Yo chairo
¬ José Antonio López Sosa viernes 22, Dic 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Debo comenzar afirmando que, con la riqueza lingüística del castellano, como periodista no creo responsable ni ético usar un peyorativo de esta naturaleza para hacer referencia a alguna persona. Son de ese tipo de licencias que no podemos darnos el lujo de utilizar.
Se usa este adjetivo indistintamente para agraviar, el Colegio de México emitió en su cuenta de facebook una definición:
s y adj (Ofensivo) Persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes.
En términos reales, el adjetivo busca polarizar en términos políticos en una fragil democracia como lo es la mexicana.
A cualquier queja ante el gobierno actual y a cualquier exigencia a favor de las causas justas sociales, también se le atribuye ese calificativo.
Ahora bien, si ser “chairo” es no estar conforme con la impunidad y la corrupción de este país en todos los partidos políticos, en la mayoría de quienes integran la clase política, entonces sí soy chairo.
Si ser “chairo” es combatir la desigualdad que vive nuestro país, buscando una repartición un poco más equitativa de la riqueza, entonces sigo siendo chairo.
Si ser “chairo” es exigir que se cumplan los derechos constitucionales a las minorías, que cese el mirreinato en el que vivimos con la llegada del nuevo PRI desde hace cinco años, entonces sí soy chairo.
Si ser “chairo” es no formar parte del sistema que defiende lo indefendible, que busca confundir en lugar de informar y que no quiere un debate plural e incluyente en la sociedad, entonces sí soy chairo.
Finalmente, para quienes de forma pública usan este término, resulta —insisto— una licencia lingüística de muy poca monta, una forma de ofender a un sector por su forma de pensar.
Los insultos no son debate, ni de un lado ni del otro.