ideales para inyectarse son abdomen (no tan cerca del ombligo) muslos, glúteos y brazos, ya que son las partes del cuerpo con mayor cantidad de tejido subcutáneo. Es importante cambiar del lugar de inyección con frecuencia para evitar graves consecuencias a la salud, como las lipodistrofias. Dejar espacio mínimo del ancho de un dedo de distancia entre un piquete y otro dentro de la misma zona, y variarlas cada 4 semanas. El uso de plantillas de rotación es de gran utilidad para este fin. Todos los dispositivos de inyección se deben usar sólo una vez, para evitar daños en la piel y alteraciones en las dosis prescritas de insulina. Se debe cuidar la alimentación saludable y balanceada, aprobada por el médico tratante, así como una activación física adecuada, ya que el ejercicio ayuda a que la insulina trabaje mejor en el cuerpo y a controlar el sobrepeso y obesidad que muchas veces acompaña el padecimiento.
