Un nuevo amanecer
¬ Salvador Estrada martes 9, Ene 2018Folclor urbano
Salvador Estrada
Las fiestas ya pasaron y también los buenos deseos y ahora se debe enfrentar la realidad de nuestro país en donde la sangre escurre todos los días en los medios de comunicación.
Empezar 2018 con informaciones sangrientas y macabras, provenientes de varias entidades, como los estados de México, Veracruz, Guerrero y Chihuahua, da miedo a los ciudadanos que ante tanto asesinato se preguntan el por qué de esta desgracia y el porqué los gobiernos no trabajan por la paz y la justicia. Andrés Manuel López Obrador, precandidato de Morena a la Presidencia de la República, afirma que en México existe una guerra no declarada que el gobierno no quiere aceptarlo.
Y las informaciones espantan: 32 muertos en un día en Chihuahua. Lo macabro: En Veracruz, cerca de Tlacotlalpan, dejan cinco cabezas en la cajuela de un taxi. Y en Tecámac, Estado de México, hallan tres cuerpos calcinados dentro de un automóvil.
Además han asesinado a presidentes municipales, incluyendo a un ex edil, de Tenampa, Veracruz.
Y el colmo, secuestraron al jefe de la Policía Municipal de Cruz de Elota, en Sinaloa. Y en Guerrero se registraron diez crímenes..
Son tantos los asesinatos, que de enero a noviembre de 2017 se registraron más de 26 mil, lo que da escalofrío pensar qué pueda ocurrir en este año.
Los homicidios son tantos que los Semefos ya no tienen cupo en los estados de Baja California, Veracruz , Hidalgo, Sinaloa, Morelos y Tabasco.
Los cadáveres están amontonados en los refrigeradores y el olor a carne podrida priva en el medio ambiente.
Los periodistas informan de los asesinatos ocurridos en sus entidades y denuncian la relación narcopolítica y eso los lleva a la muerte.
El año pasado murieron asesinados 12 comunicadores y hasta ahora no hay culpables en la cárcel.
Y la noche de Reyes asesinaron al periodista José Gerardo Martínez, a quien trataron de robar y lo mataron, en la delegación de Coyoacán.
Los gobiernos federal, estatal y municipal tienen la obligación de proteger a los ciudadanos, pero ante los hechos sangrientos de los cuales se informa, solamente se puede pedir la protección del ángel de tu guarda y encomendarse a Dios al salir de tu casa.
Los periodistas que se la juegan todos los días con sus informaciones se les debe de pagar un seguro de vida para en caso de su muerte, su familia no quede desamparada.
El gobierno se hace el desentendido para proteger y ayudar a la familia de los comunicadores que caen asesinados en el cumplimiento de su deber y también “se hace el occiso” para no investigar esas muertes y castigar a los culpables.
Ojalá y la maldad se acabe en este país y la negra noche, que amenaza en este inicio de año, se vaya pronto y venga un nuevo amanecer lleno de luz, de paz y de justicia. Amén.